martes, 28 de mayo del 2024
 
Por Roberto López Delfín
Columna: Vórtice
De la inconveniencia de las guerras negra
2016-04-06 | 09:56:04
La denuncia justificada, la demanda social, el señalamiento certero de realidades verificables, el testimonio indignado de las víctimas, la suspicacia fundada, siempre serán motor de las acciones de los gobernantes y candidatos, serán motivo legitimo de comentario y saludable especulación por parte de las redes sociales y la opinión publicada, pero también es evidente que, en el contexto de la lucha pura y dura por el poder, en un proceso electoral, la primera víctima puede ser la verdad. México exige castigo a los delincuentes de crímenes demostrados. Cada acto de impunidad es un agravio para el cuerpo social en su conjunto, es la exposición de un sistema fallando, de un aparato de combate a la delincuencia que no ha cumplido sus objetivos a unos meses que el nuevo sistema de justicia penal entre en vigor a nivel Nacional. Los veracruzanos tenemos múltiples ejemplos de señalamientos de crímenes sin castigo, como las horridas historias de los delincuentes denominados “Los Porkis” de Costa de Oro y los de la UVM, claros ejemplos de porqué no debemos litigar en los medios de comunicación. Las leyes e instituciones pagadas con nuestros impuestos deben justificar con resultados su existencia, deben encargarse de hacer justicia de frente a la opinión pública. La Ley debe aplicarse en la forma más pronta y expedita, especialmente a delincuentes impunes pues no hay paz social sin justicia y sin paz social no habrá desarrollo económico ni podremos incrementar nuestra calidad de vida. Pero la falta de cultura democrática; la sequía de ideas y; el imperio de las visiones de corto plazo y las ocurrencias; el auge de los escribanos a sueldo; los “bots” y los “haters” profesionales; han devenido en la percepción de que al adversario político se le considere “enemigo” y que las guerras “sucias” y/o “negras” hayan llegado para quedarse haciendo de la búsqueda justificada y necesaria del poder, la arena donde los contendientes y sus partidarios o panegiristas se esmeran, cuando desesperados, obtusos y/o inescrupulosos, en atacar el prestigio de sus rivales, incluso realizando acusaciones sobre su vida privada sin pruebas, en una justa democrática que debería caracterizarse por las propuestas y los compromisos para y con el electorado. Quien tenga un señalamiento fundado de delito y criminales que denuncie formalmente ante las instancias correspondientes. Ya es mucha la impunidad que hemos sufrido para tolerar más, por lo que sin duda es de interés social poner frente a la opinión pública la verdad y las historias de las víctimas, esos elementos olvidados en la lucha contra el crimen organizado. El tema cobra especial relevancia pues el mismo día del inicio de las campañas políticas, se caracterizo por acusaciones y señalamientos pendientes de probar ante instancias jurídicas institucionales. Esperamos que eso no de pie a personajes, medios y empresas, cuya “contribución” al mejoramiento de la vida nacional consiste en diseñar, realizar y difundir para y en los medios masivos de comunicación, chismes imposibles de probar; acusaciones maliciosas que no prosperarían nunca sí se hicieran ante las instancias correspondientes, señalamientos injuriosos, calificativos mezquinos: culpas reales o imaginarias de los competidores por un cargo de elección popular –que no enemigos-para por la vía del descredito personal, descalificarlos pretendiendo favorecer por contraste a quien lo alienta o paga por realizar servicios tan despreciables, que en nada favorecen la construcción de ciudadanía, civilización, democracia, convivencia pacífica, la realización de la justicia y el fortalecimiento del Estado de Derecho.
No somos idealistas, ni creemos estar rodeados de ángeles. Todos sabemos que sería demasiado pedir que los partidos políticos y sus candidatos realizaren únicamente fundadas denuncias, pero no fomentemos ni caigamos en el maniqueísmo de las “guerras negras” ni las denostaciones. Habrá quien por mala fé, desesperación y estrategia atacará incluso la vida privada de sus adversarios sin pruebas para sustentar sus acusaciones. Desafortunadamente, muchos señalamientos de ese tipo veremos en los días cruciales por venir. Pero ante las calenturas políticas ¿qué hacer como ciudadanos? Considero que lo primero es tomar distancia de la violencia injustificable, sea esta de cualquier naturaleza. En tiempo de campaña por el poder debemos asumir plenamente nuestra dimensión de electores informados para procesar la información disponible y elegir, en conciencia a la opción de cambio que más se comprometa con propuestas y hechos a construir el Veracruz que deseamos. La política merece todo nuestro respeto y es tan crucial para nuestra vida personal y social, que no debe dejarse únicamente a los políticos. Como votantes, mal haríamos en premiar a los que degraden la política, la elección y acusen sin elementos, ni pruebas. No demos nuestro voto a quien sin propuestas claras ni compromisos específicos se afanen en la descalificación de su(s) adversario(s) como núcleo de su promoción y esfuerzo electoral. Apoyemos la generación y discusión de ideas, propuestas, valores, obligaciones, pues para eso el proceso electoral. El 5 de junio, los veracruzanos no elegiremos reyes del carnaval; flores más bellas del ejido; ni campeones de luchas en el lodo. Nuestros sufragios darán mandato a un nuevo gobernador y 50 diputados locales que tendrán por 24 meses, la responsabilidad de contribuir a la mejora, la solución de los muchos problemas de Veracruz. Estemos conscientes que para tener éxito, deben realizarse propuestas y compromisos de largo aliento, pues nadie en sólo 2 años podrá consumar el esperado cambio que propone. Privilegiemos pues la verdad, el análisis, el realismo, la sinceridad, coherencia y número de las propuestas para hacer de este proceso electoral un ejercicio democrático útil a Veracruz. Tantos miles de millones de pesos no deben desperdiciarse en calumnias, chismes, ni afrentas personales. Habrá un después de la elección que nos interesa mucho más que la elección misma. Se vislumbra un Congreso en el que ningún partido político tendrá mayoría por sí sólo, por lo que el próximo gobernador deberá mostrar capacidad de diálogo e interlocución desde ahora, para ir construyendo puentes que luego deberá recorrer en su camino si desea mejorar a Veracruz. Afortunadamente los 2 candidatos principales están postulados por coaliciones, lo cual ha implicado la reunión de los diversos en torno a un objetivo común, en este caso, la obtención del poder. Estamos conscientes que al fragor de las campañas muchos vientos serán sembrados personalmente, pero no tenemos porque cosechar tempestades colectivas. Comprendamos a los candidatos en cuanto seres humanos, en su circunstancia, en cuanto políticos en busca de objetivos. Valoremos su dichos y hechos. Como veracruzanos no nos dividamos irremediablemente, ni favorezcamos de manera alguna la injuria, la maledicencia, las acusaciones sin pruebas. Que rija la democrática reunión de lo diverso antes, durante y después de las elecciones, en torno al propósito de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Veracruz lo necesita.


NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México


NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México