2016-02-24 | 20:39:02

La incertidumbre en torno al destino del gobernador Javier Duarte se ha convertido en la noticia en las últimas semanas. Acapara los medios y por lo mismo, las precampañas han pasado a segundo término al quedar eclipsadas por el vaivén de la información de facto inescrupuloso y sensacionalista que tiene a los precandidatos sin posicionarse en sus objetivos.

Tal es la preocupación de la situación que el propio precandidato del PRI y de la alianza más fortalecida para acceder a la gubernatura, Héctor Yunes Landa, que hace uso de un discurso que lo lleva casi al deslinde del mandatario veracruzano, a fin de levantar en su precampaña.

El tema mediático de Javier Duarte, se ha convertido en tema nacional y sin buscarlo el gobernador veracruzano, permanece en los medios todos los días con la nota principal y las columnas más destacadas del país.

Al agudizarse una crisis de comunicación como consecuencia de la temporada electoral, supuestamente muy disputada y en donde como en las grandes batallas, la guerra se gana al que logre engañar al oponente, Duarte enfrenta estoico el huracán político del momento.

El arte de la política es como el arte de la guerra, y aquí según el mayor experto en el tema en el orbe en toda su historia, Tsun Zu, decía que crear los falsos escenarios, enviar a espiar al enemigo y conocer al enemigo es sólo con un fin el de evitar la batalla para ganar sin pelear la guerra.

Este panorama creado mediáticamente de la salida de Javier Duarte, ha sido una estrategia que se intensifico y comenzó desde el inicio de la presente administración en que se han mantenido acosando al gobernador de Veracruz, con una guerra infame y en donde se puede decir un error de apreciación sería el de estar en una guerra mediática y sin un coordinador de comunicación social en el gobierno estatal de experiencia y por lo mismo, se ha tenido que hacer uso de las propias redes sociales para informar de primera mano desde las propias altas autoridades estatales.

En el momento actual, el porcentaje de la población que accede a las redes sociales no es significativo ante el total general, pero el ruido crece y se expande cuando se hace eco de los medios tradicionales de prensa, radio y televisión.

Duarte, con finura y como los grandes personajes de la política, dejó correr el problema y ya de último minuto acude con su amigo el periodista José Pablo Robles Martínez, para enviar un mensaje importante a la población en el momento de la alta tensión de que no se va y de que acepta hasta el discurso del precandidato priista, Héctor Yunes Landa, para que no cargue con su gobierno.

Desde la opinión de muchos expertos, el tema Veracruz se ha complicado ante el nivel de la disputa electoral de alta competición en donde el PRI, tiene mucha ventaja con el elevado posicionamiento del precandidato Yunes Landa, y también por el voto duro, dos factores con los que se estaría por decidir el rumbo de la elección por la gubernatura estatal el próximo cinco de junio.

Los capítulos por escribirse de una historia más de la política veracruzana es indescifrable, ya que en la rumorología y en las declaraciones del propio gobernador Javier Duarte, se habló de una importante reunión este miércoles en la capital del país con el secretario de gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, para decidir en torno a la presión mediática que por lógica se resuelve con los mejores acuerdos políticos de los que si saben del tema y en donde está en juego el destino del PRI en estos lares que se extiende hasta la elección presidencial del 2018, por sus efectos.

Los ideólogos y expertos de los cuartos de guerra de los precandidatos en Veracruz, trabajan al máximo haciendo lo propio entre unos y otros, en donde en el rejuego y la confusión son parte del exceso de la guerra sucia que ya rebasa lo inimaginable. La rebelión en la aldea no se controló a tiempo y ahora los resultados están a la vista en pocas palabras no hay saliva, ni cama para tanta gente.

Y hasta los ex aliados de Duarte se doblan por el temor de quedarse fuera del pesebre. No se vale. Duarte deja su espada en prenda con tal de que su partido el PRI logre un rotundo triunfo en la elección estatal, al igual que en la elección del 2010 en la que avasalló a su oponente y enemigo gratuito. Hoy otra vez sin posibilidad de acceder al gobierno del estado, por sus antecedentes el PAN está muy lejos de ganarle al PRI de Duarte y de Fidel Herrera. Así las cosas.