2015-11-12 | 08:28:41

En agosto pasado, cuando ya había tomado posesión como presidente nacional del PRI, platicamos con Manlio Fabio Beltrones en Es la hora de opinar. Le preguntamos qué pensaba de las distintas legislaciones que se estaban aprobando en los estados para dificultar el registro de los candidatos independientes, las llamadas “leyes anti-bronco”. Beltrones respondió que estaba en contra porque eran adversas a la reforma que le había abierto la puerta a los candidatos sin partido a aparecer en las boletas. Subir las barreras de entrada era no entender ni escuchar el mensaje que había enviado el electorado en las pasadas elecciones; el PRI, por tanto, no las apoyaría. Le dijimos, entonces, que en muchos estados gobernados por el tricolor ya habían pasado este tipo de legislaciones. Sí, pero eso había sucedido antes que él llegara a la dirigencia nacional del PRI. Ya no ocurriría más. Esa fue su promesa. Así de clara. Pues bien, hoy podemos afirmar que Beltrones incumplió: que no pudo frente al poder de los gobernadores de su partido.
Esta semana, el Congreso de Quintana Roo aprobó una nueva ley “anti-bronco” con el voto del PRI, Verde y Nueva Alianza. Elevaron, de manera importante, las restricciones para que un político pueda lanzarse como candidato independiente. (La gubernatura de ese estado, por cierto, estará en juego el año que entra). Incrementaron de dos a tres por ciento el número de firmas de electores que requiere un candidato independiente para registrarse. “Para los aspirantes a Gobernador deberán acopiar unas 30 mil firmas en 18 días y los ciudadanos deberán acudir personalmente al Órgano Electoral para hacerlo formal”. Además, “los posibles candidatos deberán haber renunciado tres años antes a su militancia partidista, si es que la tuvieran, y si pertenecieran a alguno y participaron en procesos internos no podrán postularse”. Citando al presidente actual del PRI, esto atenta en contra de una reforma que le abrió la puerta a los independientes; significa que los priistas de Quintana Roo no entendieron el mensaje que enviaron los votantes en las pasadas elecciones.
Muy mal queda Beltrones con esta legislación absurda de Quintana Roo. Demuestra que él no tiene el control de las decisiones de los priistas. Que pesa más la voluntad de un gobernador, en este caso Roberto Borge, quien evidentemente pretende bloquear, a toda costa, la posibilidad de que un independiente aparezca en la boleta. Hay muchos que aspiran a la candidatura del PRI en Quintana Roo. Al final, sólo uno será el elegido. Borge está aterrado que alguien de los que no quedaron se lance como independiente. Es conocida, por ejemplo, su animadversión hacia Carlos Joaquín, subsecretario de Turismo, y uno de los posibles candidatos del PRI quien, si no sale favorecido con la candidatura de su partido, podría optar por la vía independiente.
Con lo ocurrido en Quintana Roo queda en evidencia que los gobernadores son los que mandan en el PRI, no su dirigente nacional y, quizá, quien está detrás de Beltrones, es decir, el presidente Peña. Manlio ha incumplido con lo que nos dijo hace unas semanas. Mal, muy mal, aparece el nuevo presidente del tricolor. Contra la idea de que es un político con mucho peso dentro de su partido, la realidad demuestra que más bien está de adorno: para dar entrevistas en las que habla muy bonito de un PRI moderno que entiende al electorado. Puras palabras que no se traducen en hechos porque el poder en el tricolor no está en el Distrito Federal sino en las capitales de los estados.
En esa misma charla, Manlio también prometió que, como presidente nacional del PRI, presentaría su “tres de tres”, es decir, sus declaraciones patrimonial, de conflicto de interés y de pago de impuestos. Esto como una acción para recuperar la confianza de la ciudadanía en el PRI. Al día de hoy, que yo sepa, Beltrones no ha cumplido con esta promesa. Veremos si, al menos, puede con ésta.




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