lunes, 06 de mayo del 2024
 
Por Catón
Columna: De política y cosas peores
CNTE colgará los tenis
2015-08-27 | 09:54:23
Sor Bette, linda monjita del convento de
la Reverberación, llegó muy agitada al
claustro. Traía los hábitos en desorden,
llevaba la cofia por un lado y calzaba sólo
una sandalia de las dos que prescribe la
severa regla de su orden.
Llorosa y gemebunda le dijo a la abadesa:
“Reverenda madre: un hombre
faltó en mí al sexto mandamiento”. La
superiora profirió una jaculatoria muy
de su época: “¡Mano Poderosa!”. “Usó
las dos” -precisó ruborosa la novicia,
que nunca había oído tal invocación.
Inquirió la religiosa: “Y dime, hija:
¿qué hizo contigo ese menguado?”.
(Ya se ve que por falta de contacto con
el mundo no había tenido ocasión de
actualizar sus adjetivos). Contestó sor
Bette: “Primero me puso la mano aquí”.
“¿Y luego?” -quiso saber la madre.
Prosiguió la monjita: “Luego me puso
la mano acá”. Preguntó la superiora: “¿Y
después?”. Respondió la joven: “Después
ya no supe de mí, madre. Me abandonaron
los sentidos; me desvanecí; me
desmayé”. “¡Qué lástima! -exclamó
sinceramente contristada la abadesa-.
¡Te perdiste lo mejor!”...
Los eufemismos son una bella parte
del idioma. No representan una forma de
falso pudor o hipocresía: son en verdad
delicadezas, ora sutiles, ora rebuscadas,
para decir las cosas sin lastimar a los
demás.
Un señor declaraba: “No me atrevo
a asegurar que Fulanito es gay, pero sí
puedo decir que es heterosexual flexible”.
Nuestro idioma es rico en eufemismos, y
más abundoso en ellos es el español que
se habla en México, quizá debido a lo
reticente y cortesano de las expresiones
que por fuerza tuvo que usar un pueblo
conquistado.
¿Cuántas formas tenemos, por
ejemplo, para decir -para no decir- que
alguien se murió? No sólo decimos: “dejó
de existir”, “pasó a mejor vida” o “se fue
al Cielo”. Decimos también: “anda de
minero”; “colgó los tenis”; “fue a abonar
las margaritas”; “ya nos lo cafeteamos”
(por el café que se bebe en los velorios);
“chupó Faros” (por los cigarros que solían
fumar los fusilados antes de recibir la
descarga); “entregó la zalea al divino
curtidor”, y muchas frases más igualmente
peregrinas e ingeniosas.
Pues bien: digamos que la nefasta
CNTE está en vías de colgar los tenis,
chupar Faros, etcétera. Al habérsele
quitado el control del instituto estatal
de educación se le arrebató también el
dominio caciquil que ejercía sobre los
maestros oaxaqueños.
Sus líderes, amenazados de cárcel por
los abusos que han cometido, muchos
de los cuales constituyen delitos graves,
se ven apazguatados y empavorecidos.
Los profesores, libres ya de la opresión
que ejercía sobre ellos esa mafia, están
acudiendo cada vez en mayor número
a regularizar su situación laboral. La
sección 59, de maestros que sí han trabajado,
no sufre ya el acoso y hostigamiento
de aquella banda de delincuentes.
Lo mismo que sucede en Oaxaca habrá
de suceder en Chiapas, Guerrero y
Michoacán. Que todo sea para bien de
los educandos y de los mismos maestros.
Un hombre joven acudió a la consulta
de un médico de fama.
El muchacho se veía agotado, desmadejado,
gastado, acabado, desmayado,
apagado, aniquilado. Lo interrogó el
facultativo a fin de conocer la causa
de su febledad. “Tengo una novia muy
ardiente, doctor -dijo el muchacho con
voz casi inaudible-. Me obliga a hacerle
el amor dos veces cada día, y a veces
hasta tres”.
“No me extraña su estado de debilidad,
infeliz joven -responde con
gravedad el médico-. Únicamente las
miríficas aguas de Saltillo le permiten
a un hombre resistir sin agotarse tales
jornadas de sensualidad. El caso de
usted es lamentable.
De seguir con esas efusiones la vida se
le acabará antes del próximo cumpleaños
de su madrecita. Seguramente no querrá
usted privarla del juego de seis vasos
pintados con claveles rojos que cada año
le regala”. “De ninguna manera, doctor
-declaró el joven-. Soy firme partidario
de las tradiciones”.
“Entonces -dictaminó el galeno- es
absolutamente necesario hacer que su
novia pierda todo interés en el sexo”.
Preguntó el lacerado: “Pero ¿cómo puedo
conseguir tal cosa, doctor?”. Respondió
sin vacilar el médico: “Cásese con ella”...
FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
Mi nieta más pequeña rompe a llorar
de pronto. Alguien le dijo una
palabra dura. A ella, que es toda
suavidad, toda blandeza.
La tomo en mis brazos y le digo:
-No llores, hijita. Cada lágrima
tuya vale un millón de pesos.
Luego traigo el pañuelo especial
que -le he dicho- tengo para limpiar
lágrimas de princesas. Con él enjugo
las que corren por sus mejillas
de rosa, de terciopelo, de durazno.
Le pregunto en seguida a fin de
distraerla de su llanto:
-¿Cuánto te dije que vale cada
lágrima tuya?
Me responde sin dejar de llorar:
-Ya no me acuerdo. Pero es bastante.
Tienes razón, hermosa: es bastante.
Mejor dicho, es todo. Una
lágrima llorada por ti es un mundo
de pesar para este abuelo tuyo que
no quiere que te roce la tristeza,
ni siquiera la mínima tristeza que
cabe en esta diminuta f lor que
ahora le ofreces, entre risas, a una
mariposa que revolea cerca de ti.
MANGANITAS
››por afa
“Se niega Beltrones a debatir
con AMLO”.
No sé qué clase de saurios
son ellos, pero diría
que su debate sería
un pleito de dinosaurios.


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