2016-02-11 | 09:28:13

Siempre hemos pensado que las religiones son los negocios más prósperos y duraderos. Tu visita (si cuando me dirijo al Creador le “hablo” de tú…) a este México al que pusiste de ejemplo para que tu tierra natal no se mexicanizara, (y que tanto molestó a los corruptores del poder, a punto de quedar infartados por tu sinceridad) es un ejemplo más de como desde el poder (de estos sátrapas) quieren seguir manejando (pendejeando) al pueblo desde los medios “informativos”. Con unas engendras campañas que muestran tu llegada hasta el cansancio con el deseo de ocultar la mezquindad en que ellos han envuelto al País, que ahora parece ponen en tus manos pronosticando son las “salvadoras”, olvidando que eres un mortal, al que unas decenas de (tus) correligionarios invistieron como obispo de Roma, asegurándole al mundo que eres la representación terrenal de Dios, dentro de una complicada trilogía del Padre, el Hijo y Espíritu Santo. Quitando esto que siempre nos ha parecido una aberración inescrupulosa que atenta contra la inteligencia humana, como es el presente caso de contar con “dos”: Uno con vigencia “caducada”, y el otro (o sea tú) en activo. O sea: O los “creadores” de seres “Divinos” se equivocaron con Benedicto XVI, o sirven para lo que una vaca en un concierto. Lo cierto es que tu Iglesia sigue perdiendo terreno en este México paupérrimo, donde la (aun) grey se espanta ante el lujo y boato de los llamados representantes de Cristo, como lo demuestran zánganos como Pedro Picapiedra (a) Norberto Rivera, Juan Sandoval Iñiguez, u Onésimo Cepeda, quien dedicara su vida pastoral al golf, a las corridas de toros, y a servir de agiotista y ladrón (según dicen) de obras de arte, como en el caso de la familia Azcárraga. Y fíjate que esta no es la “imagen” que tenemos del Maestro. Y la verdad: Muchos habían creído en tu sinceridad de hombre justo, pero después de la investigación realizada por la Revista Proceso y el equipo de Carmen Aristegui, sobre las irregularidades de la boda entre “Mamá Gaviota” y el señor de “Misión cumplida”, vemos que el Vaticano sigue siendo socio de los ricos y poderosos, y de los que tienen las mejores armas. Tu figura se devaluó hasta el infinito, al saberse que nunca respondiste a la misiva que te enviara (el ahora fallecido) sacerdote José Luis Salinas Aranda, donde te denunciaba el entramado de corrupción existente contra su persona, por lo que tu silencio es sinónimo de encubrimiento, que mucho nos trae a la mente al nefasto papado de Borgia. Y también otro punto. Ya que el sábado te reunirás en la Catedral Metropolitana con tus subalternos, no estaría de más que llevaras “el potro” (el inventado por vosotros para la Inquisición) y se los mostraras a esa bola anárquica y hambrienta de poder, que tan mal parado dejan el nombre de Jesús. Y conste que en lo personal nos da igual lo que hagas, pero una firma que no sabe manejar sus franquicias… Y otro punto: Dices que vienes como pastor y que no darás mensajes políticos, pero no te creemos. La Iglesia en si fue legalizada por un político y asesino, como lo fue Constantino,
hijo de la cortesana Helena, a la que después convirtieron en Santa, a pesar de haber sido una ramera. Así que no vengamos con el mensaje de que llegarás para decirle al pueblo que Dios los ama mucho, porque… sería medio bruto hacerle comprender a miles de miles de deudos ese “cariño y amor”, a los más de 200 mil asesinados en estos dos sexenios de pavoroso terror. ¿O como decirle a los padres de los jóvenes de Ayotzinapa que Dios los quiere mucho? Si hablamos del Dios de los judíos, violento, sanguinario y vengativo, pues no mas que tampoco cuadra. El pueblo mexicano ni es hebreo, ni sabe quién es Yahvé. Así que estimado Bergoglio: Es hora de ir cambiando la mercadotecnia. ¿O crees que te escucharán los padres de los cinco jóvenes secuestrados y muertos por la policía de Veracruz? ¿O quizá lo hagan los dos pequeños hijos que dejó huérfanos la periodista Anabel Flores Salazar, recientemente asesinada? Vienes a un País gobernado por ineptos, a los que obligatoriamente deberías señalar, y al unísono reunirte con los padres y familiares de ellos, que es lo que a nuestro entender haría el Maestro, quien por lo visto en estas tierras, está de vacaciones. ¿Sabes qué? Porque vivir aquí, supera al martirio de Tántalo. A ti no te podemos contar nada que ya no sepas, o hayas vivido en carne propia, como fue conocer, y aun peor, tratar con “Huesitos”, (Videla). Si aquello fue siniestro, (que por supuesto lo fue, y con avaricia) ¿qué te podemos decir de aquí, donde por décadas el pueblo ha sido (y sigue) siendo tratado como esclavos, para el beneficio y riqueza desmedida de unos cuantos, dentro de la desigualdad abismal que persiste y corroe a este México que debiera ser ejemplar (en todos los sentidos), y no el México siniestro que podrás palpar en tu primer punto de encuentro con el pueblo, como será cuando pises Chiapas. Te van a contar y decir de otra Chiapas, pero ten por seguro que no tendrá ningún punto de conexión con la verdad que sufren nuestros hermanos, a los cuales siempre han tratado como indios. Estos mercaderes del mal son, los que les tomaron la medida al pueblo, y sobre el que defecan ante la menor oportunidad. Así que feliz estancia dentro de lo que cabe, y esperamos que tu mensaje más que apostólico, sea político, y sirva para desmembrar a estos malos mexicanos, que ya se llevaron al país entre las patas. Pero veamos que nos dicen Don Quijote y Sancho: -Sancho: Oye mi señor, ¿tú crees que, con lo claridoso que es este cuate de Francisco I, desenmarañe los ya miles de asesinatos en nuestro estado, comenzando por el de nuestra querida Regina Martínez, y ahora con el de Anabel, junto al de “Goyo”, o Moisés? -Don Quijote: Como serás de bruto, mi buen Sancho. Eso le toca al inquisidor mayor, y dicen que está muy atareado haciendo maletas, para largarse a la chingada, hasta que el destino lo “alcance”. -Sancho: ¡Ah!, chingao, chingao, chingao.