2015-03-15 | 12:33:07

No fueron pocos los que juguetearon con el célebre cuentito de Augusto Monterroso; decían en tono de sar-casmo y celebración: “cuando despertó el dinosaurio ya no estaba allí”. Pero estaban equivocados, porque el dinosaurio ahí seguía, acaso aletargado por algún mazazo pero vivito y coleando, listo para levantarse 12 años después.

Y resulta que está aquí, “en la plenitud del pinche poder”, reinstaurando el anquilosado sistema, engrasando la maquinaria, prometiendo unas cosas y haciendo lo contrario, firmando ante notario público que cumplirán sus encargos y a la primera oportunidad, vistiéndose de chapulines; ahí están llenando las alforjas para comprar casitas blancas y los mexicanos… los mexicanos todavía están ahí.

No hay medición de opinión pública que regatee una realidad. A pesar de los escándalos, a pesar de los magros resultados y la falta de gobierno, se mantiene a la cabeza de las preferencias electorales, aunque eso sí, con altísimos niveles de abstencionismo, que hacen conservar una mínima esperanza de que los mexicanos el 7 de julio como el dinosaurio, pueden también inesperadamente despertar.

De lo contrario Enrique Peña Nieto tendrá, aunque sea de forma apretada, la mayoría en el Congreso Federal y podrán tener aún, pese al desastre de su administración, un poco de margen de maniobra para lo que resta de su ejercicio.

Son los mexicanos un caso digno de análisis, una suerte de Minios que para que su existencia tenga sentido, deben adorar a su villano favorito, deben procurarlo, seguirlo y hasta animarlo (aplaudirle pediría cierto presidente).
Una suerte de síndrome de Esto¬colmo pesa sobre nosotros como sociedad, pues no podemos separarnos de nuestros verdugos, apenas fingimos un divorcio de una década y después corrimos a suplicarle: péganos pero no nos dejes.

Así que Gru tendrá su Congreso a modo, para seguir promoviendo esos grandes “cambios estructurales” y las “grandes reformas” que nos lleven al futuro, para seguir pagando tarifas altísimas de luz, la gasolina más cara del planeta, impuestos regresivos y tolerando corruptelas sin siquiera hacer gestos.

Vienen pues meses por delante propios de una historia bufa, que tendrá como protagonistas a partidos como el Verde Ecologista que no tienen empacho en pagar antes de la elección, multas por 78 millones de pesos para poder seguir violando la equidad electoral a placer, total, parece ser que dinero es lo que les sobra.

Lo mismo sucederá con candidaturas inverosímiles de personajes que han abusado flagrantemente del ejercicio público y que sin embargo, la apatía de los ciudadanos les da un boleto seguro para seguir pegados al presupuesto ahora desde el Poder Legislativo.

Ni hablar, como bien dice Frak Underwood: “la democracia está sobrevalorada”.
De eso sabemos y mucho, lo aprendimos de manera dolorosa con la alternancia fallida, esa que nos aleccionó que nunca rompimos el cerco, simplemente mudamos de amo. Somos los Minions de la geopolítica.
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