2016-03-29 | 21:35:01

La polarización de una sociedad en tiempos electorales no conduce a nada, porque se trata de los insanos fines de quienes hoy descalifican todo y son y han sido autoridad, olvidando preservar los más importantes principios de convivencia.

Los jóvenes, en el término genérico de nuestra época son víctimas de los altos niveles de eroticidad en medios de comunicación, redes sociales y en general en una mercadotecnia que los enferma de sexo y también por un alto combate de publicidad para motivar el consumo de bebidas embriagantes.

Los efectos de una cultura que se pretende emular en la de otros países, pero principalmente se requiere de una urgente reglamentación a la venta indiscriminada de licor en los establecimientos de conveniencia abierto las 24 horas.

Los conflictos y problemas que afectan a la juventud en este momento son delicados y llaman a la reflexión, para frenar todo lo que daña a su conducta y a su educación.

Las culpas mutuas entre unos y otros, cuando las responsabilidades son comunes y conjuntas entre sociedad y autoridades, además de evitar las guerras partidistas y de colores que es lo que se busca en los casos de polarización en una comunidad a la que se pretende politizar.

El daño a unos y otros jóvenes que han sido atacados mediáticamente, sin justificar alguna conducta ilícita, pero que se desconoce la responsabilidad penal, es grave ante el linchamiento de quienes pretenden politizar este tipo de casos en donde además, dejan graves secuelas psicológicas.

En el caso de actualidad en Boca del Río, los nombres de los presuntos involucrados debieron permanecer en la secrecía, porque lamentablemente sin juicio alguna han sido juzgados y condenados en un autentico linchamiento mediático-social.

La situación demanda soluciones y una autentica prevención de estos casos para no empañar a nadie en el dolor familiar.

Las posturas de las autoridades, las organizaciones sociales y espirituales deben ser de solidarias dar la ayuda y la importancia, a los problemas a los que todos los jóvenes se enfrentan con una cultura desenfrenada en la venta de alcohol y de inducción al sexo de forma anticipada.

Hay que construir una sociedad basada en valores y el respeto a la ley, y darle sobre todo un lugar especial de respeto a la mujer, sin caer en las posturas misóginas y de discriminación.

Decía el académico e investigador Jean Meyer, “yo me quede a vivir en México, porque es un país de jóvenes”. Pero a los jóvenes hay que darles espacios de diversión y esparcimiento sano en donde los padres y la familia toda, comulguen en una sana convivencia de plena responsabilidad. Porque todos se hacen la pregunta: a donde están sus hijos, y nadie responde.

Tampoco el litigar en los medios de comunicación y redes sociales es lo apropiado, porque se produce ese linchamiento mediático que lastima y provoca daño severo a quien se juzga antes que la propia autoridad.

La reflexión social y el compromiso de la autoridad en estos casos, está actuando con rigor jurídico y con apego a la verdad y la legalidad.

El abogado Diego Fernández de Ceballos, como especialista jurídico comentó en un noticiero de televisión de cobertura nacional, que veía bien el trabajo del fiscal de Veracruz en el caso que ha llamado la atención mediática de los últimos días y destacó que la postura de procurar justicia, no puede dejarse llevar por la consigna del clamor mediático o social. Así las cosas.