viernes, 31 de mayo del 2024
 
Por Francisco J. Ávila Camberos
Columna: ¡Qué gran pueblo, si tuviera gran señor!
¡Qué gran pueblo, si tuviera gran señor!
2016-02-20 | 10:06:00
Con excepción del Papa Francisco, no existe en todo el mundo un solo líder que tenga la convocatoria necesaria para que infinidad de personas viajen cientos e incluso miles de kilómetros, nada más por el gusto de verlo, escucharlo e incluso tocarlo. No hay otra persona que consiga que cientos de miles de fieles, por voluntad propia; sin acarreos, ni tortas, ni refrescos; a pesar del frío pernocten entusiasmados en las calles por donde pasará el Papa al día siguiente, solamente por verlo, aunque sea unos segundos. No conocemos a nadie en el mundo actual, que con voz pausada y tranquila, sin gritos y sin aspavientos, nos dé un mensaje tan claro, conmovedor y sencillo sobre el amor y la misericordia Divina, que toque las fibras del alma, al grado de que muchos de quienes lo escucharon terminaron llorando de la emoción.
Verdaderamente conmovedoras fueron las imágenes de los reclusos del penal de Ciudad Juárez, a quienes visitó el Papa. Varios de ellos, tomándolo de la mano se la besaron, se hincaron y lloraron emocionados, arrepentidos de las faltas cometidas Personas relegadas por la sociedad como son los presos, a quienes los golpes de la vida endurecieron y volvieron insensibles, recuperaron la esperanza, la fe y sobre su dignidad como seres humanos que son. Cuando observo todo esto, cuando veo la disposición y el sacrificio de tantos mexicanos, quienes con tal de lograr un objetivo, como lo es el estar cerca del Papa, son capaces de soportar el cansancio, el desvelo, el frío, el hambre y la sed; sin que nadie los obligue ni acarree, pagándose incluso sus propios gastos; no dejo de pensar en que gran pueblo tenemos y que gran nación seríamos si tuviéramos dirigentes políticos
que fueran auténticos líderes, quienes con su buen ejemplo, cordura, sensatez, capacidad, honradez y calidad humana; buscaran el bien común y nos guiaran adecuadamente para salir del subdesarrollo y de la marginación. ¡Qué gran nación seríamos si tuviéramos gran señor! Para lograr realmente este objetivo, que a veces nos parece muy distante y hasta inalcanzable, sin siquiera darnos cuenta de que puede estar muy cerca si lo buscamos con entusiasmo y dedicación; los primeros que debemos empezar a cambiar para mejorar somos nosotros, los ciudadanos. Buenos ciudadanos lograremos con nuestro voto y nuestra participación cambiar las cosas y tener mejores gobernantes. ¿No les parece a ustedes? Muchas gracias. Buen fin de semana.


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