2015-11-08 | 21:32:39

Los funcionarios encargados de los medios de comunicación y de las relaciones públicas de los gobernadores de Veracruz, no habían tenido los graves problemas que en la actualidad se confrontan. No obstante que algunos ejecutivos estatales no se caracterizaban por ser personas que despertaran simpatías y muy pocos gratas en su trato con los periodistas, pero, sus empleados responsables de establecer cierta afinidad permitían una correspondencia adecuada y en concordancia entre el gobierno y los medios.

Fernando López Arias, Rafael Murillo Vidal, Rafael Hernández Ochoa tuvieron en esa dirección de Prensa y Relaciones Públicas a profesionales que se reunían con columnistas políticos, caricaturistas, jefes de Información y Redacción y conductores de noticias de manera periódica, eran periodistas reconocidos que se habían pasado al otro lado del escritorio, donde destacaban Pepe Miranda, Raúl Peimbert, Alfredo Gándara, Rafael Arias y Edgard Hernández.

Agustín Acosta Lagunes, Fernando Gutiérrez Barrios, Dante Delgado, Miguel Alemán, Fidel Herrera Beltrán llevaron de manera directa su trato con los periodistas, no obstante que contaron un buen equipo de comunicadores oficiales en esta relación con los medios.

El problema más serio con los medios importantes tanto locales como nacionales que ha tenido un gobernador en la historia de Veracruz es el que confronta Javier Duarte de Ochoa. Los funcionarios responsables de esa delicada área de la comunicación oficial no le han funcionado, hasta pareciera que trabajaban de común acuerdo con el enemigo. Y de paso han perjudicado seriamente al antecesor Fidel Herrera Beltrán, que al asomar su cabeza como cónsul en Barcelona lo han tundido hasta los medios internacionales.

Fausto Zapata fue jefe de prensa de Echeverría y llegó a gobernador. Otto Granados de Salinas y también llegó a gobernar. El “güero” Landeros de López Portillo siguió los mismos pasos. La lista de comunicadores oficiales es larga pero se trata de personas que si conocen y dominan este oficio.

El problema es cuando se improvisan a funcionarios que desconocen ese delicado quehacer de empatía entre el gobernante y los periodistas. Los secretarios de Gobernación conocían perfectamente cada quien en su tiempo el perfil del funcionario que operaba en esta actividad con discreción y cortesía de cuidar la imagen del gobernante.

Alberto Peniche Blanco, fue el gran artífice en la función política que desarrollaron Manuel Bartlett y Jesús Reyes Heroles.

Expertos calificados en esa seria responsabilidad de la comunicación existen en la entidad y fuera de ella. Saber gobernar es saber elegir.

Para Francisco Zarco, político y periodista mexicano, apuntaba que para que “un gobierno administre bien a un pueblo, es preciso que lo conozca, que tenga datos seguros sobre sus necesidades, sus hábitos dominantes, sus tendencias sociales, en una palabra , el carácter del estado que gobierna.”