2015-03-26 | 09:42:10

Engendrados como mascotas en el
serpentario de cualquier lupanar de
mala muerte, esta caricatura de seres
abominables llegaron a la cumbre de su
mastuercez, cuando una ninfómana y
alcohólica meretriz no pudo disimular
la repulsión hacia lo que terminaba de
parir, y dentro de su borrachera pensó
que era un pólipo, y le dijo a su padrote
(de nombre Ticómedes): Un “poli, tico”.
Después, Cayo Tulio Virgilio se robó
la “coma”, y… antes de dar paso a la
investigación de la casa blanca, vimos
como nació el primer político. Esta es la
historia real, y nosotros no tenemos la
culpa. Pero, ¿para qué sirve un político
mexicano? ¡Uf!, para un chingo de cosas.
Por ejemplo:
En campaña, para que SM Henry
I prometiera y firmara ante notario,
(pinche vacilada lo del notario), que la
economía iría poca madre. Ahora que
nos va de chingada, la culpa es del precio
del crudo, y que el dólar “hay que ver
cómo ha subido”, cuando su nombre es
devaluación del peso, por unos gobiernos
de mierda.
(Aunque si quieren, podemos decir
de excremento, para que el señorito
Virrey -Videgaray- no se vaya a enojar).
Pero además de tenernos sumidos en la
pobreza y el hambre, ¿para qué sirven
estos políticos de tres al cuarto? ¡Ni de
papel del baño! Pero si para lo que mejor
saben hacer: ¡Asesinar periodistas!
La gandallez del gobierno en turno,
(comenzando por todos los estados) llega
al punto de comprar las “conciencias” de
los desalmados dueños (no todos) de los
medios, que como furcias arrabaleras
“venden” su silencio al inquisidor del
pueblo, a cambio de unos platos de lentejas,
al ponerse decúbito supino para lo
que se ofrezca, mande u ordene el señor.
Si de por si el sagrado oficio de periodista
en nuestro México es horripilantemente
mal pagado, (y en un 99% se
hace por “amor a la tinta”), aquí le van
algunos datos, que sacaría de su tumba
al más tranquilo de sus “ocupantes”, que
desde la época de ese otro genocida (que
por desgracia aun nos sigue robando
oxígeno), Luis Echeverría Álvarez, (gran
inquisidor del 2 de octubre, y asesino
descarado del jueves de Corpus), suman
196 asesinatos, sin contar los de
este sexenio, que por desgracia aun no
termina.
Luis Echeverría: 6. López Portillo: 12.
De la Madrid: 33. El duende de Dublín,
(Salinillas): 46. Zedillín (el gris): 24.
Fox: 15. El de las manos limpias: 60, y
15 desapariciones forzadas. SM, Henry
I: Sin concluir.
Tan solo en 2014, se registraron 326
ataques a compañeros, de los cuales
41 de ellos se dieron en nuestro estado,
ocupando un indigno y sangriento
ataque contra la Libertad de Expresión,
aun con la cacareada “Comisión de la
Verdad”, por parte del C. Duarte, que
desde cuando desea entregar un poder,
que siempre le quedo guango.
Con el maléfico Salinillas, cada 48.1
horas, había una agresión contra un
compañero. En la actualidad esta cifra
pasó a ser cada 26.7 horas. Éste es el
México que sigue encubriendo el asesinato
de Manuel Buendía, (30/05/84) o
de Don Carlos Loret de Mola, (05/02/86)
cuando fue asesinado junto a la reportera
Rosa Elena Jasso Rico, del periódico
El Norte de Monterrey.
A los pocos kilómetros de pasar un
retén militar llamado El Cuirindalito, (a
las 8 pm) en el estado de Guerrero, donde
le decomisaron una pistola, aun con
permiso de portar arma, firmado por el
Secretario de la Defensa, (y compadre
de Loret), Arévalo Gadoqui.
¿Y a que no saben qué? Dice su hijo
Rafael Loret, (y progenitor del comprado
por Televisa) que todo se debió a
que su papá iba al Puerto de Acapulco
a reunirse con otros grandes personajes
(pensantes), para derrocar al… (¿cómo
llamarle?), mefistofélico Miguel de la
Madrid Hurtado, a quien el señor de las
manos limpias le abrió las puertas de
Palacio Nacional, para darle su ultimo
adiós.
Pues será lo que usted quiera, pero
a ese gran periodista y ex gobernador
de Yucatán, junto a la reportera ya
mencionada, los “sepultaron” de pisa
y corre en una fosa común, (aun yendo
perfectamente identificados).
Y curiosamente una semana antes
de que “encontraran” los cuerpos, este
maldito ser, de nombre Manuel Bartlett
Díaz, (el ahora petista, que debería
estar en la cárcel de por vida por haber
cambiado la historia del país, con su
“caída” del sistema, y por sus vínculos
con el asesinato de Enrique Camarena)
le dio el pésame a su hijo Rafael.
¿El señor es vidente? ¡No! Es otro
sinvergüenza más del sistema, que sigue
mamando de las ubres de nuestros
impuestos, dentro de un partido (el PT),
al que la gente olvida que fue fundado y
dirigido desde la sombra por Salinillas,
por medio de su hermanito Raúl.
Éste es el México que no les gusta a
los tísicos mentales, que piensan que
“el ladrón, también es de su condición”.
A este es al México que le temen los
del norte, donde la Revista The Economist
terminó un artículo que dice “No
entiende que no entiende”, al referirse
a S.M., pero que apostilla que su mayor
preocupación es que Andrés Manuel,
llegara al poder. Y de esto hablaremos
en nuestra próxima entrega, si es que
aun nos permiten escribir.
Y veamos que nos dicen Don Quijote
y Sancho.
-Sancho: Mi señor, ¿tan pocos pantalones
tiene el pueblo que sigue permitiendo
esta masacre de compañeros, sin
reclamarle al gobierno?
-Don Quijote: ¿El pueblo? ¡Por favor!
El pueblo parece disfrutar que lo tengan
atrofiado; sino, ¿como explicar que sigan
impunes los asesinatos de Regina
Martínez, de Gregorio Jiménez o el
de Moisés Sánchez, bajo el descarado
encubrimiento del gobierno?
-Sancho: ¡Ah!, chingao, chingao,
chingao.