miércoles, 01 de mayo del 2024
 
Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
2015-08-26 | 20:27:11
Retos de la Administración Pública
“El peor patrón es el gobierno”: es una frase trillada en el sector público en las últimas décadas cuando después de años de servicios cumplidos, al romperse el vinculo laboral de la relación de trabajo por infinidad de causas, el ciudadanos puede comenzar a vivir después de los día de gloria de pertenecer a la burocracia, se pasa a vivir el peor de los infiernos.

En México la administración pública está plagada de corrupción y alimentada con infinidad de leyes y reglamentos que no la hacen ágil, sino que sólo la entorpecen y hacen más largos los caminos para cualquier ciudadano que pretenda realizar un acto de gobierno teniendo enfrente al organismo burocrático en cualquiera de los tres niveles de gobierno o en cualquiera de los tres poderes de gobierno.

Desde el imperio romano se comienza a dar idea de lo público: res publicum “la cosa pública”. Al funcionario público entonces se le considerada para el servicio de los demás al provenir del término cosa pública.

En igual forma van de la mano administración y derecho y desde el antiguo derecho romano se establecen los formatos en derechos y obligaciones de las autoridades, las instituciones y de los ciudadanos.

Es tan antiguo como actual, toda vez que el derecho romano y por lo mismo las instituciones siguen aún vigentes y por lo mismo arcaicas.

La administración pública en México requiere de una transformación, porque desde las oficinas públicas realizar un trámite por grande o pequeño que sea se convierte en toda una odisea. Y las instancias gubernamentales llenan al ciudadano de obligaciones con la finalidad de obtener ingresos vía: impuestos, derechos, productos o aprovechamientos, que se convierte al final en el pago de la gente por obtener un servicio y que en ocasiones un ciudadano casi tiene que pagar hasta por el aire que respira.

La gente se agobia, la burocracia en los países subdesarrollados y los legisladores encargados de fundamentar y darle razón de ser a la administración pública, sólo están ideando formas para que aumenten las contribuciones de los ciudadanos y con eso incrementar las aportaciones al erario público.

La reflexión en la época actual va en el sentido de que el gobierno en cualquiera de sus instancias pueda hacer que en una ventanilla única el ciudadano pueda realizar cualquier trámite y por lo mismo el pago consecuente, sin mayor “tramitología” y que mediante el avance de la tecnología no se tengan que presentar una infinidad de documentos originales más copias y todo lo que conduzca a entorpecer la agilidad del servicio.

En México, se pueden contabilizar los pasos y los costos para poner un pequeño negocio. Aquí son muchos los momentos que se pueden plantear en un cronograma de pasos y el tiempo que llevaría realizarlo. Por lo que serían más de treinta pasos y el tiempo mínimo para tener la documentación en regla sería de un mes mínimo de tiempo.

Por eso, la reflexión es que la administración pública que va de la mano ahora hasta de los derechos humanos se convierte en un deporte la instauración de amparos para pedir la protección de la justicia federal para impedir la violación de las garantías individuales, contempladas en la Constitución de la república.

Solo basta imaginar los pasos que se tienen que dar para conseguir una concesión de radio o de televisión, o una franquicia de PEMEX para una estación de servicio, o el trámite para un derecho de uso de suelo.

Ahora entre los muchos trámites para una persona, no sólo basta tener el acta de nacimiento sino que se requiere del trámite del CURP. A la mayoría de edad la credencial de INE para votar que se convierte en la forma más aceptada de identificación.

En otros países avanzados sólo existe una credencial de identificación personal, se pueden expedir cheques en las tiendas de conveniencia y pagar impuestos y servicios bancarios en las mismas.

En México la administración pública se rige por el principio de la desconfianza hacia el ciudadano y por lo mismo la famosa agilización administrativo no se puede cumplir porque son muchos los tramites que una persona tiene que realizar a lo largo de vida, hasta para morirse y cobrar un seguro o pensión la forma de hacerlo es a través de una demanda en donde se requiere de la contratación de un abogado o de un contador para la realización y supervisión de los trámites que además se incrementa en un gasto oneroso que hay que sumarle a todo el proceso de la administración pública.

En los tres niveles de gobierno y en los tres poderes de gobierno, la alta burocracia tienen sueldos superiores desde los ochenta mil hasta un millón de pesos al mes que puede devengar el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, o un ministro, un magistrado o un juez entre los doscientos mil y quinientos mil pesos mensuales.

En igual forma los legisladores federales o locales cobran sumas superiores a los cien mil pesos mensuales más los bonos y el presupuesto sin comprobación que se les concede a los que son presidentes de alguna comisión y en igual forma a los del poder ejecutivo que desde el puesto de jefe de departamento hasta secretario son parte de una estructura organizacional en donde los salarios, bonos y prestaciones se manejan por medio de tabuladores que son parte de una gran ubre, que cada día se agota y por lo mismo, el propia gobierno federal, las entidades federativas y los ayuntamientos, con el paso del tiempo acumulan deuda pública impagable que se tiene que renegociar cada año vía mayores endeudamientos y algunos otros formatos que se realizan hasta con la bursatilización de la deuda pública.

Ningún dinero público alcanza para pagar las cuentas del gobierno y sus abultadas nóminas además del excesivo gasto corriente. Las prestaciones gigantescas con dos meses de aguinaldo y en aquellos casos del magisterio los maestros con dos y tres plazas que les permiten ganar más de cien mil pesos al mes, en lo que sería que trabajaran las 24 horas del día.

Una administración pública injusta y que ya está agotada por la dimensión del despilfarro y la corrupción, hoy en día demandan de políticas públicas nuevas y razonables. Quitarles a la empleomanía privilegios y canonjías, para darle al ciudadano un lugar de preferencia.

Es cierta y valida toda la literatura a lo largo de la historia de la humanidad y las luchas sociales para hacer de la administración pública parte de la ética. El derroche y la desfachatez de María Antonieta de Francia, y su esposo Luis XVI, los llevaron la guillotina, cuando el pueblo cansado de la injusticia, de vivir en la pobreza y del pago de elevadas contribuciones a la monarquía son un ejemplo del inicio de una revolución que marcó al mundo en 1789, cuando a la reina, le informaron que la gente no tenía pan para comer y respondió: Que coman pasteles.

En México el régimen de partidos políticos se ha convertido en un modo de vida de mayor corrupción y las estadísticas arrojan a un promedio de 70 millones de pobres y de gente que vive en la pobreza extrema.

Para mitigar el hambre en el país, el gobierno federal implementa mecanismos de entrega de dinero a las personas de la tercera edad sin pensión y a las que se dedican al campo en una entrega que luego se condiciona al voto electoral.

Las deficiencias de la administración pública pueden medirse objetivamente cuando de un país quedan pueblos fantasmas cuando la migración es la única salida al desempleo, la inseguridad y a enfrentar a los gobernantes despiadados.

El panorama es negativo, los resultados en igual forma son parte de una cultura política en donde el filosofo Samuel Ramos, describió a la perfección al mexicano y su cultura. Origen de la fusión de razas por la conquista española y la indígena autóctona, que se ha convertido en peligrosa, porque es una de las pocas razas en el mundo que se persigue a sí misma, sin misericordia.

La administración pública en México, debe cambiar, debe evolucionar y transformarse en beneficio de las grandes mayorías, para dejar de beneficiar sólo a la minoría de la clase gobernante de los partidos políticos en turno, en los diferentes niveles y poderes de gobierno.

Entre los hechos más evidentes de la crisis que sufre la administración pública en México se da en el régimen de pensiones de los trabajadores, en donde agotados por el incremento de las expectativas de vida de la gente, cada vez se les aleja más la posibilidad de retiro y otros aspecto grave, es que se pretende quitarle el derecho a la maternidad a las mujeres trabajadoras, con mínimos días de incapacidad y sin horas para la lactancia.

En el caso del estado de Veracruz, el próximo gobernador debe ser un experto en administración pública en finanzas y economía, al parecer el licenciado y maestro Tomás Ruiz González, está llamado con urgencia al cargo para enderezar la nave. Así las cosas.


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