2015-08-25 | 21:30:27

La deuda pública del gobierno de Javier Duarte de Ochoa se ha convertido en el tema preferido de la clase política veracruzana, ya se trate de priistas, panistas o perredistas, el manejo de cifras exorbitantes es la tarea de destacar y figurar de los funcionarios dentro de los medios noticiosos.

Desde que se manejó políticamente la bursatilización como burbuja adecuada para obtener recursos, tanto para el creciente gasto corriente como para algunas pequeñas obras, para disfrazar el destino de ese dinero extraordinario que no figuraba en los presupuestos.

Lo usaron los funcionarios como si se hubieran sacado la lotería.
Creo que no existe mayor placer que pedir prestado y gastárselo consciente que no es uno, el que lo va a pagar.

Los gobiernos estatal y municipales la bursatilización la negaron de manera sistemática, cuando se mentía de manera deliberada, ya que ese débito desacostumbrado de las normas financieras tarde o temprano había que pagarlo.
Fue un engaño doloso.

Un dinero que lo gastaron de manera descuidada los funcionarios de la administración anterior y que quisieron las nuevas autoridades seguir con esa ilegal práctica de endeudamiento de las finanzas públicas.

Lorenzo Portilla Vázquez, director del Orfis, rompe del silencio encubridor cuando ya siente pasos de sobre de la grave la responsabilidad que encierran estos manejos irregulares apuntó que la cantidad asciende a siete mil doscientos millones de pesos.

La encrucijada de Dante

Que habrá pasado para que los tradicionales aliados del partido político Movimiento Ciudadano del veracruzano Dante Delgado Rannauro ahora cambian el discurso y aseguran que su pasado priista del exgobernador está vigente y que su bancada en la nueva Cámara de Diputados Federales trabajará de acuerdo a los lineamientos que dicte el gobierno federal.

Al parecer la alianza que hizo con el gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez, el expriista “independiente” fue la gota que derramó el vaso sobre la credibilidad de liderar un partido político de avanzada.

Exhibido el INE

Una de las normas que exigen a los partidos políticos es que no pueden violar reglas electorales y cuando estas se realizan de manera sistemática, como ocurrió con el Verde Ecologista tendría que retirarle su registro el Instituto Nacional Electoral con el consentimiento del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Si el partido de las cuatro mentiras (PVEM), tuvo 227 multas que le impuso la autoridad electoral, que mejor prueba que realizó esas violaciones de forma metódica. ¿Más de doscientas ocasiones ocurrió en desacato y no hay ningún castigo?

Que triste papel del INE de Lorenzo Córdoba que permite de esta manera que exista una sobre representación en el congreso.