2014-12-12 | 21:24:15

Día 19, ando entre cruda finalista de Ida y a pesar de que el juego entre felinos y emplumados no refleja el estricto orden de la clasificación general con lo que cualquiera pudiera ver tras el juego del jueves en ‘el Volcán’, sí me congratulo porque termina un ciclo, un camino.

Y es que, amigo lector, déjeme compartir con usted por qué es motivo de orgullo y satisfacción este término de ciclo futbolístico llamado Apertura 2014 y por ello, simplificaré a 7, el número mágico de esta ocasión, los motivos de mi aseveración inicial.

Uno…Amor y Pasión. No se puede concebir el candor del balompié azteca sin que haya cariño, masoquista si quiere pero cariño al fin y al cabo, podrá sacarnos canas verdes esta temporada que está a punto de terminar, pero más que decir “es lo que hay”, es “veré el lado amable de lo que hay”, equipos como Tigres, América, Querétaro o Pachuca, dieron de qué hablar con un estilo destacado y aplaudible.

Dos…Constancia. Si bien es cierto no fue una etiqueta característica de esta campaña, sí lo fue de los equipos que están en la Final; cuando la juegan el 1 y 2 de la general, es cuando se completa la lógica deportiva, vamos, un juego donde ahora sí, se ven las caras los mejores clubes del torneo; y aunque se vea ultra defensivo y el otro hiper confundido, lo cierto es que hay todos los ingredientes necesarios para ver un juego de Vuelta de nivel para aquel que sabe leer un partido de futbol y se fije más en la estrategia que en el marcador.

Tres…Confianza. Algo que se había perdido en algún lapso de los torneos largos, fue regenerándose desde que se instauraron los torneos cortos en 1996; poco a poco la liga es un poco menos peor que la anterior y perdón, pero eso sí hay que reconocer; dos equipos poderosos en nómina como América y Tigres y lo reflejen en el Apertura 2014 y no solo eso, sino que lleguen a la Final, es muestra de ello.

Cuatro…Congruencia. Ricardo Ferretti y Antonio Mohamed son ejemplos de técnicos que se montaron en su macho y con su idea original inicial, la mantuvieron y con ella están jugando la Final; criticados sí, polémicos también, pero este carioca y pampero saben las entrañas del futbol mexicano y prueba de ellos es que ya levantaron por lo menos una vez, el título de campeones y en el caso del ‘Tuca’, también como jugador.

Cinco…Comunicación. Todas las ramificaciones involucradas tuvieron sus beneficios; entre la Comisión de Selecciones Nacionales, la de Árbitros y la Liga MX con el Ascenso MX, supieron trabajar en equipo y con resultados importantes; el Mundial de Clubes o el oro en los Centroamericanos son ejemplo de ello; mientras haya buen ambiente de trabajo en equipo, se podrán reflejar resultados; a pesar de que, como sabemos, hay intereses, golpes bajos, circos y maromas… ¿pero qué futbol no lo tiene?

Seis… Entrega. Los 18 equipos se la creyeron, es decir, jugaron a la medida de sus posibilidades y aunque fuera Morelia o Veracruz o Chivas o UDG, tuvieron su mini momento de gloria donde pensaron en mejorar y subir posiciones y soñar en algo más que dejar de ser coleros generales o porcentuales; todos los conjuntos iban por algo y lo consiguieron…para bien o para mal. Se vio una calidad media, pero alta en integrantes de alineaciones y estrategias fallidas…fueron muchas.

Siete… Admiración. Este punto se resumirá en una palabra: Ronaldinho. ¿Alguien se imaginaba que en algún momento, este brasileño (en cualquier momento de su carrera) pisara el futbol azteca para ver acción? Sinceramente yo no. O que Cuauhtémoc Blanco deje usted que juegue con Puebla… ¡sino que anote! Y a su viejo archirrival Oswaldo Sánchez…es decir, hubo momentos por qué admirar a jugadores que todavía dejan todo en la cancha y también ¿por qué no? a las personas responsables de que eso pase.

Todo y más está de sobra. Es por eso, querido lector, que le comparto estos siete y solo siete motivos de orgullo que me embargan de este ciclo que culminará en el Azteca. Mañana será el día. Ostenten sus mejores cábalas y amuletos. No hay de otra: o los felinos logran su cuarto título, o los emplumados levantarán su décimo segunda corona. Imaginemos solo que estamos a punto de terminar de leer una novela. Le adelanto que será un buen juego e imborrable para los que gustan del balompié.

Ese, que se siente orgulloso por este gran peldaño que se termina y se regocija en felicidad, ese soy yo… ¿o no pues?


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