2015-02-18 | 09:08:06

“La naturaleza aborrece el vacío.”
Aristóteles

TORONTO, Canadá.- Las imágenes se están volviendo cada vez más atroces y cada vez más comunes. El domingo pasado la organización fundamentalista Estado Islámico dio a conocer un video que muestra la decapitación de 21 rehenes egipcios en Libia por el delito de ser cristianos coptos. La ejecución masiva fue respondida el lunes por un bombardeo de la fuerza aérea egipcia de supuestas posiciones del Estado Islámico en Libia. Las imágenes disponibles, sin embargo, muestran la destrucción de una zona civil de una población libia. Estos bombardeos, si acaso, son campo de cultivo de nuevos militantes.
¿Se acuerda usted de la primavera árabe? Se suponía que iba a ser el inicio de una era democrática en los países árabes. La primera revuelta, ocurrida en Túnez a partir de diciembre de 2010, parecía ser una legítima rebelión popular en contra de un régimen autoritario, si bien uno de los más benignos de los países árabes.
Las protestas en Túnez llevaron al derrocamiento el 14 de enero de 2011 del presidente de Zine El Abedine Ben Alí, quien se había mantenido en el poder desde 1986. Aunque Túnez ha tenido turbulencias desde entonces, es el país que más avanzado en la construcción de un sistema democrático entre los que sufrieron las protestas de la primavera árabe.
Hosni Mubarak, presidente de Egipto desde 1981, fue la siguiente víctima de la presión de las protestas de la primavera árabe. En este caso, sin embargo, su caída el 11 de febrero de 2011 seguramente no se habría producido de no ser por la presión que los gobiernos de Estados Unidos y Europa occidental ejercieron en su contra.
La caída de Mubarak no fue, sin embargo, el inicio de una democracia liberal. Mohammed Morsi de la Hermandad Musulmana, una organización islámica, ganó las elecciones de 2012. Ante la creciente islamización del gobierno, el ejército dio un golpe de estado en 2013. El régimen militar de Abdul Fatah al-Sisi ha prometido realizar nuevas elecciones, pero sin la presencia de la Hermandad Musulmana. Esta organización, que posiblemente ganaría cualquier nueva elección, ha sido prohibida.
Otros dos capítulos de la primavera árabe, las rebeliones contra los dictadores Muamar al Gadafi de Libia y Bashar al-Asad de Siria, le deben tanto a la insatisfacción popular como a intentos de los gobiernos occidentales por deshacerse de dos gobernantes incómodos. El resultado en Libia, sin embargo, ha sido generar un prolongado conflicto en el que dos gobiernos autoproclamados se disputan el poder. En Siria Asad ha enfrentado la rebelión con la fuerza de las armas en una sangrienta guerra civil que parece no tener fin.
El Estado Islámico, esa organización que hoy aterroriza al mundo con sus escenas de ejecuciones sangrientas y su propósito de crear un nuevo califato que aplique la Sharia como ley, es consecuencia directa del vacío de poder que han dejado estas rebeliones. Los gobiernos occidentales crearon las condiciones, si no financiaron directamente al Estado Islámico, en su esfuerzo por derrocar a Asad. De alguna manera se repite la historia. Osama bin Laden, recordemos, recibió originalmente apoyo de Washington porque su primera guerra fue contra el régimen pro-soviético de Afganistán.
Una y otra vez se demuestra que la política es como la naturaleza. Los vacíos se llenan con rapidez. La esperanza de que los grupos que los llenen sean demócratas y liberales es bastante vana. George W. Bush todavía está esperando que Iraq y Afganistán sean los países democráticos y pacíficos que prometió. Barack Obama tiene en sus manos una crisis de seguridad que él mismo creó.



Anti-petróleo

La Real Policía Montada Canadiense, el equivalente a nuestra Policía Federal, ha empezado investigaciones sobre “el movimiento anti-petróleo”. En un informe confidencial divulgado por Greenpeace la Policía Montada advierte acerca de la amenaza a la seguridad canadiense que representan grupos financiados desde el extranjero que buscan impedir las operaciones petroleras y la construcción de oleoductos.


Twitter: @SergioSarmiento