lunes, 20 de mayo del 2024
 
Por Jant Segovia
Columna: Las mentiras del poder
El espanto del terror
2015-08-20 | 10:31:27
Lo que en la campaña del señor
de Atlacomulco pintaba tan bonito,
con un nuevo México pintado
de bondades, porque ellos
si sabían cómo hacerle, comenzó a
desmoronarse en el momento de la
toma de protesta, cuando se apreció
que la votación que lo había llevado
al poder estaba más que dividida,
en una alarmante realidad que conjugaba
un “sistema” aislado, nunca
antes dominado por la indiferencia
de unos votantes hastiados de las
mentiras sexenales, y de una guerra
incruenta puesta en marcha por su
antecesor, a quien nadie se atreverá
nunca a tocar, exceptuando que
a los güeritos algo no les cuadre,
e hipotéticamente lo llamaran a
cuentas.
Algo que nunca ocurrirá, porque
este individuo ya había pactado
cuidarles su traspatio a estos alcohólicos
y drogadictos.
Ante esta soledad en Los Pinos,
parieron el llamado “Pacto
por México”, descolorido desde
el principio, por haber nacido un
aborto que ahora repudian tanto
el PAN como lo que queda del PRD.
Pero que se convirtió en el
monstruo que ya habíamos avisado,
defecando unas incomprensibles
reformas, que al cabo de los
meses dejan ver sus cabecitas de
inutilidad, que volteadas contra
el pueblo amenazan con seguir
devorando a este, con una primer
“venta” (disfrazada) de Pemex,
que fue una vergüenza, dejando
en “caja” la pírrica cantidad de
150 mdd en efectivo, favoreciendo
a la familia Salinas, (aunque disimuladamente),
con una tentativa
inversión (a futuro) de otros mil
200 mdd.
Una Reforma Educativa de vergüenza,
que ya hemos citado hasta
la saciedad que se trata de una
Reforma Laboral. La educacional
sigue por los suelos, con trazos de ir
peor. Y aquí le paramos, porque es
el cuento de nunca acabar.
Lo cierto es que estamos ante
un gobierno de tomas de decisiones
lentas y asustadizas, que rodeado
de seres enquistados en el pasado,
dejan que sucedan las cosas mientras
se resguardan en las trincheras
del olvido creadas por ellos desde
1929, con la esperanza de que se
calmen los ánimos, o que otro acontecimiento
empañe el anterior. Que
para el caso es lo mismo.
Así llegamos a la editorial
del Washington Post, y a la carta
abierta firmada por más de
cuatrocientos hombres de letras,
periodistas, etc. en las que le reclaman
a SM. Henry I, algo que al
parecer le ha valido madres, que
es el cumplimiento de lo firmado
por su antecesor a nivel internacional
(del haiga sido, como haiga
sido) en junio de su último año de
gobierno (si es que así se le puede
llamar a la masacre generalizada
en que convirtió al país), como es el
derecho a proteger a los periodistas
y defensores civiles, de los derechos
humanos.
Ahora con unas propuestas de
leyes, y otras… quiere quitarse de
encima cualquier tache que lo señale,
teniendo como inmaculado apoyo
a los concertinos de siempre, (o
aliados perpetuos de la mayoría de
los medios de comunicación), que al
vivir a expensas del estado, alaban y
veneran cualquier exabrupto de este,
como se pudo ver el pasado lunes
vía Héctor Aguilar Camín, quien en
el programa de Leo Zuckermann,
al hablar de la masacre de la Narvarte,
se convirtió en investigador,
juez y jurado, sentenciando a los
asesinados como distribuidores
de drogas al menudeo, (algo raro
para hacerlo en un edificio de corte
medio-alto, en un cuarto piso, y
que además para asegurarlo, este
seudo periodista debe contar con
información privilegiada, la cual
de ser así, estaría violando la secrecía
del proceso), sentenciando
y victimando a priori a Mile Virginia
Martin, por el solo hecho de
ser colombiana, asegurando que
era la única mujer a la que habían
violado, sodomizado y asesinado
con un disparo en la cabeza (con
un cojín como “silenciador”), lo que
demostraba sus nexos con el narco,
al “enviar este un mensaje” a quién
sabe quién.
Mientras que en México sigamos
teniendo este tipo de “periodistas”
lavadores de cerebros, a cambio
de un vil plato de lentejas, nunca
podremos hablar de un periodismo
real, cuando tipejos de esta calaña
se atreven a formular dichas
declaraciones, sin ser llamados al
orden, o al menos, llamados a que
expliquen de dónde obtienen sus
informaciones tan “puntuales”. (Y
por supuesto no hablamos de violar
las fuentes).
Este gobierno lleva mal derrotero
desde el punto y hora de no
haber aclarado los trastupijes de las
“casas”, comenzando por la llamada
Blanca, misma que ahora anuncia
el Tribuno Claudio Cayo Virgilio
Andrade que será hasta diciembre,
cuando estará en facultades
de explicar si hubo o no conflicto
de intereses. Señor Virgilio, ¿de qué
diablos se trata? ¿Aun no le informa
quién le contrató lo que debe decir?
El desgarriate que vivimos,
más bien parece un muégano,
donde diariamente se “adosan”
las mentiras que intentan tapar
las realidades como la de Tlatlaya,
que primero fue venerada como
un gran triunfo del Ejército, para
acabar en lo que es: Una ejecución
sumaria, para después pasar a los
43 jóvenes de Ayotzinapa, que por
su naturaleza, ya es monstruoso, y
más en manos de estas autoridades
de la “verdad histórica”, a quienes
no se les piden responsabilidades
de ningún tipo; que al igual que el
caso de Apatzingán o del Rancho
del Sol, a manos de los Federales,
esta es la hora (junto a la fuga de
Guzmán Loera), que se tenga un
ápice de verdad, en el dédalo de
mentiras sembradas por el poder.
Un poder cada día más pobre
en resultados, y con un acercamiento
a la ciudadanía cada vez
más lejano, como lo demuestran las
encuestas de opinión, que lo dejan
por los suelos, lugar al que llegará
en las elecciones del 2016, para así
“aterrizar”: “Al espanto del terror”.
¿Pero qué nos dicen Don Quijote
y Sancho?
-Sancho: Oye mi señor. ¿Regina
Martínez también era narcotraficante?
-Don Quijote: No des ideas. No
des ideas.
-Sancho: ¡Ah!, chingao, chingao,
chingao.


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