2015-12-09 | 09:19:50

*Gobernador sin dinero *Salvar a los cómplices
ENTRE 2013 y 2014 –tiempo en los que Alberto Silva y Jorge Carvallo Delfín se desempeñaron como secretarios de Desarrollo Social-, 492 mil 480 veracruzanos cayeron en la indeseable condición de pobreza extrema. En ese lapso, en Veracruz, la población en pobreza pasó de 52.6 a 58 por ciento, lo que le ubicó por encima de la media nacional. SILVA RAMOS se desempeña, actualmente, como dirigente estatal del PRI, mientras que Carvallo Delfín es diputado federal por obra y gracia de sus protectores. El primero aspira a la gubernatura del Estado el próximo año, y ambos son favoritos del exgobernador Fidel Herrera, e impulsados por Javier Duarte de Ochoa que busca perpetuarse en el tuxpeño que dejó endeudado a su municipio con más de 200 millones de pesos cuando fue alcalde. EN EL periodo de ambos al frente de la referida instancia, en Veracruz, al igual que en el Estado de México, creció la pobreza extrema en 2.9 y 1.4 por ciento, a pesar de que a nivel nacional ese indicador tuvo una reducción de 0.3 por ciento, pero, también, aumentó la pobreza lo mismo que en Michoacán,
Oaxaca, Chiapas y Estado de México. SON CIFRAS del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social las que definen que de los casi 2 millones de “nuevos” pobres que aumentaron en el país, 24.7 por ciento se encuentra en Veracruz, esto es, 492 mil 480 personas en esas condiciones de precariedad, y a pesar de ello, Silva Ramos, en cuyo periodo aumentó la pobreza y pobreza extrema de los veracruzanos, quiere ser gobernador, a sabiendas que los recursos de la Secretaría de Desarrollo Social no los aplicó en lo que debía, sino en promocionar su precampaña desde entonces. EN VERACRUZ no hay dinero, o al menos eso dice el gobernador Javier Duarte, por lo que las promesas de un futuro mejor por parte de Silva no dejan de ser palabras huecas, sin sustento, un mero discurso embaucador con el que busca treparse al poder para seguir protegiendo a quienes tanto daño han causado a la entidad, y las condiciones que vive el país así lo indican. Pero vayamos por partes: A MÉXICO le cuesta 23 dólares cada barril de petróleo extraído del subsuelo, algo así como 396.29 pesos, tomando en consideración el actual tipo de cambio, y lo está vendiendo en el mercado internacional en 29.91
pesos, lo que representa una ganancia de apenas 6.91 dólares, esto es, alrededor de 119.05 pesos, lo que constituye un insulto para un país con una economía petrolizada y, peor aún, con 55 millones 300 mil mexicanos en pobreza que representan el 46.2 por ciento del total nacional, y 11 millones 400 mil en pobreza extrema, es decir, 9.5 por ciento de ciudadanos que viven en esa situación de precariedad, por lo que el dinero que se obtiene por la venta del hidrocarburo es insuficiente. EN MÉXICO se podría decir que hay 2 millones más de pobres que hace un par de años, según cifras del Coneval, pese a que en 2013 el Gobierno Federal destinó 850 mil 400 millones de pesos para combatir ese mal que, sin duda, ha sido nutriente de grupos delincuenciales que encuentran en los pobres el mejor caldo de cultivo para engrosar sus organizaciones. DE NINGUNA manera nos atrevemos a decir que ser pobre es ser delincuente, por el contrario, entre la gente más humilde, económicamente hablando, se encuentran arraigados los más importantes rasgos de humanidad y solidaridad que entre los que más tienen. PERO SER pobre en México no solo se concreta a no tener ingresos, sino que, también,
cuenta el insuficiente acceso a la educación, y en Veracruz más de 590 mil personas no saben leer ni escribir. Y es que, a pesar de las jornadas para combatir ese mal, la entidad sigue ostentando el deshonroso cuarto lugar nacional en analfabetismo, además de que anualmente miles de jarochos abandonan los estudios. Ya lo dijo el titular de la Sedesol Federal, José Antonio Meade en su reciente visita a la entidad: “el reto en Veracruz es abatir el rezago educativo de 2 millones de veracruzanos que no han terminado la primaria o la secundaria”. PERO EN materia de vivienda digna las cosas no están mejor, ya que más de 800 mil veracruzanos carecen de ese beneficio, y en el renglón alimenticio son miles, quizá millones los que no tienen acceso a una canasta básica debido a las condiciones de pobreza y pobreza extrema que se han abordado, ya que las personas pobres en México son aquellas que tienen una o más carencias sociales y sus ingresos mensuales son menores a 2 mil 542 pesos en áreas urbanas y a 1 mil 614 en rurales, algo que no alcanza ni siquiera para adquirir alimentos, mucho menos para renta, vestido, calzado y educación. PEOR AÚN, una persona en pobreza extrema tiene al
menos tres carencias sociales, y su ingreso mensual está por debajo de una Línea de Bienestar Mínima que incluye solo la canasta alimentaria. Es decir, 1 mil 242 pesos mensuales para zonas urbanas y 868 pesos para áreas rurales, y en esa condición se encuentran 11 millones 400 mil personas, de las cuales, 1 millón 373 mil personas están en Veracruz, además de 3 millones 263 mil en pobreza moderada. POR ELLO, llama la atención que Alberto Silva quiera ser gobernador de Veracruz por dos años, sobre todo porque en los cargos que ha ocupado no solo ha desatendido a las clases más desprotegidas, sobre todo cuando se desempeñó como secretario de Desarrollo Social, una de las dependencias que más tienen que ver con el combate a la pobreza y pobreza extrema, sino que se ha enriquecido. EN ESE sentido, no falta quienes afirman que Silva Ramos, a sabiendas de que el gobierno no tiene dinero y se encuentra mega endeudado, le interesa ser gobernador no para servir a los veracruzanos sino para seguir sirviéndole a sus cómplices que en menos de seis años le han dado todo; en suma, no es cuestión de convicción sino de conveniencia. Así las cosas.
carjesus30@hotmail.com