domingo, 28 de abril del 2024
 
Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
La guerra mediática
2015-11-14 | 10:13:57
Desde tiempos inmemoriales, se recuerda de la forma y uso de los ataques mediáticos en la lucha por el poder.

Lo que ahora sucede con el gobernador Javier Duarte, en tiempos actuales es parte de una campaña de desprestigio dirigida en la disputa del poder político, esto visto como algo normal desde los expertos de la comunicación.

En los tiempos de la era del ciberespacio, se ha desatacado un clara campaña de ataques constantes y permanentes desde las redes sociales que provienen de diversos frentes que confluyen en un solo origen, el de la oposición partidista que pretende acceder al poder estatal a como dé lugar en el 2016 y sin posibilidad por el divisionismo entre los partidos de oposición.

Lo que no dan cuentan desde las plumas mediatizadas, incluso abiertamente en una lucha ideológica, es de que Javier Duarte, ha permanecido estoico y firme sin doblegarse al asunto de la guerra mediática para no desgastarse y continuar en atender al estado más politizado del país, pero además de que se sabe tiene el respaldo presidencial de Enrique Peña Nieto y de su gabinete.

Seguramente el tiempo le dará la razón, porque en la lucha por el poder ejemplo de otras épocas desde los espacios de la prensa se dan ese tipo de situaciones. Se recuerda en sus tiempos de poderoso secretario de gobierno en tiempos de Agustín Acosta Lagunes al licenciado Ignacio Morales Lechuga, cuando decía que: “a periodicazos sólo se matan moscas y cucarachas”.

La lucha entre el poder político y la prensa se ha dado desde que apareció con el hombre la forma de hablar y de escribir, por cierto desde ya hace muchos siglos.

Los griegos acudieron a la oratoria para disuadir a la población siempre inquieta y demandante en contra del poder. Los romanos lo hicieron a su estilo al aparecer la antigua frase: al pueblo pan y circo, y también la voz del Pueblo es la Voz de Dios, vox populi vox dei.

Los tiempos de la férrea rivalidad entre uno y otro, nos lleva hasta aquellas crónicas famosas que diariamente en la prensa de Francia daban cuenta del avance de Napoleón a conquistar el pueblo galo al que calificaban de tirano y que luego se dio el cambio radical cuando arribó al pais: “su excelencia el emperador Napoleón llegó a Francia”, con todo y su bañera.

En la pelea entre la iglesia y los promotores del protestantismo, Lutero y Calvino, hicieron uso de los medios informativos a su alcance para lograr sus fines de desprestigiar y buscar dividir a la iglesia universal.

En igual forma en la revolución francesa, Voltaire Rousseau y Montesquieu, hicieron lo propio en su movimiento con sus objetivos alcanzados de trascendencia.

En las diversas etapas históricas de la humanidad se ha dado seguimiento a la forma en que unos y otros, los del poder y la prensa de lado y lado, han luchado con los ardides y artificios que tuvieron a la mano para sus luchas ideológicas.

En el siglo XX, desde la primera y segunda guerra mundial, aparecen las oficinas de prensa, para alentar a la población sobre todo en Estados Unidos a contribuir con trabajo y apoyos económicos y materiales para la guerra.

Antes en los aztecas, había un personaje el dignatario o Señor llamado “Tecutli”, dedicado a atender al pueblo antes de que llegaran con problemas ante el emperador.

En la época de Porfirio Díaz, la relación ríspida entre la prensa y poder está perfectamente documentada y se daban los casos muy conocidos en la historia nacional.

En la revolución mexicana, Doroteo Arango, ya mejor conocido como el general Pancho Villa, tenía un trato especial con la prensa del vecino país del norte y se hacía acompañar del famoso periodista John Reed autor de México Insurgente, y posteriormente para obtener recursos para la causa vendió a los incipientes productores de cine de Hollywood aspectos directos de la lucha armada, con escenas especiales destacando sus famosos ataques en una apología autentica de sus virtudes de estratega militar que causo escozor con el propio ejército de EU que lo persiguió por la forma en que se concedía fama al revolucionario mexicano.

Por eso, que ya no es nuevo que desde distintos escenarios, los políticos reciben los ataques mediáticos como una situación normal en las clásicas luchas partidistas que no cesan hasta en los días de fiesta, cuando en estos lares se recuerda que el fin de año en la administración municipal en la zona de mercados por la venta de cohetes y artefactos pirotécnicos se dio una gran explosión, en tiempos del entonces alcalde panista, José Ramón Gutiérrez de Velasco, que la prensa critico al gobernador Miguel Alemán Velasco, porque retornó se la fiesta de fin de año de la ciudad de México hasta el siguiente día y se hizo famosa su frase: “Yo no soy bombero”.

En la esquizofrenia mediática que se vive en el estado de Veracruz y alcanza a algunos medios nacionales en sus causas perdidas que hasta adivinan el futuro, el coordinador de comunicación social del gobierno del estado, Juan Octavio Pavón, se da tiempo para estrenar oficinas y ofrecer cursos de capacitación a su personal en una verdadera osadía de manejo de prensa acorde a la era digital.

Pavón, sigue adelante y no se amedrenta ante el estado de sitio que se vive en Veracruz con la prensa opositora, y se da tiempo de visitar a los medios y reunirse con los colegas en un esfuerzo de mejor y mayor nivel de comunicación acorde a los tiempos actuales. Ofreciendo un manejo muy profesional y de respeto con los medios de comunicación. Así las cosas.


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