sábado, 04 de mayo del 2024
 
Por Carlos de Jesús Rodríguez
Columna: Por si acaso
Fidel: cómplice de Tronco
2015-11-13 | 09:23:33
EL DESAFUERO de Renato Tronco Gómez es como la crónica de una muerte anunciada: un asunto jurídico que jamás fue cerrado –como muchos otros que acostumbra dejar abiertos el Gobierno del Estado “por lo que se ofrezca en el futuro”-; un acuerdo intramuros que, finalmente, se rompió ante el incumplimiento del diputado local, lo que terminó por revivir un caso que parecía sepultado: el asesinato del regidor perredista de Las Choapas, Alfredo Pérez Juárez, a cuya viuda el exalcalde choapense entregaba cierta ayuda pero que, por alguna razón, dejó de hacerlo.

HAY MUCHOS cómplices alrededor de esa tragedia: un Gobernador, Fidel Herrera, que ordenó al Procurador de Justicia en aquellos tiempos, Emeterio López Márquez, instruyera al Ministerio Público para que se desistiera de la acción penal contra Tronco Gómez, razón por la cual el juez determinó sobreseer la causa.

RENATO TRONCO y Fidel Herrera habían pactado para entonces: el primero se comprometía a entregar un apoyo mensual a la viuda de Pérez Juárez, asesinado el 5 de junio de 2006 cuando arribaba a su domicilio alrededor de las 20:00 horas. Se obligaba, también, a mantener un bajo perfil y apoyar al Gobierno del Estado cuando fuera necesario en cuestiones electorales y las tareas que le encomendaran.

LAS EVIDENCIAS eran determinantes. El 27 de octubre de aquel año, la policía ministerial detuvo a Norberto Del Valle Hernández, asesino material del regidor, cuando salía de su domicilio en Dos Lomas, municipio de Veracruz, en la colonia Antorcha Campesina.

El detenido aceptó los hechos que le imputaban, pero dejó en claro que él fue contratado para cometer el crimen por el entonces inspector de Policía de Las Choapas, Hormido Cruz Bustamante (actualmente procesado en el reclusorio Duport Ostion de Coatzacoalcos, y hermano del tristemente célebre Esteban Cruz Bustamante, mejor conocido como “la Picuda”) quien le pagó por asesinar al edil por órdenes del, entonces, alcalde Renato Tronco Gómez.

TODO APUNTABA a que el autor intelectual del crimen era, en efecto, Renato Tronco, pero por una negociación intramuros entre el gobernador Fidel Herrera, el PAN y el propio munícipe, se sobreseó la causa, de lo cual no fue notificada la viuda, Ofelia Galindo Jaimes, que ante el incumplimiento del, ahora, diputado, decidió reiniciar el caso recurriendo a los tribunales y exigiendo justicia.

GALINDO JAIMES exigió, entonces, a la Fiscalía General del Estado la detención del diputado local independiente, a quien incrimina como autor intelectual del homicidio de su esposo, por diferencias que sostenían al interior del cabildo, lo que motivó previos enfrentamientos verbales y amenazas de muerte.

POR ELLO la Fiscalía, al revisar el caso, ordenó la reaprehensión de Octavio Orozco Salmerón, que en aquellos tiempos se desempeñaba como Secretario del Ayuntamiento, siendo este personaje a quien, presuntamente, Tronco Gómez ordenó organizar el crimen, notificar de ello al director de la policía municipal –que fue quien aportó el arma- y contratar al sicario, actualmente detenido.

OROZCO SALMERÓN ya había estado detenido anteriormente por el mismo caso, pero logró su libertad gracias a un amparo Federal, sin embargo, al retomarse el caso y encontrarse evidencias, se ordenó su reaprehensión, y comenzó de nuevo a surgir la luz. Tronco Gómez, ha dicho, es quien ordenó asesinar al regidor Alfredo Pérez Juárez, en 2006, por diferencias irreconciliables.

Pero lo que no se dice es que Fidel Herrera, siendo Gobernador del Estado, pactó su libertad, y el consecuente “carpetazo” al asunto, lo que de alguna manera le convierte en cómplice de aquellos hechos que consternaron al sur de la Entidad.

SE IGNORA donde se encuentra, actualmente, Tronco Gómez, pero a partir de ahora ya es prófugo de la justicia, aunque el caso no debería parar allí. Debe llamarse al, entonces, Procurador de Justicia, Emeterio López Márquez para que explique bajo qué circunstancias ordenó el sobreseimiento del caso; quien se lo ordenó, y si lo hizo de mottu propio, por qué lo acordó así a sabiendas de que estaba violentando la ley.

EL CASO pudo continuar como estaba, pero Renato Tronco, ensoberbecido, amenazó con participar como candidato independiente a la Gubernatura el próximo año, y en los meses anteriores se dedicó a despotricar en contra de quienes antaño lo protegían y le solapaban todo.

PARA COLMO, dejó de entregar el apoyo mensual que daba a la viuda, quien en repetidas ocasiones lo buscó sin encontrarlo hasta que, asesorada por amigos, le indicaron que al no haber sido notificada del sobreseimiento de la causa, ésta no estaba cerrada y, por lo tanto, podría apelar a la Fiscalía General como defensora de la sociedad, y vaya que el caso les cayó de a pechito, pues una vez revisado se encontraron inconsistencias en el procedimiento que llevó a la anulación del sobreseimiento en el caso de Tronco Gómez en torno al homicidio del regidor Alfredo Pérez Juárez.

LAS COMPLICIDADES quedaron de manifiesto cuando el Magistrado de la Sala Constitucional del Tribunal Superior de Justicia, Raúl de la Huerta Valdés, ponente del caso, explicó que las irregularidades consistieron en que, “por cuestiones desconocidas”, el entonces Procurador General de Justicia, (Emeterio López Márquez) ordenó al Ministerio Público desistirse de la acción penal, por lo cual, el juez no estudió bien el asunto, determinando el sobreseimiento del juicio contra el señor Tronco, por lo que tanto Emeterio como Fidel, deben ser llamados a cuenta por incumplimiento de un deber legal…


OPINA carjesus30@hotmail.com


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