sábado, 04 de mayo del 2024
 
Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
2015-09-28 | 21:50:08
Un Mandatario que practica una política de fuerza, dividiendo y no sumando

“La política es demasiado seria para que sus acciones sean determinadas por el temperamento y la emoción”

@magzamu

Un Gobernador que divide, en lugar de unir o sumar, es un hecho preocupante y alarmante; cuando se atiende a una política de fuerza y no a la fuerza de la política -como decía el político, jurista, historiador y académico mexicano, Jesús Reyes Heroles- se ésta en el error; el capítulo ocurrido ayer donde Javier Duarte enardecido atacaba a sus compañeros de partido y a la oposición, me recordó las lecturas de los discursos del ideólogo y ex Presidente Nacional del PRI, quien decía que la fuerza de la política es respeto a la sociedad en que se vive y respeto a la dignidad moral de quienes la integran.

Reyes Heroles expresabaque para que la fuerza de la política reinara tenía que ser ejercida abiertamente, como una de las actividades más nobles y de más alta estirpe, intentando atraer fuerzas ajenas y no intentando subordinarlas; sumar intereses, buscando denominadores comunes; adoptar más lo que une y acerca que lo que separa y divide; desechando el exclusivismo, evitando encerrarse en lo propio, por creer –equivocadamente- que siempre se tiene la razón.

Y es que Don Jesús enunciaba acertadamente que la política es demasiado seria para que sus acciones sean determinadas por el temperamento y la emoción, al margen de la cabeza “sin emplear la cabeza muchas cosas se pueden hacer, pero no política. Sin reservas mentales de ninguna especie, invitamos a confiar plenamente en la fuerza de la política para que no medre la política de la fuerza. La fuerza de la política, que es persuasión y no imposición, que es convencer y no vencer, que es demandarnos el deber de la convivencia antes de demandárselo a quienes no piensan como nosotros”. ¿Así o más claro?
Pero en este sexenio atrás han quedado esos razonamientos, esa manera de ver, hacer, ejercer y entender la política; ahora se divide al interior y al exterior y eso lo expresó ayer Héctor Yunes Landa quien dijo sentirse molesto e irritado por la burla de la que fue objeto en un evento que se pretendía fuera de unidad, convirtiéndose en un escándalo mediático, pues el Gobernador fuera de sí, decidió atacar a sus propios correligionarios por el simple hecho de discrepar.

No solo se lanzó contra los opositores, también ironizó, acusó e intentó burlarse de los Yunes priistas; al Senador Pepe Yunes le dijo que él como Presidente de Hacienda en el Senado avaló y defendió el aumento de impuestos por el bien de la Nación, haciéndole así un reclamo púbico por su postura sobre la imprudencia de imponer aumentos a gravámenes.

Y es que Pepe si bien comentó no se negada tajantemente al aumento de impuestos, sí dijo, esa debía ser la última medida y aun así tendría que tratarse de una disposición acordada con los directamente afectados y no una decisión exclusivamente unilateral; pero para el Mandatario no hay argumentos válidos, más que su verdad, pues ayer envió a su Secretario de Finanzas, Antonio Gómez Pelegrín, a declarar que se aumentara el impuesto a la nómina de un 2 a un 3 por ciento pues no existe otra salida, además de supuestas medidas de austeridad, en las que ya nadie cree.

Luego a Héctor -como ha sido ampliamente difundido- intentó exhibirlo, mandándolo a atrapar a los peces gordos de su familia, en clara referencia a los Yunes Linares con el pretexto de regalarle con motivo de su cumpleaños una caña de pescar, objeto que por cierto fue regresado más tarde –por colaboradores del Senador al domicilio del Mandatario- como una muestra de repudio e inconformidad por su actuar.

Yunes Landa calificó lo ocurrido como una falta de respeto a los veracruzanos, a los priistas y a él; ayer por la mañana al acudir a dictar una conferencia a estudiantes de la Universidad de Xalapa, fue entrevistado por medios de comunicación y ahí exteriorizó que existe un desgobierno en Veracruz, además dijo que le generaba pena que el gobernador Javier Duarte milite en el mismo partido, en el PRI, y aseguró que no todos los priístas son como él, “es el que menos lustre le da a su instituto político” y entonces lo calificó como un antivoto.

Prosiguió y dijo que Javier Duarte no es el PRI y no tiene calidad moral para opinar; acusó que el actuar del Gobernador obedece a una política de improvisación, pues dijo se formó en un sexenio, sin vocación “es lo malo de hacer las cosas rápidamente, construir a un personaje en un sexenio no se vale. El Estado requiere de experiencia, esa no se adquiere de un día para otro... Salió caro el mal gobierno, el experimento que se hizo, además se veía venir".

En resumen expresó que no permitirá que ni Javier Duarte ni nadie se meta con su familia, aunque estén en otro partido y luego dijo no consentirá que el gobierno le quiera dar encomiendas porque no es su empleado; y así trascurren los días en Veracruz, con un Mandatario descalificado por sus propios correligionarios, quienes observan una manera equivocada de hacer política con un antifaz de soberbia para el que no hay cura alguna más que la culminación de su sexenio.



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