2015-07-27 | 10:17:24

En los últimos días dos de los nombres que suenan para buscar la candidatura del PRI a suceder al actual gobernador, Javier Duarte de Ochoa en el 2016 son el de Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorilla, quizá son al momento los más adelantados y los que protagonizan más claramente la carrera al interior de su partido.
La salida de Gerardo Buganza Salmerón como el candidato independiente, que finalmente se encarta en la baraja que juega el mandatario veracruzano, hará que las encuestas jueguen un papel importante.
Los aspirantes parecen darle poca importancia a que algo que aumentará los méritos de quienes la buscan es su posicionamiento en las encuestas, y que en privado y a veces no tanto, el primer priista ha marcado que fijará su postura sobre el candidato.
Apenas el viernes el Ejecutivo habló de los adelantados, y de los que aspiran, y dijo que “en Veracruz cada seis años se vive una situación de destapes y auto destapes, donde existen actores políticos que tienen “décadas” buscando la nominación a la máxima magistratura del Estado”.
Pero atajó enseguida en su entrevista con medios de comunicación que aún no son los tiempos de hablar de la sucesión cuando el proceso legalmente aún no inicia.
“Hay algunos y no sé por qué se enfocan en los que están o que han participado o en mi gobierno o que son compañeros de mi partido, hay gentes que han expresado también su deseo de participar de otros instituto políticos desde hace muchos años, inclusive décadas y ahí siguen, que no nos sorprendan este tipo de declaraciones”
Esta frase del gobernante expresa mucho. Tiene varios significados, y es que en algunos son mensajes de que diversos actores deben entender que se tienen que quedar quietos. En otros que no son los únicos pues bien dice, fuera de “mi gabinete” también hay aspirantes, y otros más que llevan décadas queriendo ser, en clara alusión a quienes militan en Acción Nacional.
El viernes mismo el senador Pepe Yunes como se le conoce, fue contundente: “Yo seré el candidato”. Lo que no considera el propio Pepe es que las circunstancias también influyen y una de ellas se llama Luis Videgaray.
Por un lado, el legislador federal puede irse por la libre si el funcionario fiscal, el más cercano de los colaboradores del gobierno federal al Presidente de la República, le da el banderazo puesto que también depende de las aspiraciones propias del jefe mayor del ámbito fiscal en México.
Si Videgary, padrino político del oriundo de Perote, ve favorable que éste se lance como candidato y pueda llegar a la gubernatura le dará luz verde, para que así haga la operación política necesaria en Veracruz durante los dos años previos al 2018 cuando él busque suceder a Enrique Peña Nieto.
Pero si las condiciones no le parecen favorables al secretario de Hacienda entonces le marcará la tarjeta amarilla a Pepe Yunes en el 2016 para que aguante, y sea en un acto de coordinación y fuerza política cuando vayan juntos en el 2018. El primero, por la Presidencia y el segundo, por la gubernatura de seis años.
Ahora bien, también Pepe Yunes no debe cometer el error de concentrarse solo en estos escenarios, y dejar que el de Soledad de Doblado camine solo, que cada vez asegura, gana más terreno y se hace sentir en toda la entidad veracruzana. Ostenta, incluso, ir arriba en las encuestas.
Ha trascendido que esos estudios de medición que tiene el gobernador en su escritorio ponen adelante al amigo de Manlio Fabio Beltrones, y que sin duda es en lo que se basa el Ejecutivo para saber a quien va impulsando. Por ello, en el gabinete más de dos o tres funcionarios saben que si no es abiertamente la línea de palacio “en este momento” (es una frase que se remarca mucho) es para Héctor.
En el PRI, se piensa lo mismo, aunque saben que se debe esperar aún más para saber quién está adelante ya definitivamente.
En el corazón, al menos así lo ha dado a saber Duarte de Ochoa, el que tiene más espacio es el de Perote, de quien incluso pueden interpretarse como mensajes mediáticos desde palacio, se tiene la idea que ha sido mal asesorado por acelerados que lo han “volteado” en contra del gobernador, y que si bien pueden pensar que no es la mano decisiva para nominar al candidato, deben tener más que claro que sea quien sea el candidato, apadrinado por quien sea, no pueden venir confrontados con quien gobierna en Veracruz, menos ahora que ha demostrado tener el control político como fue la pasada elección federal del 7 de junio.
Finalmente, como se ha mencionado por allí, Pepe Yunes tiene aún el pandero en su mano, está a tiempo de dar el viraje y recular en su actitud, pero trabajar por demostrar que es quien tiene las encuestas de su lado con la simpatía de los priistas, igual que parece hacerlo Héctor pues para ninguno se le puede pedir que tengan la simpatía de los veracruzanos, las condiciones no están dadas para ello, y menos en este momento de crisis de imagen en el PRI.
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