viernes, 03 de mayo del 2024
 
Por Catón
Columna: De políticas y cosas peores
Buena selección
2016-02-03 | 09:39:56
“Mi esposa me dejó ayer -le contó un tipo a otro-. Se fue con mi mejor amigo”. Habló el otro: “Siempre creí que yo era tu mejor amigo”. Replicó el primero: “Ni siquiera conozco al tipo con el que se fue mi mujer, pero ahora él es mi mejor amigo”... La película era de la Metro. Apareció en la pantalla el famoso león rugiente, emblema de esa compañía. Lo vio Babalucas y dijo: “Ah, es la del león. Ya la vi”. Y se salió... Hubertino iba a ir de cacería con su señora. Don Huberto, su padre, le dio valiosas instrucciones, pues era cazador experimentado. “Si te muerde una serpiente de cascabel -le aconsejó- hazte inmediatamente unas sajaduras con tu navaja y succiónate el veneno. Si la víbora te muerde en una parte que no puedas alcanzar con tu boca, pídele a tu esposa que te lo succione”. “Padre -preguntó el muchacho, travieso-. ¿Y si el crótalo me muerde ahí donde le platiqué?”. “Hijo mío -contestó don Huberto-, entonces vas a saber si esa mujer verdaderamente te ama”... El obispo Pissóstomo era conocido por la larga duración de sus sermones. Solía hablar una hora completa y luego decía: “Bueno, pero entrando en materia.”, y se extendía otra hora. Cierto día le avisó al padre Arsilio que iría a su parroquia a predicar una homilía. Cuando el dignatario llegó al templo había sólo cinco feligreses. El obispo, molesto, le preguntó al buen sacerdote: “¿Le dijo usted a la gente que venía yo a predicar aquí?”. “Le juro que no, Excelencia -contestó aturrullado el padre Arsilio-. Seguramente alguien filtró la noticia”... Muy acertado anduvo el PRI al designar a Baltazar Hinojosa su candidato a gobernador de Tamaulipas. Lo conocí y traté en Coahuila, donde fue delegado de la secretaría de Desarrollo Social y luego funcionario de Finanzas. Compartíamos una afición: la música, especialmente la clásica. Eso propició varias reuniones en las cuales pude apreciar, a más de los amplios conocimientos musicales de Baltazar, su calidad humana, su inteligencia y su gran vocación de servicio. La vida le da ahora la oportunidad, si lo eligen sus conciudadanos, de trabajar en bien de su estado y de los tamaulipecos. Problemas graves afronta la entidad, azotada por males de todo orden. Tengo la certidumbre de que mi amigo de aquellos años posee las cualidades que se necesitan para hacer un buen gobierno. Hombre de trabajo, talentoso y conciliador, sabe de política, de economía y de administración. Es, sobre todo, honesto. Sus paisanos lo conocen y lo aprecian. De cara a la elección, las encuestas le dan clara ventaja. Pienso que si obtiene el triunfo en los comicios Baltazar Hinojosa será un excelente gobernador de Tamaulipas. Comentó la pequeña Rosilita: “No entiendo a mis papás. Se pusieron felices cuando aprendí a caminar y a hablar, y ahora me dicen a cada rato: “Siéntate y cállate”... Empiezo a sospechar que Las Vegas es realmente la ciudad del pecado. Un señor que estaba ahí recibió en su habitación la visita del detective del hotel. Le preguntó, severo, el polizonte: “¿Hay una mujer en su cuarto?”. “No” -respondió el señor. Y dijo el detective: “¿Quiere que le mande una?”...
Solemne, el hombre le pidió a su mamá: “Dime la verdad. Quiero saber quién es mi padre”. La señora lo llevó a donde estaban los tomos (145) de los Anales de la Revolución Mexicana, en los cuales aparecen las fotografías de innumerables revolucionarios. Le dijo con un hondo suspiro: “Escoge el que más te guste, hijo. Cualquiera de ellos puede ser tu padre. En la bola no supe ni quién fue”... El papá de Pepito le compró una bicicleta. Dijo a su esposa: “Eso no lo hará ser menos travieso, pero al menos dispersará sus travesuras”... Un hombre y una mujer bebían en el bar. Su conversación derivó al tema de la fidelidad matrimonial. Ambos estaban de acuerdo en que muchos maridos engañan a sus esposas, pero la mujer llegó al extremo de decir que todos los hombres casados son adúlteros, infieles, perjuros, aleves, desleales y demás. Intervino en la conversación otro parroquiano: “Perdonen: no estoy de acuerdo en lo que dicen. Yo jamás he engañado a mi esposa”. “¿Ah sí?” -replicó la mujer-. ¿Cuánto tiempo tiene usted de casado?”. Respondió el otro: “Cuatro días”. FIN.

MIRADOR ›armando fuentes aguirre
San Virila salió de su convento. Iba a la aldea a pedir pan para sus pobres. En el camino se le alegró el corazón al ver la hermosura del paisaje. Había llovido, y el campo estaba lleno de flores renacidas. Sobre el azul del cielo se dibujaba un arco iris. Por el viento llegaban las voces de la esquila que anunciaba el ángelus. En eso San Virila vio a una niña que lloraba, triste. Le preguntó por qué lloraba. La pequeña le dijo entre sus lágrimas que iba a la fiesta de su escuela. Todas sus compañeras llevarían hermosos vestidos, y ella no, porque sus padres eran pobres. Se iba a sentir avergonzada. El frailecito hizo un ademán. El arco iris vino y se enredó en la niña. Ahora ella tenía el vestido más bello del mundo. -¡Gracias, gracias! -exclamó, feliz. Le pidió San Virila: -Te encargo mucho el arco iris. No es mío. ¡Hasta mañana!...
MANGANITAS ›por afa
“En un ratón de laboratorio se están probando los efectos de la mariguana”. Se le escucha a cada rato gritar con tono bravero: “¡Aquí soy el mero mero! “Ahora sí, échenme al gato!”.


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