2015-08-22 | 21:17:49

Los designios divinos

A partir de este sábado se empezó a escribir parte de la verdadera historia por la sucesión estatal veracruzana, en donde confluyen el presidente Enrique Peña Nieto con la última palabra que será ofrecida a través del secretario de gobernación, Miguel Angel Osorio Chong y el gobernador Javier Duarte que tiene voto de calidad.

Las consultas de las encuestas a los posicionamientos, sin lugar a dudas favorecen al senador Héctor Yunes Landa, que ha trabajado mucho para alcanzar su objetivo de ser el candidato de su partido el PRI.

Pero ya en la recta final a un poco menos de seis meses a que inicie el proceso y con escasos noventa días para lograr un posicionamiento adecuado, aparece Tomás Ruiz González, como un ofertante más a la candidatura al gobierno estatal para el 2016, serio y de alto nivel en el área de finanzas, que ofrece estar dispuesto para participar una vez más como el hizo en tiempos alemanistas.

Este sábado por azar del destino los unió, si a Héctor Yunes y Tomás Ruiz, ambos sólo separados por unos metros de distancia. En conocido hotel de Boca del Río, en donde titular de la SIOP, recibía el apoyo y el reconocimiento de representantes de distintos grupos políticos de la entidad para lo que viene.

Ruiz González, ante el grupo de veracruzanos de diversos puntos del territorio que se dieron cita temprano para estar con el titular la SIOP, en lo que fue una conferencia con sabor a decir, yo también estoy listo, y estas son mis cartas credenciales metafóricamente hablando.

La seriedad de siempre de Tomás Ruiz, para su trato con la gente como ha sido característico.

Dio una presentación de lo que es el desarrollo de importantes obras en materia de carreteras para el estado de Veracruz que son una realidad y el reinicio de las obras del túnel sumergido en Coatzacoalcos.

Su visión a una problemática financiera mundial con amplias repercusiones globales y en el caso especifico de Veracruz, su preparación para enfrentar con inteligencia los retos que depara la economía acorde al impulso de la reforma energética.

Sin usar términos de política tradicional, con un lenguaje claro y directo, su mensaje realista en torno al futuro de Veracruz y de las presentes y actuales generaciones, son parte de un esquema en donde dice, que está preparado para hacer por la entidad, todo lo necesario para darle un esquema de desarrollo, crecimiento económico y sobre todo con la idea de que las soluciones reales para el tema de la deuda financiera del gobierno estatal se logren en el corto plazo.

Tomás Ruiz, habló con mucha precisión en torno al decreto federal para el manejo de las reglas en torno a las deudas de estados y municipios, con un lenguaje, claro y muy frio, dijo que en Veracruz hay presente y futuro, y que se tiene que seguir construyendo acordes a los nuevos tiempos nacionales de orden y futuro.

Afuera del salón, el restaurante del hotel, en la casualidad estaba el senador Héctor Yunes Landa, con su hermano Cesar y un reducido grupo de amigos en la mañanera hora del café sabatino para conocer el pulso político del estado y del país, que a todos ocupa y preocupa. Saludos y abrazos festivos con los personajes que salían de la conferencia de Tomás Ruíz González y ante la pregunta que dijo: “hablo de las obras públicas”.

A unos cuantos días del informe presidencial de EPN, en donde se esperan cambios en el gabinete federal, pero también algunas voces comienzan como cada año ha sido costumbre en el ya característico juego mediático en torno al mandato de Javier Duarte, en donde se quiebran la cabeza para saber de su futuro político, ya a punto de concluir el quintó año de su gobierno, quizás el más peligroso, el más difícil y en donde se enfrentan mayores retos por los movimientos naturales de propios y extraños que piensan o sueñan en la sucesión, pero también ante la ola de la escalada de la voracidad de muchos medios que quieren dinero para enfrentar sus propias crisis económicas.

A juicio de los expertos, el ambiente tenso en la entidad, se puede hasta sentir demasiado frio, por los muchos tiradores políticos a una silla, en donde, nada más es para una persona. Así las cosas.