2016-02-08 | 19:11:00

*Violencia incontenible
*“Levantan” a periodista
*PRI: cambiar discurso

DECÍAN COMENSALES el pasado fin de semana: “más vale que los cinco jóvenes –de Playa Vicente- desaparecidos en Tierra Blanca, aparezcan con vida antes de la elección para Gobernador y diputados, porque de lo contrario pierde el PRI. La sociedad (palabras más, palabras menos) está hasta la m… de tanta inseguridad, y de las risas burlonas del Gobernador que pareciera querer la derrota de su partido”.

ESO OCURRIÓ el fin de semana –concretamente el domingo-, horas antes de que la reportera Anabel Flores Salazar fuera sustraída de su hogar la madrugada de este lunes a punta de pistolas y metralletas sin que se conozca su paradero, como ha ocurrido con cientos de veracruzanos –alrededor de 400 en este aciago sexenio de la “prosperidad”-, y que en un rancho de Tlalixcoyan se encontraran restos oseos, presuntamente, de dos de los jóvenes desaparecidos.

LA PERIODISTA fue “levantada” al interior de su propio hogar en Puerta Grande, municipio de Orizaba, tal como ocurrió con el editor y comunicador de Medellín, Moisés Sánchez Cerezo, privado de su libertad la noche del 2 de enero del año pasado en su domicilio, y encontrado semanas después en un paraje solitario ejecutado y decapitado, sin que se haya detenido al autor o autores intelectuales.

EN EL CASO de los cinco jóvenes “levantados” por elementos de la policía Estatal, se transpiran ciertas dudas, pues resulta inaudito que a pesar de haber sido detenidos el comandante que encabezó el operativo, los seis elementos policiacos que lo ejecutaron y el presunto “capo” que ordenó la desaparición, el Gobierno del Estado y la Federación no tuvieran una sola pista del paradero de los jóvenes, como si ocultaran algo.

EN LA mesa, los comensales discutían el tema, y alguien dijo: “¿y si ya saben dónde están los jóvenes y por temor a perder las elecciones no lo dicen a sus padres? El comentario dejó boquiabiertos a muchos: “Puede ser. Son capaces de eso y más-, respondió uno de ellos, “aunque no se vale que mantengan sufriendo a la familia por cuestiones de conveniencia”, remató el tercero. Pues ahora ya se sabe que al menos dos jóvenes desaparecidos fueron asesinados por cierto grupo que al menos algunos integrantes ya están detenidos.

TAL VEZ son suposiciones, pero resulta absurdo que a estas alturas se desconozca en donde está el resto de los muchachos de Playa Vicente -levantados en Tierra Blanca-, pese a que los agresores se encuentran detenidos y consignados, lo que demuestra que en Veracruz se aplica la tesis juarista: “a los amigos, justicia y gracia, a los enemigos, justicia a secas”, pues en otras condiciones ya le habrían arrancado la confesión total a los responsables.

SIN DUDA, informar en estos momentos que los cinco jóvenes secuestrados por elementos de la Policía Estatal ya están muertos, sería tanto como inducir la derrota del PRI en las elecciones venideras, y peor aún, si la reportera levantada la madrugada de este lunes en Orizaba no aparece o, en el peor de los casos, el desenlace es cruel.

HÉCTOR YUNES, por lo tanto, si desea ganar la elección de junio tendrá que cambiar el discurso, ya que la sociedad se encuentra agraviada y exige justicia por la pérdida de familiares pero, también, por la violación permanente a los derechos e, incluso, por el endeudamiento del Estado que ya rebasa los 120 mil millones de pesos, y que no serán pagados en los próximos 40 años.

TODOS DESEAMOS que a la periodista Flores Salazar no le pase nada, que aparezca con vida, que retorne con los suyos, y que el mal momento vivido la madrugada del lunes sea un recuerdo. No queremos que pase a formar parte de esa lista enorme de desaparecidos y asesinados, ya que su labor de informar es apostólica, y merece otra y otra oportunidad.

YUNES LANDA, por lo tanto, debe encabezar la gran cruzada de los medios de comunicación contra la violencia irracional que deja huérfanos, viudas, padres sin sus hijos y un campo minado que se agrava sin solución para la libertad de expresión, lo mismo censurada por grupos fuera de la ley que por el propio Gobierno a través de elementos policiacos del Estado, que sin pasar exámenes de control y confianza que les convierten en acreditables, continúan al servicio de quienes les pagan.

COMO FUERA, la zona centro se ha tornado altamente riesgosa para el ejercicio periodístico, y basta recordar que en agosto del año pasado, el excorresponsal de Televisa Veracruz, Juan Heriberto Santos Carrera fue asesinado en el interior del bar La Taberna, a poca distancia del ayuntamiento de Orizaba, donde también murieron otras personas, presuntamente, integrantes de un grupo fuera de la ley, y entre las cuales las autoridades de la Fiscalía General del Estado habían dicho que estaba Josele Márquez Balderas (a) “el Chichi”, quien fue detenido hace apenas unos días cuando se dirigía a las fiestas de La Candelaria en Tlacotalpan, descubriéndose el engaño.

EN FIN, aunque el gremio periodístico es el más dividido del Estado debido a los intereses que mueven a cada cual, sea propietario, editor o director, lo cierto es que el tema de la agresión a medios de comunicación va en aumento, y con el secuestro de la reportera de Orizaba suman 16 comunicadores asesinados, 6 desaparecidos y una veintena de desplazados, y en casi todos los casos se recurre a la misma estrategia: actos cometidos por “chivos expiatorios”, o la inculpación de presuntos vínculos con el crimen (como ahora se pretende con Anabel Flores, a quien la fiscalía acusa de haberse reunido el 30 de agosto de 2014 en Acutzingo, con Víctor Osorio Santacruz, (a) “el Pantera”, integrante de un cartel, actualmente, detenido).

OJALÁ EL desenlace sea feliz, y Veracruz no sume un muerto más a la lista de periodistas asesinados. Sería fatal para la campaña de Héctor Yunes, peor aún si los cinco jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca son, finalmente, encontrados muertos. Nadie desea semejante barbarie. Opina carjesus30@hotmail.com