2015-07-19 | 21:25:21

No hay duda que en el PRI ya no saben a quien echarle la culpa para resarcir la imagen del gobierno de Peña Nieto, después de la fuga del Chapo Guzmán, se pensó en un principio que había que remarcar, que el delincuente más buscado, primero se les había escapado a los panistas y que ellos fueron los que le dieron la experiencia para fugarse del penal de Almoloya.

Alguien de esa reunión en la cúpula tricolor se le ocurrió que lo mismo había que buscar culpables de lo ocurrido con la masacre de Ayotzinapa y de la ejecución militar en Tlataya.

Otro de la mesa del CEN partidista, aseguró que como ya estaban de salida, el líder César Camacho, estaba obligado a renunciar, también se lavara la cara el gobierno priísta, con el escándalo de las casas multicolores de la esposa del mandatario y de los secretarios de Gobernación y Hacienda.

La tarea que se les encargó a los miembros del Comité Ejecutivo fue la de encontrar culpables. Se les advirtió que dependían de su trabajo e imaginación en la fabricación de cambiar estas negativas circunstancias que afectaban seriamente la imagen presidencial.

Se les hizo responsables de lo que vendría el próximo año electoral donde se renuevan varias gubernaturas y se inicia el proceso del cambio sexenal del gobierno federal.

Enseñaron en esa ocasión los líderes nacionales del tricolor su miseria política y se dedicaron a grillar con su tradicional sistema de politiquería barata.
Quieren polarizar al país.

Una de las estrategias es regresar a los militares a los cuarteles y dejar que la delincuencia organizada cree un nuevo clima de inseguridad que haga olvidar los graves acontecimientos que han sacudido a la nación.

Para colmo de la mala suerte de los priístas en el nuevo presupuesto vienen los recortes en los programas sociales y la fusión de las dependencias de salud, como son el IMSS, ISSSTE y las secretarias estatales dedicadas a este ramo.

La renuncia masiva del gabinete fue uno de los comentarios que flotaron en el ambiente. Si le funciona con el equipo de Patricia Mercado y Amalia García al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, se planea proponérselo al Primer Mandatario como la vieja estrategia de las tres cartas que se le dejan al sucesor.

La desesperación es mala consejera y la brutal caída en las encuestas
que señalan el desmoronamiento del PRI a nivel nacional, es el problema más serio que confronta la clase política en el poder.

La misión imposible que le dejan a Manlio Fabio Beltrones tiene también otro fondo político. El sonorense no pertenece al equipo de políticos mexiquenses que rodean a Peña Nieto. Le saca ronchas el futuro líder nacional del PRI a la conocida triada de Osorio, Videgaray y Aurelio Nuño. Tampoco el hidalguense de Osorio Chong entra del grupo Atlacomulco quienes pelean para que el sucesor pertenezca a esa camarilla y con ello asegurar la permanencia futura.