2015-04-13 | 20:16:01

Ideología mediática

Los temas electorales anticipados en el asunto de la gubernatura veracruzana se convierten en elgo normal, sobre todo cuando, la caballada famélica se desborda por la silla de Javier Duarte, que ni suda ni acongoja, ante las evidentes acciones mediáticas de quienes han pretendido casi tumbarlo a la fuerza, olvidando que en la política, la constancia y circunstancias son elementales.

Las estrategias mediáticas que asoman a la superficie para espantar a los priistas, también son ineficaces, ya que en el PRI, hay una concha tan grande como la de un armadillo, y ya no les espantan, los cuentos del lobo y caperucita, esto en colación de algunos colegas que pretenden hacer ruido y sobre todo no esconden el color azul de su ideología.

Los priistas algunos en su mayoría, han abusado de la confianza primero del entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán, quién experto en el uso de los recursos públicos, suscribió acuerdos y medidas precautorias con despachos profesionales para la verificación del destino los presupuestos.

En tiempos de Fidel Herrera, se verificaron más de cinco formatos de control y de verificación del destino de los recursos públicos, se trató de medidas inteligentes, férreas y de primer orden en materia de administración.

Los adeudos vienen desde antiguas administraciones estatales pasadas, en todo como la pirinola, todos toman, y aquí no se vale decir que nadie robó o tomó dinero público. Las evidencias están a la vista, diría Ignacio Morales Lechuga, que Miguel Yunes Linares, se enriqueció brutalmente. Y así es el único veracruzano que siendo víctima de los muchos afectados por el gobierno de Patricio Chirinos y su secretario de gobierno, se han mostrado directos para denunciar los abusos de aquella administración.

Ahora al gobierno de Javier Duarte, los detractores le cargan hasta el IVA y el mandatario estoico y firme, se ha dedica a trabajar por la entidad, sin ningún tipo de rencor a los muchos ataques mediáticos, que ya le han generado por los muchos impactos una imagen negativa.

Y más aún, con la designación de un coordinador de comunicación social, como lo es Juan Octavio Pavón González, sin experiencia y sin el deseo de cuando menos recibir en sus oficinas a los propietarios y representantes de medios de comunicación locales y nacionales, al permanecer con una política de puertas cerradas y sin pretender cambiar la forma de abrir el abanico ante los efectos negativos de un problema de comunicación que se puede convertir en algo más grave, como le sucedió a Richard Nixon con el caso Watergate, dice el famoso periodista veracruzano, Ricardo Ravelo, director de la revista nacional Variopinto.

“Este joven no sólo no tiene la experiencia, sino que además no toma llamadas y menos puede hacer una cita para el análisis de la información y concertar una entrevista con el gobernador Javier Duarte, ya que tenemos buscándolo varios meses desde su designación”, dice Ravelo.
El estado de Veracruz es el más politizado del país y en materia de comunicación social y de información y trato con la presa no se puede improvisar, por lo que se percibe un vacío, una laguna más grande que la de Catemaco en materia informativa con medios locales y nacionales, por lo que todo esto se traduce simplemente en un problema de información, expresó el director la famosa revista Variopinto.

Por otro lado, el mundo de las letras de luto, llora a Eduardo Galeano, escritor universal de gran pensamiento humano y sensible a todo lo cotidiano, esencial y que su ojo captó para plasmar en sus aportes literarios.

Galeano, murió a los 74 años en su Uruguay natal, tomó el pulso a América Latina y al mundo en su larga carrera como periodista, escritor y dibujante. Pero el autor también reflexionó sobre el amor, la religión y el fútbol de su club, el Nacional de Montevideo, que tanto le apasionaba, hasta por la muerte de su perro al que le lloró mucho tiempo por haber sido su gran amigo, compañero y guía en sus largas caminatas.

También muere el premio Nobel de literatura, el alemán Günter Grass a los 87 años. Desaparece una gran figura de la literatura europea tras la Segunda Guerra Mundial
Günter Grass, quizás el escritor más famoso, polémico y a la vez representativo de la segunda mitad del siglo XX alemán, murió ayer por una infección en un hospital de Lübeck, la ciudad del norte de Alemania donde vivía. Alcanzó el éxito masivo con su primera novela, El tambor de hojalata, publicada en 1959, y cuatro décadas más tarde logró el primer Nobel de Literatura en 27 años para un autor alemán —antes lo había obtenido Heinrich Böll— por “haber dibujado la cara olvidada de la historia con vivas fábulas negras”, según la explicación que dio entonces la Academia sueca. Ese mismo año, 1999, recibiría el Príncipe de Asturias de las Letras.
La vida de Grass está ligada de forma inseparable a los acontecimientos que sacudieron Alemania durante el siglo XX. Nacido el 16 de octubre de 1927 en Gdansk —la entonces Ciudad Libre de Danzig y hoy territorio polaco—, fue reclutado en 1944 por la unidad de élite nazi Waffen-SS y, tras la Segunda Guerra Mundial, estudió en la Academia de Arte de Düsseldorf. Así las cosas.