Por Rafael Arias
Columna: Mutatis mutandis
Contra corrupción y delincuencia electoral
2015-03-26 |
09:53:58
Los recuerdos hacen presentes viejas
demandas, irrealizados sueños. Más,
cuando las fechas recuerdan a personajes
victimas del sacrificio extremo,
como Luis Donaldo Colosio.
El eco de todos los días, las voces
de los sacrificados en aumento insisten
en lo que bien se sabe, está y sigue
pendiente:
“Es hora de cerrarle el paso al influyentísimo,
la corrupción y la impunidad…”
De interminables combates
Y ahí está vigente el señalamiento:
“Veo un México con hambre y sed de
justicia…”
Larga y penosa historia de intentos
y contados logros y avances. Innumerables
documentos hechos y aprobados,
supuestamente con el propósito
de combatir corrupción y delincuencia
electoral en las actividades oficiales.
Historias de nunca acabar, del eterno
combate a ineficiencia y delincuencia
dentro de los gobiernos que, según
la temporada, se da en mayor o menor
importancia, se olvida o usa.
En época de procesos electorales,
adquieren mayor relevancia; más, sobre
la marcha e intensidad de la contienda
entre participantes para obtener el voto,
apoyo y favor de los ciudadanos.
Bien lo saben responsables y culpables,
presuntos y comprobados, reales y
potenciales prófugos de innumerables
delitos. Todos ellos mas los cómplices
y encubridores van por toda clase de
impunidad, si es la que otorga el fuero
electoral mejor. Total ya electos…
En pleno transcurso de acciones y
elecciones que brindan legalidad y legitimidad
a quienes resultan electos,
sobresalen algunos esfuerzos que hay
que citar y tener en cuenta, para el éxito
o fracaso de algún intento; y, porque
su aplicación o evasión, su cumplimiento
estricto o su inaplicabilidad,
se manifiesta repetidamente, como
característica de letra muerta, que es,
a fin de cuentas, en lo que se convierten
o intentan convertir, los indebidamente
beneficiados.
Cumplir y hacer cumplir
De entre ese mundo de documentos e
intentos institucionales, permítaseme
en esta ocasión citar algunos que adquieren
especial relevancia, ya que (según
los responsables) están diseñados
y destinados a apoyar la canalización
de recursos públicos y a garantizar
acciones gubernamentales oportunas
y eficientes, a la creciente población de
miserables y marginados, de pobres y
hambrientos, de frágiles y en desventajas
grupos sociales.
Tal es el caso de la Guía Anticorrupción;
el Programa de Blindaje electoral;
y el Código de Conducta. Los tres elaborados
y puestos en práctica, según
la Secretaría de Desarrollo Social del
gobierno federal (SEDESOL). Disponibles
en: http://www.sedesol.gob.mx/
Por obvias razones es altamente
recomendable, tanto la lectura como
la aplicación puntual de estas normas.
Viaje sin retorno del dicho al hecho.
Pero sobre todo, porque la exigencia,
vigilancia y control de esa efectiva aplicación
puntual y general, contribuiría
seriamente al combate a la corrupción
y a la delincuencia electoral; y lo que es
más importante, garantizaría la entrega
puntual y sin condicionamientos, de
recursos y apoyos a los más necesitados.
Razones sobran, sobre todo si tenemos
presentes inconformidades,
protestas y denuncias vinculadas
al escandaloso y notorio índice de
manipulación, condicionamiento y
clientelismo que realizan, operadores
de todos colores y sabores, pero más
los del partido a cargo o en el poder,
para aprovecharse de actividades gubernamentales
y, en particular, de los
programas asistenciales y de desarrollo
y, claro, de los cuantiosos públicos que
se manejan.
Del dicho al hecho
Sólo como un adelanto de los alcances
a que puede llegar, por un lado la buena
intención, o por el otro la simulación.
Incluso, como un ejemplo del alcance
que puede tener su probable aplicación.
He aquí algunas y rápidas ideas y conceptos
obtenidos de la presentación
de la citada, Guía Anticorrupción de
SEDESOL federal.
“La corrupción es, en un sentido
amplio, distraer a algo de sus fines. Corromper
el Estado es alejarlo de su función
transformadora, de su obligación
de llevar beneficios a las personas, de
su responsabilidad por hacer efectivos
derechos y libertades.
Las estimaciones disponibles sobre
corrupción y cultura cívica muestran el
déficit que tiene la democracia mexicana
para ofrecer resultados palpables a la
población y confirman que en México es
urgente desmantelar la corrupción, sus
prácticas, así como los valores sociales
que la sustentan…
La corrupción merma la capacidad
del Estado para ofrecer bienes y servicios
públicos, para atender derechos
y libertades fundamentales como la
seguridad, como el debido proceso, la
igualdad entre los sexos, la alimentación,
el trabajo, la educación o la salud…
El enfoque de derechos de la nueva
política social no puede desvincularse
del combate a la corrupción, del esfuerzo
constante por rendir cuentas y
transparentar ante las instituciones y
la sociedad lo que hacemos los servidores
públicos. Alcanzar los fines de
nuestra función pública tiene un impacto
directo en la calidad de vida de
millones de mujeres y hombres. Y eso
no lo podemos trastocar, corromper o
poner en riesgo…”
Después de todo, según la referida
dependencia del gobierno federal,
sostiene que de lo que se trata es de
asegurar legalidad, honradez, lealtad,
eficiencia y respeto a los derechos humanos
en el servicio público. Nada más
y nada menos.
En todo caso, es imprescindible
saber de derechos y libertades, de obligaciones
y limitaciones.
Y por cierto, respecto a todo esto y
más:
¿Qué documentos, acciones e intenciones
similares hay vigentes y en
operación por parte del Gobierno del
Estado y de los Gobiernos Municipales?
¿Qué de los recursos y apoyos, de metas
y resultados, de la transparencia y
rendición de cuentas de los programas
asistenciales y de desarrollo social,
estatal y municipal?
Sorpréndase, investigue o pregunte
y confirme lo que ya se sabe…
Academico.IIESES-UV@RafaelAriasH
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