jueves, 02 de mayo del 2024
 
Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
El ‘tiburón’ Buganza
2015-09-14 | 09:43:39
El jueves de la semana anterior,
Gerardo Buganza, aspirante a
candidato independiente a la gubernatura
de Veracruz, recorrió la
zona sur hasta el puerto de Coatzacoalcos,
donde inauguró la segunda
casa de “Generando Bienestar”,
la asociación política ciudadana
que recién obtuvo su registro legal
ante el Instituto Electoral Veracruzano
y que él fundó hace cinco
años luego de haber renunciado a
su militancia en el PAN y de hacer
el compromiso público de que
nunca más volvería a reafiliarse a
otro partido político.
Por haber formado parte del
gabinete del gobernador Javier
Duarte de Ochoa –primero como
secretario de Gobierno, luego
en la Secretaría de Infraestructura
y Obras Públicas (SIOP) y
posteriormente de vuelta en la
Segob hasta a mediados de julio
pasado–, hay quienes cuestionan
la independencia de Buganza e inclusive
se atreven a especular que
el expanista sería una especie de
Caballo de Troya del mandatario
veracruzano y de su antecesor, el
exgobernador Fidel Herrera Beltrán,
para restarle votos en el PAN
a Miguel Ángel Yunes Linares, el
principal detractor de este grupo
del PRI en el poder y el más fuerte
aspirante del partido blanquiazul
para volver a buscar la gubernatura
en 2016.
Buganza ha argumentado que
él es un político profesional, sin
ligas ni ataduras partidistas, y
que, en efecto, él se incorporó a
este gobierno al igual que otros
exmilitantes panistas inconformes
con la nominación de Yunes
Linares impuesto por el presidente
Felipe Calderón, quien en 2010 se
opuso a que el candidato del PAN
lo eligiera la militancia.
Sin embargo, el exsenador y
exdiputado federal busca repetir
el campanazo que ya dio en la sucesión
estatal de 2004, elección que
las autoridades electorales le adjudicaron
al priista Herrera Beltrán,
pero que Buganza asegura haber
ganado con más de 9 mil votos de
ventaja.
Quienes lo minimizan, etiquetándolo
como un simple candidato
de paja utilizado por el duartismo
para ahuyentar a los cuervos yunistas
del blanquiazul que ya merodean
el Palacio de Gobierno, se
pueden llevar tremenda sorpresa
en la próxima elección, ya que Buganza
no solo es un estratega con
gran sentido del orden y la disciplina,
que mide calculadoramente
cada uno de sus pasos y decisiones,
sino que además cuenta con una
estructura política-electoral propia
a través de la asociación “Generando
Bienestar”, construida a lo
largo de cinco años, y lo más relevante:
el apoyo político-financiero
de grupos de poder que traspasan
las fronteras de Veracruz y que
han comenzado a impulsar desde
el norte del país un movimiento
ciudadano nacional que se enfila
hacia la sucesión presidencial de
2018.
Contra lo que muchos suponen,
Buganza decidió participar en el
juego sucesorio del año próximo
porque al menos sabe que hay amplias
posibilidades de triunfo para
un candidato independiente. Las
encuestas a las que todavía tuvo
acceso como secretario de Gobierno
así se lo hicieron ver: hasta
antes de las elecciones federales
de junio, seis de cada diez veracruzanos
entrevistados manifestaron
que estaban dispuestos a votar por
un candidato sin partido. Un mes
después, la cifra aumentó a siete de
cada decena de encuestados.
Por eso, a mediados de julio, Buganza
tomó esta decisión que sorprendió
a sus colaboradores más
cercanos y al propio gobernador
Duarte porque ni siquiera se las
consultó ni anunció previamente.
Al mandatario sí le hizo saber su
desacuerdo con algunas decisiones
que otros de sus colaboradores estaban
tomando en perjuicio del patrimonio
del pueblo veracruzano.
Pese a ello, el exsecretario no
rompió política ni personalmente
con su exjefe. Prueba de ello es que
no salió por la puerta de atrás sino
que el Ejecutivo estatal tuvo palabras
de reconocimiento a su labor
y lealtad como servidor público.
Como gobernador y secretario
de despacho, entre Duarte y Buganza
siempre prevaleció el trato
respetuoso e institucional. Como
miembro del gabinete, nunca hizo
nada sin consultarlo con el Ejecutivo.
Inclusive cuando como titular
de la SIOP decidió denunciar penalmente
a contratistas vinculados
con el exgobernador Herrera
que cobraron anticipos y las obras
completas ¡sin haberlas construido!
Tampoco estuvo de acuerdo
con la concesión al multimillonario
Carlos Slim del inconcluso
proyecto del túnel sumergido de
Coatzacoalcos, cuyo litigio él emprendió
exitosamente a favor del
gobierno de Veracruz en contra
de la incumplida y voraz empresa
española que era la concesionaria
original.
Por eso suena inverosímil que
Buganza se esté prestando a ser
títere de Duarte y de Herrera solo
para boicotear la candidatura de
Yunes Linares. El apoyo financiero
que ha comenzado a recibir para
moverse y sostener su estructura
en el estado obviamente no lo está
recibiendo del gobierno duartista
que actualmente enfrenta serios
problemas de liquidez para cumplir
sus compromisos con proveedores
y contratistas, maestros,
pensionados y la burocracia en
general.
En un par de meses, el ex panista
cordobés va a hacer público el
soporte ciudadano que respalda
su candidatura independiente así
como otras alianzas de alcance nacional
que van a dejar en claro que
su proyecto no es tan aldeano como
sus detractores afirman ni una
ocurrencia derivada del enconado
pleito entre los dos principales
capos de grupos del PRI y PAN que
en las sucesiones estatales de 2004
y 2010 le arrebataron primero la
oportunidad de gobernar y luego
de volver a contender por la gubernatura
de Veracruz.
Hasta ahorita, este tiburón
sólo ha sacado la aleta sobre la
superficie, pero pronto mostrará
sus fauces. ¿O a poco creen que
sus encuentros con Cuauhtémoc
Cárdenas y Jaime Rodríguez, “El
Bronco”, excandidato independiente
y gobernador electo de
Nuevo León, fueron fortuitas?
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