jueves, 02 de mayo del 2024
 
Por Catón
Columna: De políticas y cosas peores
De méritos propios
2016-04-20 | 08:59:13
Don Cornulio llegó a su casa y encontró en la recámara a un sujeto completamente en peletier, vale decir sin ropa, corito, desnudo. Antes de que el boquiabierto señor pudiera articular palabra le dijo el individuo: “Qué bueno que llegó, caballero. Soy abogado, y precisamente le estaba diciendo a su señora que así lo voy a dejar, en cueros, si no paga usted sus deudas”. Babalucas pidió en la tienda de mascotas: “Quiero un perro pequeño”. Preguntó el encargado: “¿Pequinés?”. Respondió el badulaque: “Pa’ mí”. Aquella noche don Languidio Pitocáido, señor de edad madura, no pudo hacer honor a su condición de esposa. Le dijo su mujer con acritud: “No guardaste nada para después de la jubilación ¿verdad?”. El novio le informó a la novia: “Solicité que al salir de nuestra misa de bodas en vez de la marcha nupcial nos toquen La Bamba”. “¿Por qué?” -preguntó ella extrañada. Explicó el muchacho: “Porque en adelante me vas a tener arriba y arriba”. Espero que Hillary Clinton gane la elección presidencial en el país del norte. Muchos motivos tengo para desear su triunfo. Uno de ellos es que la llegada de una mujer a la presidencia de Estados Unidos daría impulso en México a la campaña de Margarita Zavala. Esta señora ha resultado ser una sorpresa para todos: a muy poco tiempo de haber dado a conocer su aspiración ya casi alcanza en las encuestas a López Obrador, que lleva 20 años viéndose y promoviéndose. Si la elección fuese hoy yo votaría por ella, pues entre los actuales precandidatos a la presidencia me parece la mejor opción. No se advierte que la figura de su esposo, el expresidente Calderón, esté afectándola, del mismo modo que a Hillary no la ha dañado la imagen de su cachondo cónyuge. Los méritos y cualidades de Margarita son reconocidos por tirios y troyanos; se sabe que vale por sí misma, independientemente de la persona de su marido, y que no estaría sujeta a los dictados de éste, sino que actuaría por propia cuenta. Habrá que ver si los mexicanos hemos alcanzado la suficiente madurez como para llevar una mujer a la presidencia. Yo digo que sí, pero quién sabe qué digan los demás. Por lo pronto seguramente el eterno AMLO está preocupado por esta nueva contrincante que ya le pisa los talones. Doña Frigidia, bien se sabe, es la mujer más fría del planeta. Una tarde fue al cine a ver la película “Pasión ardiente”, y la pasión se congeló en la pantalla. Pues bien: en la merienda de los jueves doña Frigidia les contó a sus amigas: “Por fin mi marido halló la forma de satisfacerme por las noches”. Preguntó una llena de curiosidad: “¿Qué hace?”. Respondió doña Frigidia: “Se va a dormir al otro cuarto”. El hermano de Rosibel le contó: “Mi novia va a ser mamá, pero no estoy seguro de que el niño sea mío”. “Qué coincidencia -dijo Rosibel-. Mi novio también va a ser papá, pero no estoy segura de que el niño sea de él”.
La enfermera Pecholina, hermosa fémina de busto exuberante, le dijo al médico: “Doctor: el paciente tiene el pulso muy acelerado. ¿Qué hago?”. Respondió el facultativo: “Abróchese los botones de la blusa”. Lord Highrump estaba narrando en el club sus hazañas de cazador de tigres en la India. “Me interné solo en la jungla -relató-. Mi instinto venatorio me decía que la fiera estaba cerca. En efecto: con el cañón de mi rifle Magnum separé unos arbustos. Ahí estaba el tigre. Con todas sus fuerzas me hizo en plena cara: ‘¡Ptrrr!’”. Acotó uno de los presentes: “Los tigres hacen: ‘¡Grrr!”. Aclaró lord Highrump: “Éste se hallaba de espaldas”. Simpliciano, candoroso doncel sin ciencia de la vida, casó con Pirulina, muchacha sabidora. La noche de las nupcias él no daba trazas de hacer lo que debía a hacer. Pirulina se acercó a él, mimosa, y le dijo con tono sugestivo: “Quiero tener un niño”. Respondió Simpliciano: “¿Y a mí qué me dices? ¿Acaso soy la cigüeña?”. Luego de despedirse de su novio la joven tía de Pepito le preguntó si había hecho la tarea. El chiquillo confesó que no. La tía le dio un tironcito de la nariz y dijo: “¡Ah, estos niños que no hacen la tarea!”. Pepito a su vez le dio otro tironcito a la muchacha y le dijo: “¡Ah, estas tías que hacen cosas con sus novios y luego se les olvida lavarse las manos!”. FIN.


MIRADOR ›armando fuentes aguirre
Una oveja gritó: -¡Que viene el pastor! Las demás ovejas siguieron tranquilas. Gritó luego la oveja: -¡Que viene el lobo! Las ovejas no se asustaron: permanecieron quietas. En seguida gritó la oveja: -¡Que viene el fabulista! Al oír eso las ovejas huyeron espantadas. Esta fábula no tiene moraleja. Quien la escribió no gusta del moralismo ni de los moralistas. El que la lea debe buscarle una. ¡Hasta mañana!... MANGANITAS ›por afa
“A los nueve meses exactos de haberse casado la joven esposa dio a luz trillizos”. Se puso feliz con creces, pero luego meditó: “Qué raro. Recuerdo yo que lo hicimos cuatro veces”.


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