2015-04-13 | 21:01:14

Las flagrantes violaciones que ha cometido el Partido Verde Ecologista ha provocado que otros organismos políticos y una elevada suma de intelectuales han presentado una denuncia formal para que el INE le quite el registro. Las probadas infracciones han provocado que el tribunal electoral le haya impuesto una serie de multas que ascienden a más de 185 millones de pesos.

Si bien la Constitución y el Consejo General del INE pueden cancelar su registro por violar las normas electorales, lo más apegado a derecho es que sean los ciudadanos quienes determinen con su voto si debe continuar esta franquicia priista al no llegar al tres por ciento. Situación complicada porque va en coalición para mantenerse.

Para Veracruz es una situación interesante, igual para el exgobernador Herrera Beltrán ahora conocido como el “Tío Verde” no confundir con “rabo green” por tener bajo esa siglas a sus protegidos Javier Herrera y Carolina Gudiño. Se caería todo el teatro.

Para la guerra sucia esta ha sido la campaña que mejor se ha prestado para sacar toda la serie de complejos y viejos rencores guardados durante los últimos sexenios priistas.

El nuevo niño verde

La clase política de Veracruz considera que el candidato a diputado federal plurinominal por el partido Verde Ecologista, Javier Herrera Borunda, es la reencarnación del nuevo “niño verde”. Cuenta con la misma historia de Jorge Emilio González, que heredara de su padre la conducción de dicho organismo político.

El senador con licencia busca ahora la gubernatura de Quintana Roo y no sería extraño que también lo hiciera en un futuro el “niño verde” veracruzano que buscara seguir los mismos pasos de su padre, don Fidel Herrera Beltrán. Lo de Carolina Gudiño es el despiste para lo que realmente se busca.

Un sueño costoso

Todo ser humano tiene grandes sueños y anhelos. Con tal de realizarlos se cometen graves errores y no se miden las consecuencias como ocurrió con Francisco Aguirre, dueño de Radio Centro, quien hizo una oferta tan elevada por un canal de televisión abierta que no pudo cumplir lo que se había comprometido.

Su padre había tenido el canal 13 antes de que fuera estatizado durante el gobierno de Luis Echeverría para convertirlo en Imevisión para después venderla en época de Carlos Salinas a Ricardo Salinas Pliego como Televisión Azteca.
En esa ocasión tampoco pudieron ganar la licitación.

Para Pancho Aguirre se había convertido en obsesión recuperar el negocio que le quitaron a su padre. Esa quimera familiar le hizo cometer un error garrafal de ofrecer una suma fuera de sus posibilidades, y sobre todo, cuando su competidor por la otra cadena televisiva la había obtenido por una cantidad infinitamente inferior, la diferencia era de 1,250 millones como la compró el otrora mueblero Olegario Vázquez Raña del grupo Imagen.

Un empresario de la construcción, David Peñaloza le había ofrecido apoyarlo, pero se retiró cuando se enteró que habían pagado 1,800 millones de pesos sus oponentes en este negocio y ellos ofrecían tres mil millones.