martes, 30 de abril del 2024
 
Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Hasta el dinero huye
2015-07-23 | 09:31:02
La señora no le arreglaba a su marido un
pantalón cuyo zipper ya no funcionaba. Le
dijo el individuo: “Así me lo voy a poner,
con el zipper descompuesto, para que
todo mundo vea la clase de mujer con la
que tengo que conformarme”. Replicó
ella: “Me parece muy bien. Si andas por
ahí con el zipper abierto todo mundo se
dará cuenta de la clase de hombre con el
que tengo que conformarme yo”...
Al llegar al hotel donde pasarían la
luna de miel la flamante recién casada
vio un letrero que decía: “Desayunos, de
6 a 12. Comidas, de 12 a 6 de la tarde.
Cenas, de 6 de la tarde a 12 de la noche.
Sándwiches y otros alimentos ligeros, de
12 de la noche a 6 de la mañana”. Leyó eso
la muchacha y le dijo al oído a su maridito:
“Vámonos a otro hotel, Pitorro. Aquí no
podremos hacer nada: te tienen comiendo
todo el tiempo”...
El general Hulero, comandante de las
tropas de Banania, preguntó por qué los
soldados de Napoleón usaban uniformes
rojos. Le explicó alguien: “Escogieron
ese color por si sangraban. Sobre el rojo
de la tela la sangre no se notaría, y de ese
modo el enemigo no se daría cuenta de que
estaban heridos”. “Ya entiendo -respondió
el general Hulero-. Entonces haremos
nuestros pantalones de color café”...
Babalucas quería vender su departamento.
Buscó para eso a un agente
de bienes raíces. Pasados unos días le
anunció el corredor: “Ya tengo un cliente
para tu departamento. Estoy seguro de
que te dará por él medio millón de pesos”.
Llegó el presunto comprador, y luego de
ver el departamento le dijo a Babalucas:
“Le ofrezco por él 550 mil pesos”. “¡Ah, no!
-protestó el badulaque volviéndose con
indignación hacia el agente-. ¡Quedamos
en medio millón!”...
Un individuo iba en el vagón de segunda
clase del tren, y se metió en el
de primera. Ahí se topó con una linda
chica, y entabló conversación con ella. No
alargaré la historia: a poco estaba en el
camerino de la guapa mujer haciéndole el
amor. Lo sorprendió en el acto el inspector
del tren y lo multó por estar pasándola
de primera con un boleto de segunda...
No hay ente más medroso que el dinero.
Huye al primer indicio de peligro,
y no se acerca si advierte el más pequeño
riesgo. Ese temor, supongo, fue la causa
principal del fracaso en las licitaciones
que abrió el Gobierno mexicano para
convocar a empresas nacionales y extranjeras
a participar en el campo de las
exploraciones petroleras.
Donde no hay seguridad, donde priva
un ambiente de inquietud política, donde
hay evidencias de corrupción generalizada,
donde campean el desorden jurídico
y la impunidad, el dinero no fluye, y los
capitales se ahuyentan, especialmente en
tratándose de renglones tan costosos y
arriesgados como es el de los energéticos.
Yo no soy capital energético, por eso
sigo aquí, pero si lo fuera me encontraría
ya capitalizando en Timbuctú. Es una
pena que haya fracasado la primera
acción concreta derivada de la reforma
impulsada por Peña Nieto. A la audacia
de esa reforma no ha correspondido la
de los inversionistas. Como dijo aquel:
seguiremos igual, nomás que peor.
Estaban conversando tres amigos
jóvenes. Se jactó uno: “Anoche le hice el
amor a mi mujer dos veces. Por la mañana
me dijo: ‘¡Eres un tigre!’”. Se ufanó el
segundo: “Yo a mi esposa le hice el amor
tres veces. Por la mañana me dijo: ‘¡Eres
un toro!’”.
El tercero no decía nada. “Y tú -le
preguntaron los otros- ¿cuántas veces
le hiciste anoche el amor a tu mujer?”.
“Una vez” -respondió. “¡Sólo una vez! -se
burlaron sus amigos-. Y ¿qué te dijo en
la mañana?”. Responde el tipo: “Me dijo:
‘¡Síguele, papacito!”...
Cumplió años don Martiriano, y su
mujer, doña Jodoncia, le regaló dos corbatas.
Al día siguiente don Martiriano,
deseoso de agradar a su mujer, estrenó
una. Lo vio la fiera señora y le pregunta
irritada “¿Qué? ¿No te gustó la otra
corbata?”...
Termina esta columneja con un chascarrillo
que, me dicen, es muy lépero...
La nueva criadita de la casa hacía
la limpieza de la alcoba, y dio con un
condón desenrollado. Le preguntó con
recelo a su patrona: “¿Qué es esto, siñora?”.
La esposa, divertida, le preguntó a
su vez: “¿Qué en tu pueblo no hacen el
amor, Eglogia?”. “Sí lo hacemos, señito
-respondió la muchacha-. Pero no hasta
despellejar al hombre”. FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
En la caverna los hombres estaban
en tinieblas. Todos se habían
acostumbrado ya a la oscuridad.
Todos, menos uno. Ese hombre
recordaba la luz, aquella luz que
todos tenían olvidada, y anhelaba
volver a verla alguna vez.
Una noche, en medio de las
sombras, buscó dos piedras y un
haz de yerba seca. Después de
mucho afanarse consiguió por fin
encender un fuego pequeñito que
luego fue creciendo. A la luz de las
llamas los hombres pudieron verse,
y pudieron mirar la caverna en que
se hallaban.
La fealdad de aquel lugar los
asustó, y apagaron el fuego que
el hombre había encendido. Todo
volvió a quedar a oscuras.
Pero el hombre del fuego no ha
olvidado el perdido resplandor. Lo
lleva en su recuerdo, y con él sueña
cuando duerme. Alguna vez volverá
a encender su luz, aunque todos
quieran vivir en las tinieblas.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“Estados Unidos había pedido
la extradición del Chapo”.
Antes que llegara el día
la fuga tuvo lugar.
Lo ayudaron a escapar
los que sabían que sabía.


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