miércoles, 01 de mayo del 2024
 
Por Leo Zuckermann
Columna: Juegos de Poder
Un carnaval de la política
2016-04-18 | 10:04:11
La política es una montaña rusa donde la adrenalina circula igual para arriba que para abajo. Hay que preguntárselo a Luis Inácio Lula da Silva. Hasta hace muy poco era una de los grandes estrellas de la izquierda mundial. Estaba en las alturas. Ayer, en Brasilia, andaba muy bajo pepenando votos de diputados para que no procediera el juicio político a su sucesora, Dilma Rousseff. No obstante el esfuerzo de Lula, la votación fue arrolladoramente a favor del impeachment de la Presidenta. Ahora falta que el Senado apruebe si continúa el impeachment de Rousseff. Ahí sólo se necesita una mayoría simple de votos. Se da por descontado que eso sucederá en los próximos días. En cuanto lo apruebe la Cámara Alta, Rousseff será suspendida del cargo en lo que procede el juicio que tendrá una duración no mayor a 180 días. Mientras tanto, la Presidencia la ocupará el vicepresidente, Michael Temer. La mayor parte de los analistas piensa que habrá un proceso relativamente rápido que terminará en la destitución definitiva de Rousseff por lo que Temer gobernará hasta 2018.
Lo que está sucediendo en Brasil es increíble por varias razones.
Increíble que el gobierno, con todo y la operación política de Lula, ni siquiera haya podido conseguir 170 votos, un tercio del total de los 513 diputados, para bloquear el juicio político. De ese tamaño era la debilidad de la presidenta Rousseff.
Increíble el ridículo tema por el que están juzgando a la Presidenta. En un país donde se han descubierto enormes casos de corrupción, incluyendo los de la petrolera nacional, Petrobras, a Rousseff la están acusando de una bagatela: haber violado las normas fiscales para maquillar el déficit presupuestal. En una nación donde sobran los políticos corruptos, a la Presidenta no le han encontrado ningún caso de peculado o enriquecimiento ilícito.
Increíble que haya sido Eduardo Cunha, el presidente de la Cámara de Diputados, el que haya dirigido la sesión de ayer que aprobó el impeachment de Dilma cuando él es precisamente uno de los políticos más corruptos de Brasil. Y, sin embargo, ayer no sólo votó a favor de destituir a la Presidenta sino que tranquilamente tomó la votación de los demás legisladores.
Increíble la votación abierta de ayer donde los diputados dedicaban su voto a Dios, sus familias, sus muertos, sus electores y el mundo mundial con todo tipo de ocurrencias, chulerías y cursilerías. Muy a la usanza de ese país, en uno de los momentos más dramáticos de la democracia brasileña, observamos un carnaval político.
Increíble la actuación del vicepresidente Temer quien conspiró para desbancar a su jefa y quedarse con la Presidencia. A diferencia de Frank Underwood en la serie televisiva House of Cards, Temer aquí lo hizo de manera abierta, alineando diputados en contra de Rousseff y filtrando videos para reforzar su campaña. Este personaje se convertirá, con toda seguridad, en el nuevo mandatario brasileño.
Increíble que, en todo este proceso de gran incertidumbre política, los mercados financieros de ese país hayan registrado una alza impresionante. El real se fortaleció frente al dólar y la bolsa de Sao Paulo subió tanto que es la que más se ha incrementado durante este año en todo el mundo. Los inversionistas están fascinados con la idea de que Rousseff se vaya y llegue el vicepresidente conspirador a quien identifican como un político más amigable con el empresariado y el libre mercado.
Me temo que se equivocan por dos razones.
En primer lugar, el carnaval político no ha terminado. Ni Lula ni Rousseff ni el Partido del Trabajo van a abandonar la lucha porque saben que bien podrían terminar algunos de ellos en la cárcel. Por tanto, van a seguir pataleando todo lo que puedan. Cuentan, para ello, con el apoyo de sindicatos importantes.
En segundo lugar, los desequilibrios económicos en Brasil son de una gran magnitud. El déficit en sus finanzas públicas alcanza los dos dígitos. La inflación es alta y este año continuará la recesión que comenzó en 2015. Difícilmente un nuevo gobierno tendrá la capacidad de resolver problemas tan agudos con la gran polarización que ha dejado el impeachment de Dilma.
Por lo pronto, Lula, genio mediático, leyenda de la izquierda latinoamericana, hoy se encuentra en un punto muy bajo de su carrera. Pero, en la montaña rusa del carnaval de la política brasileña, lo que sube baja y luego…


Twitter: @leozuckermann
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