2015-06-04 | 08:25:10

De aquella hermosa mujer que pintara para los libros de texto el Maestro González Camarena, representando a un México esplendoroso que lleno de fuerza y poder, que miraba al mundo con noble desafío, irguiéndose majestuosamente entre el concierto de las naciones, (con la Constitución como bandera), hoy vemos con terror a una famélica dama arrinconada en la historia, gracias a un sinfín de maleantes que junto a sus bandas de poder, paso a paso nos han llevado a un incierto presente donde lo que se vislumbra en el horizonte ya no es una tormenta; sino el peor de los huracanes. Y lo peor: Con una Constitución prostituida, que sirve de moneda de cambio, (según el humor con que se levanten algunos), para llevarla cada cierto tiempo al lupanar de las intrigas y violaciones, a las que inmisericordemente es sometida, ante un pueblo sumiso que permite cualquier tipo de atropello. Pero: Mientras vemos como en varios puntos se incendia el país, el pasado viernes desde Los Pinos se mando al carajo la tan cacareada Reforma Educativa, fundiendo nuevamente en la más absoluta de las ignorancias a millones de jóvenes, que dentro de la vacilada de educación que reciben, ahora están condenados a ser una camada más de braceros, (que serán tratados como esclavos, llegando hasta el asesinato sin que la SER, -léase el Gobierno- mueva un dedo) a los cuáles desde arriba le “apuestan”, por las remesas que envían. O bien futuros “viene, viene”. O vendedores ambulantes, (para servir a las mafias del poder que les surten mercancías robadas, o de contrabando), en el mejor de los casos. Eso sin contar con la carne de “cañón” que, a priori estarán marcando sus pasos a las redes del crimen organizado. Por todo lo anterior, y un sin fin de errores consumados en la presente administración, no hemos encontrado en nuestro bello y rico idioma palabra que defina la hecatombe que presenciamos, y tuvimos que recurrir al idioma alemán. Este sexenio es “¡Kaputt!”. Hemos sido testigos (oculares) de como denigraron al Ejercito haciéndolo huir. Aunque saldrán a decirnos que fue una medida precautoria para evitar el derramamiento de sangre. Pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre, y el ejercito tuvo que “retirarse” ante unos barbaros que rayan en el terrorismo, desde que el momento en que no tan solo cierran carreteras, autopistas o paralizan una ciudad, sino que usan bombas Molotov, incendian edificios o vehículos, y carbonizan documentos federales. Si son fuerzas de choque, hay que detenerlos y aplicarles la ley con todo rigor, para que sirva de ejemplo, demostrando el Gobierno quien tiene el control del Estado, y el monopolio para emplear la fuerza cuando esta se requiere. Y si son los que enseñan a los niños y jóvenes, mejor lo dejamos a su criterio. Porque si estos son los maestros… Y nos preguntamos: ¿Tanto miedo le tienen al bandolero de Rubén Núñez, y a su red de mafiosos, que por sus pistolas
pueden poner en jaque a todo un país, rompiéndoles la madre a millones de futuros mexicanos, que por culpa de estos desalmados seguirán siendo habitantes de cuarta categoría, en un mundo que cada día exige más preparación?. Y nada de que las respuestas las tiene que dar la mascota de Bimbo. Ese individuo es un mandadero, que por enésima vez no podrá concluir ninguno de los puestos a los que (terroríficamente) ha sido llamado, teniendo en su haber el más siniestro de todos: La matanza de Acteal. ¡No!, la explicación la tiene que dar el preciso, e intentar explicar lo inexplicable, porque el señor no se manda solo; ni somos sus vasallos, y mucho menos es el señor feudal. Cuando tomo el cargo para el que fue contratado, juro defender y cumplir la Constitución, y la esta pateando. Claro que todo lo anterior tiene su parte buena para ellos: Esta “pasando de noche” la nueva barbarie cometida en Ecuandureo, a manos de la Federal, (que ya es señalada por muchos como matanza, tipo Tlatlaya), sin que hasta el momento nadie de explicaciones creíbles de como un puñado de hombres contratados en Ocotlán de repente se vuelven peligrosos y violentos asesinos de un cartel, no alcanzando a entender que con la virulencia que son señalados, tuvieran tan mala puntería, en una confrontación tan sumamente peligrosa. De igual manera esta “pasando de noche”, el asesinato de la joven Diana Calderón Bravo, de 21 años, misma que al pasar en su vehículo por el crucero Héroes de Nacataz, (entre Gómez Farías y privada Corona, en la Col. Matamoros, en Nuevo Laredo), fue asesinada (por uno o más elementos de la SEDENA) de cinco disparos en la espalda, ante una pequeña “confusión” de los uniformados, quienes al acercarse al vehículo, (según declaro su acompañante y amiga Alejandra), exclamaron: ¡”Hey, la cagamos”!. ¡”La cagamos, son mujeres”!. Esto ocurrió el pasado 19 de mayo. ¿Recuerda usted haber sido informado por medio de algún noticiero?. Pues así las cosas: Mientras la educación de los jóvenes una vez más se va al carajo, y nadie explica el miedo que les producen estos desalmados que se auto nombran maestros, la violencia “calladamente” cobra su ración de muertos. ¿Pero que pensarán Don Quijote y Sancho?. -Sancho: Oye mi señor, lo que están haciendo con el País no tiene madres. -Don Quijote: ¿Y del Estado qué me cuentas, mi buen Sancho?. La maraña de corrupción comenzando por la Sedesol, y la opacidad de los “árbitros” que debieran fomentar el crecimiento y desarrollo del mismo, queda reflejada en la impunidad con que se siguen manejando los asesinatos de los compañeros, que comenzando por Regí, continua con Goyo, rematando con Moisés, dejando en el anonimato al resto, que a estas alturas se confunden con los desaparecidos. Esto esta “Kaputt”. -Sancho: ¡Ah!, chingao, chingao, chingao.