2015-07-22 | 09:47:50

Si se confirma la
versión sobre que
los comités ejecutivos
nacionales del
PRD y el PAN irán
en alianza en las
próximas elecciones
de gobernador del
estado de Veracruz,
se puede dar como un
hecho que el PRI, no
tiene nada que hacer.
Si bien es cierto el
partido del Sol Azteca
ya no pertenece al
selecto grupo de los
mayoritarios y hasta
se podía decir que
prácticamente está
desaparecido de la
entidad veracruzana,
su bajo porcentaje
sumado al de
Acción Nacional garantiza el triunfo del candidato
azul. Ya que el partido de la derecha en este caso tiene
el derecho del tanto.
Los líderes estatales perredistas sí pueden alegar
atribuciones y prerrogativas para ocupar puestos
importantes en el gabinete de Miguel Ángel Yunes
Linares, que seguramente es la persona que pactarían
Carlos Navarrete y Ricardo Anaya dentro de las
cúpulas nacionales de estos partidos.
Varios perredistas rojos serían designados como
secretarios del gobierno panista. Con el paso del
tiempo estos compromisos políticos se dejan en el
olvido. Además que ninguno de los líderes estatales del
perredismo veracruzano reúne el perfil de funcionario
de primer nivel.
La candidatura del exdirector del ISSSTE es un
acuerdo que se estableció con el exdirigente Gustavo
Madero. Desde la próxima Cámara de Diputados
Federales pueden establecer ciertos arreglos que
faciliten el ascenso del PAN en Veracruz con la venia
del gobierno de Peña Nieto.
Si a pesar de estos avisos, los candidatos priístas de
Fidel Herrera y Javier Duarte, quieren continuar con
esta aventura electoral de nacidos para perder, cuando
menos la conciencia del columnista está tranquila.
Estamos salado
Lo está ocurriendo en México con su riqueza petrolera.
Primero se cayó en los más bajos niveles, el precio,
se redujo sensiblemente su producción y ahora que
lo sacaron a la venta no les interesó a las grandes
compañías petroleras.
Si los genios financieros quienes recomendaron la
reforma energética tuvieran la esfera mágica sobre
el futuro de este recurso no se hubieran metido en
tantas broncas legislativas.
La piel del poder
Del libro de Martín
Moreno, existe todo
un capítulo dedicado
al veracruzano y líder
ferrocarrilero Víctor
Flores. Es toda una
historia de corrupción
y de robos a los
jubilados de aquella
empresa gubernamental.
Un viejo trabajador
relata: “En
esa época, Flores
estaba jodido. No se
cambiaba de ropa.
Siempre con una
gabardina vieja, hiciera
frío o calor. Le
llegaba a los pies, casi
la arrastraba. Vivía
en un condominio de
50 metros en la colonia Guerrero. En 1996, cuando
asumió la dirigencia, compró al contado un edificio
de departamentos en la calle de Edison, número 165,
de la colonia San Rafael.
Ese es Víctor Flores, el poderoso, oscuro y temido
líder del SNTFRM. De la pobreza de Veracruz a la
opulencia de la capital. El servilismo hacia el presidente
en turno, llámese priísta o panista.