miércoles, 05 de junio del 2024
 
Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: Acciones y omisiones
Acciones y omisiones
2015-08-08 | 09:13:16
Cada vez que nuestra moneda se devalúa, los funcionarios y voceros gubernamentales inmediatamente le echan la culpa de esto a problemas que se generan fuera de México. Con la devaluación de la semana pasada, ha sucedido exactamente lo mismo. Nos dicen que la baja en los precios del petróleo, la crisis de Grecia y la reducción sustancial en la producción de China, fueron las causas principales de la depreciación del peso frente al dólar. Sin dejar de reconocer que en un mundo globalizado, todas las economías se encuentran interconectadas y que lo que le sucede a unas, repercute irremediablemente en otras; la realidad es que las principales causas de las devaluaciones en nuestro país, se deben al pésimo manejo de nuestra economía y al enorme gasto corriente que hace el gobierno, muy por encima de sus posibilidades e ingresos, porque el déficit que esto ocasiona, tiene que cubrirlo con préstamos. Estos generan intereses que a la larga complican más las cosas, porque al no invertir ese dinero en infraestructura que genere ingresos y sirvan éstos para pagar los préstamos y los mismos intereses; sino que parte del presupuesto se malbarata en tonterías, se acaba agravando la situación, porque cada año los gobiernos deben más y tienen que destinar mayores recursos al pago del capital e intereses. Esto, genera un círculo vicioso que parece no tener fin. Tanto el gobierno federal, como la mayoría de los gobiernos estatales y municipales, gastan más de lo debido y se endeudan sin ton ni son. Los miles de millones de pesos que piden prestado los utilizan en gasto corriente, es decir, en el pago de una enorme y costosa burocracia, en la implementación de programas populistas que no resuelven nada de fondo y solo sirven para captar votos y también en el desvío de recursos a las cuentas personales de muchos políticosy funcionarios. Todavía no entiendo cómo es, que si cada año aumenta el presupuesto arriba de la inflación, hay gobiernos que gastan más de lo presupuestado y no tienen ni siquiera para pagarles a sus empleados, ni a los contratistas y proveedores. Esto nos da una idea de la falta de planeación y del enorme desorden administrativo que tienen. Lo mismo de la gran corrupción en que estamos inmersos, donde de acuerdo con investigaciones realizadas por diferentes medios de comunicación, existen redes de intereses que manipulan el otorgamiento de contratos y adquisiciones, para entregarlos con sobrecostos a empresas relacionadas con quienes los asignan.
Eso explica el por qué no hay dinero, nuestras carreteras están llenas de agujeros y los hospitales carecen de medicinas. Otra de las causas de nuestra crisis económica es la baja productividad que lamentablemente padecemos. ¿Cómo va a despegar nuestra economía, si para abrir legalmente una empresa, existen infinidad de trámites que por tortuosos, tardados y caros, desaniman al inversionista más paciente? ¿Cómo va a despegar nuestra economía si en muchas escuelas públicas se fomentan y enseñan el ocio, la holgazanería, las huelgas, los paros, la suspensión de clases por cualquier tontería y la exigencia de derechos presuntamente adquiridos, sin mencionar que junto a cada derecho debe haber siempre una obligación, para que todo esté en perfecto equilibrio y funcione. Por si fuera poco, muchas escuelas públicas y privadas han dejado de inculcar valores como el trabajo, la disciplina, la honradez, el ahorro, la responsabilidad, el estudio, el respeto y el amor a la Patria. ¿Cómo vamos a mejorar nuestra economía, si quienes pueden producir con eficiencia se ven frenados por un sistema fiscal tan enredado e injusto que castiga al emprendedor, cobrándole impuestos por generar empleos y obligándolo a contratar, no más obreros para incrementar su producción, sino a contadores y asesores que le permitan medio entender las enredadas disposiciones existentes en materia fiscal, para cumplir con lo que exigen las autoridades hacendarias a los causantes cautivos? ¿Cómo vamos a mejorar nuestra productividad, si mucha gente emprendedora se desanima al ver lo complicado que es mantener funcionando una empresa, pagando salarios, proveedores e impuestos; en fin, lo difícil que es ganarse un peso y observar lo fácil y rápido que puede enriquecerse un funcionario de medio pelo que padece de cleptomanía o un político bribón; todo esto sin que les pase absolutamente nada? Conclusión: El fortalecimiento de nuestra moneda, no depende tanto de lo que pase fuera de México, sino de lo que aquí hagamos o dejemos de hacer los mexicanos. Esta reflexión debemos dejárnosla de tarea, para no seguir culpando a los de afuera de los males que nosotros mismos propiciamos con nuestras escasas acciones y nuestras múltiples omisiones.1 ¿No les parece a ustedes? Muchas gracias y que tengan un buen fin de semana.


NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México


NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México