lunes, 29 de abril del 2024
 
Por Fernando Vázquez Rigada
Columna: Bancarrota
Bancarrota
2015-09-28 | 10:10:21
El congreso de Veracruz definirá, en las próximas
horas el futuro de la economía del estado. Hará algo
más: constatará a quien sirve.
En el seno de la legislatura se discutirá si se
aprueban dos medidas fiscales: incrementar de 2%
a 3% el antes llamado impuesto sobre la nómina y
desaparecer el impuesto del 2% al hospedaje.
Ambas son malas ideas. Perjudicarán el futuro de
Veracruz, le generación de empleo y su crecimiento
económico.
Aumentar el impuesto a la nómina encarece la generación
de nuevos empleos. El patrón paga al estado
esa tasa por cada empleo que genera. Hacerlo más
caro, por tanto, implica poner una carga adicional a
quienes generan las insuficientes fuentes laborales
que son el sustento de las familias veracruzanas.
El incremento de tasas al impuesto al trabajo
puede hacerse en economías robustas, sólidas y con
ventajas competitivas que tienen garantizada la
llegada de inversiones.
Nada de eso ocurre en Veracruz.
Como se ha dicho antes, la economía del estado está
despedazada. Sirvan algunos botones de muestra:
El promedio de crecimiento de los últimos dos
años ha sido de 0.5%. En un semestre completo, la
economía se contrajo: es decir, decreció. Este año,
el crecimiento en el primer trimestre, último dato
disponible, fue de un raquítico 0.8%.
Por lo mismo, en el trimestre que va de abril a
junio de este año, el estado perdió 18 mil empleos.
Somos un destructor nato de trabajo.
Como refugio, los veracruzanos han tenido tres
opciones. La primera: emigrar. Un millón de veracruzanos
viven en Estados Unidos. La segunda:
refugiarse en la informalidad: casi 6 de cada 10 veracruzanos
viven de actividades informales. Tercera:
sobrevivir. No sorprende, por tanto, que más de 400
mil veracruzanos hayan caído en la dictadura de la
pobreza en solo dos años.
547 veracruzanos han entrado, cada día, a la
pobreza en los últimos dos años.
Subir impuestos en estas condiciones es lanzarnos
a la recesión y profundizar la crisis.
El impuesto genera alrededor de 2 mil millones
anuales que, supuestamente, deben estar etiquetados
para infraestructura. La realidad es otra. Desde
hace años, el fideicomiso está sin flujo: drenados
los recursos para tapar otros huecos.
¿Cuáles han sido las grandes obras de infraestructura
que se han realizado en los últimos 5 años
y que han costado más de 10 mil millones de pesos?
¿En dónde están? ¿Quienes son sus beneficiarios?
Con esta medida, el gobierno pretende recaudar,
entonces, alrededor de mil millones de pesos más.
¿Para qué? Para seguir tapando huecos. En lugar
de poner orden y castigar la corrupción, se tasa a los
contribuyentes cautivos.
Se dice que el incremento es para homologar
nuestra ley con la del resto del país. Falso.
Los estados que más crecieron el año pasado tienen
una tasa de 2% o menos. Aguascalientes creció
11.4% y tiene un impuesto de 2%. Querétaro: 6.2%
de crecimiento, 1.60% de impuesto. Michoacán:
6.4% de crecimiento, 2% de impuesto. Guerrero,
5.7% de crecimiento, 2% de impuesto. Guanajuato,
5.5% contra 2% respectivamente.
Hay estados, en efecto, que tienen más del 2%,
pero son economías que no padecen los problemas
de Veracruz: el Distrito Federal y Nuevo León. Otros,
que tienen un desorden financiero similar, como
Quintana Roo. Y otros más, como EDOMEX, que
ha sido propulsor de la pobreza. Entre EDOMEX y
Veracruz, baste recordar, se generaron 1 millón 433
mil nuevos pobres, del total de dos millones del saldo
nacional: una vergüenza.
Por su parte, el impuesto al hospedaje lo pagan
mayoritariamente los visitantes. Nadie define un
viaje por el impuesto local que le cobran. Quitar ese
impuesto no beneficiará a los veracruzanos. Por el
contrario.
El impuesto al hospedaje que pagan los turistas
financia la promoción del estado en el resto del país.
Parar la promoción es condenarnos a bajar el flujo
de visitantes, lo que afectará el empleo y la llegada
de nuevas inversiones.
Para demostrar que no hay relación entre la
existencia de este impuesto y el desarrollo turístico,
considérense los siguientes datos. Los líderes
turísticos nacionales: en Quintana Roo (Cancún,
Riviera Maya, Playa del Carmen y Cozumel), Guerrero
(Acapulco, Ixtapa) Baja California Sur (Los Cabos)
y Jalisco (Puerto Vallarta) el impuesto es del 3%, no
de 2%, como aquí.
San Francisco tiene un impuesto al hospedaje
del 14%. ¿Alguien deja de ir? ¿A alguien le importa?
¿Lo sabe?
La competitividad turística, el desarrollo
de producto, la calidad en el servicio,
la derrama económica no se da, ni se dará
jamás, por un impuesto al hospedaje.
Decir lo contrario es pura demagogia.
En Veracruz, la recaudación del
impuesto al hospedaje es de apenas 48
millones de pesos. En una maniobra
mediática, se tira el anzuelo para que la
gente ovacione con algarabía la quita de
un impuesto que no paga, y se disfraza con
lenguaje tecnocrático el incremento a un
impuesto que sí afectará gravemente a la
economía local.
Esos son los datos. Vendrá la decisión
de los diputados.
Sobre ellos recae la responsabilidad
histórica de definir el futuro económico
de Veracruz.
Veremos si la bancarrota en este estado
es sólo financiera o si también, fatalmente,
moral.
@fvazquezrig


NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México


NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México