domingo, 28 de abril del 2024
 
Por Raymundo Riva Palacio
Columna: 'Se les acabó la fiesta'
'Se les acabó la fiestalos bandidos
2015-10-06 | 10:07:51
A 90 días escasos de que terminara
la gubernatura, Rodrigo Medina le
preguntó a su interlocutor: “¿Cómo se
para esto?”. El gobernador y su familia
vivían un escándalo.
Aldo Fasci, exlíder local del PRI y
exsubprocurador, había dado a conocer
800 documentos que dibujaban
un imperio inmobiliario y enriquecimiento
inexplicable de la familia
Medina presuntamente construido,
según investigaciones periodísticas,
a través del tráfico de influencias,
corrupción y ‘lavado’ de dinero.
“Esto no se para”, le respondió
su interlocutor. “Hay tres opciones:
o inicias un proceso legal contra tu
padre y le ayudas al presidente a no
tener que actuar él, o dejas que sea la
PGR la que lo haga, o El Bronco será
quien lo inicie y ahí no tendrás forma
de detenerlo”. Medina no hizo nada.
Este sábado, al asumir la gubernatura
de Nuevo León, Jaime Rodríguez,
El Bronco, anunció que investigaría al
gobierno de Medina. “Hemos encontrado
la casa destruida e hipotecada
por (una) corrupción sin llenadera”,
afirmó.
“(He pedido) una auditoría extensa,
que se revise cada papel, cada cajón,
(y) si alguien cometió un crimen que
le responda al pueblo”.
La inacción de Medina y versiones
de priístas, dejaban entrever que había
una negociación para que El Bronco
no lo investigara. Incluso hace dos
meses, el entonces gobernador electo
no se mostraba seguro de perseguir a
Medina y a su familia.
Bajo esa percepción, a principio
de septiembre la PGR anunció una
investigación contra los Medina, en
respuesta a la denuncia presentada en
julio por el Consejo Nacional Ciudadano,
compuesto por grupos sociales
y empresariales de Nuevo León.
Claramente no fue suficiente. El
discurso de El Bronco fue claro: “Se
le acabó la fiesta a los bandidos; se
acabaron muchas tranzas. Si quieren
lana háganle como la gente honrada,
trabajando. Robarse dinero público
es un crimen”.
De acuerdo con la documentación
de Fasci, cuando Rodrigo empezaba
a despuntar en la política, Alejandro
Medina comenzó un negocio de bienes
raíces en San Antonio, Texas, en 2005.
Dos años después Rodrigo -ya
secretario general de Gobierno en la
administración de Natividad González
Parás- Alejandro y su padre,
Humberto Medina Ainslie, eran
dueños de cuatro pequeñas empresas
inmobiliarias.
El negocio cambió de escala el 3 de
noviembre de 2009, un mes después
que Rodrigo asumió la gubernatura.
Ese día, Alejandro solicitó el cambio
de dominio en la Secretaría de
Estado de Texas para consolidar las
cuatro empresas existentes y ampliar
la propiedad a otras cuatro más.
Durante el gobierno de Medina,
las empresas familiares fueron incorporadas
en un holding en el paraíso
fiscal de las Islas Caimán y la fortuna
de los Medina, según Fasci, ascendía
a mil millones de pesos.
Medina lo negó a su interlocutor
hace tres meses y dijo que tampoco
existía ese holding. Pero hasta ahora,
no ha probado la inocencia de su familia,
como prometió.
La documentación de Fasci, quien
no ha dejado de investigar en varios
países, incluye propiedades en San
Pedro Garza García, municipio conurbado
de Monterrey, con un valor
comercial estimado en 228 millones
y medio de pesos, y ejidos en Nuevo
León por 35 millones de pesos, que
compraron sus familiares a precio de
terreno ejidal y modificaron su régimen
de propiedad.
Ese imperio tiene su origen, sospechan
los empresarios regiomontanos,
en las comisiones que cobraba Medina
Ainslie por contratos de obra pública
que él controlaba, y en negocios paralelos
a la sombra del gobierno de su hijo.
El discurso de El Bronco iba dirigido
a la familia Medina, a la que
desde su campaña para gobernador
había advertido que los perseguiría.
No está solo.
Además de la PGR, el FBI y la DEA,
como se publicó en este espacio, lo
llevan investigando hace tiempo, y
han enfocado parte de sus pesquisas
en una franquicia de comida rápida,
propiedad de un amigo de la infancia
del exgobernador, por la sospecha que
a través de esa cadena de restaurantes
se ‘lavaba’ el dinero de las comisiones
de obra pública que fueron a parar,
tratan de determinar, a bancos en San
Antonio, y a una institución financiera
en Andorra, un principado en los
Pirineos y paraíso fiscal entre España
y Francia.
La franquicia creció casi al doble
durante el sexenio de Medina, y se está
estudiando la mecánica de los ingresos
y egresos para determinar patrones
que les aclaren las transacciones irregulares
que tienen registradas.
Pero nadie debe hacer cuentas
alegres. La auditoría anunciada por
El Bronco difícilmente probará algo
ilegal en el manejo inmobiliario, porque
no es dinero que pasara o saliera
del erario.
Voltearlos de cabeza para demostrar
si fueron o no corruptos, significará
probar que se cobraron comisiones
para obra pública que sólo podrá ser
demostrado con testimonio de los
afectados, o descubrir mediante el
patrón de ingresos a las franquicias y
egresos a bancos extranjeros, que hay
recursos de procedencia ilícita.
No será fácil probarles delitos, pero
tiempo y mandato tiene el nuevo gobernador
de Nuevo León. Su enemigo
público será una presa fácil, sin apoyo
y sin fuero. El séptimo año de gobierno
de Rodrigo Medina, apenas comenzó.
P.D. En la columna del viernes, se
apuntó que el hijo de Jaime Rodríguez,
El Bronco, tiene un elefante enano.
Lo correcto es que tiene un caballo
enano que, en efecto, lo sigue como
perro faldero.
Twitter: @rivapa


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