2016-02-22 | 22:08:52

En la crisis se conoce a cada quien, y en esto, es en un sentido figurado de una supuesta crisis, pero el barco no se hunde ni se hundirá y por lógica, además por un temor infundado algunas ratas empiezan a salir de sus escondites.

Esto viene a colación por el supuesto dicho del “Mago Merlín”, quien en contra sus propias visiones y sus principios priistas con los que se ha enriquecido a lo largo de los últimos cuarenta años en el ejercicio público, dice a título de “politólogo” que el próximo candidato del PRI, no debe estar listo, sino ser listo.

Con esta expresión, el “Mago” aparece desde los fondos de las oscuras cavernas del pleistoceno dinosáurico y pretende erigirse en dueño de una verdad, que simplemente nadie le cree, porque como es conocido en muchos de los viejos del priismo, además de que no se llenan porque no tienen “llenadera”, han quitado espacios a los jóvenes que poco pueden hacer con los personajes que en lugar de convertirse en la voz de la experiencia al interior del partido político que los “llenó de lujos y de una vida de privilegios”, ahora no solo ven la paja en el ojo ajeno, sino que no ven el propio.

Los personajes que como el Mago Merlín, reaparecen en los tiempos electorales, es porque además de la maña saben, que no son de la nueva generación de los jóvenes políticos de la actualidad en la que se incluye a Héctor Yunes Landa, poco pueden hacer físicamente, pero si lo pueden hacer ideológicamente con sus ideas y experiencia, pero cuando se llega golpeando al pesebre, es sólo muestra de la ambición económica desmedida de los hombres del poder del PRI, que son los verdaderos artífices de una crisis que apenas la ven, lloran y poco hacen para defender la casa, su bandera de lucha y su causa, de la que han vivido siempre. No se vale.

Los verdaderos analistas políticos, saben que el futuro gobernador de Veracruz, será Héctor Yunes Landa, pero dos años sólo serán suficientes para plantear un programa de reconstrucción político y social, en donde las causas han sido externas y provienen de la baja de los ingresos en una época en donde los recursos son insuficientes para atender los grandes compromisos de los grandes compromisos poblaciones a lo que no escapan todas las entidades del país y el propio gobierno federal.

Que a Duarte no le carguen el muerto, el difunto ya venía de muchos años atrás y ahora solo se ven los efectos y las consecuencias. O que se lo pregunten al Bronco, que ya montado en la silla, cambió el discurso radical. Así las cosas.