2016-04-20 | 09:02:45

Bien por el Presidente de la República al corregir un error y presentarse en las Naciones Unidas durante la Sesión Especial de la Asamblea General sobre el Problema Mundial de las Drogas que Colombia, Guatemala y México solicitaron adelantar para este año. Bien por su discurso que oficialmente cambia el eje de la política mexicana sobre el combate al consumo y las adicciones de las drogas. Bien por reconocer que el prohibicionismo ha fracasado: “la llamada guerra contra las drogas, que inició en los años 70, no han logrado inhibir la producción, el tráfico, ni el consumo de drogas en el mundo”.
Bien por conceder la necesidad de “un nuevo enfoque que combata decididamente a los criminales, pero que, en lugar de criminalizar a los consumidores, les dé oportunidades y alternativas”. Que, por tanto, hay que seguir “haciendo lo que ha funcionado” pero también “cambiar aquello que no ha dado resultados”.
Bien por recordarle al mundo que “México ha sido una de las naciones más comprometidas contra el problema de las drogas” y que, por eso, ha “pagado un alto precio, un precio excesivo, en términos de tranquilidad, sufrimiento y vidas humanas; vidas de niños, jóvenes, mujeres y adultos”.
Bien por exigirle a los países consumidores “un mayor compromiso, tanto en la reducción de su demanda, como en la lucha contra el crimen organizado transnacional”. Bien por exigir una mayor cooperación internacional con “consensos globales, o al menos hemisféricos, para atender el problema de las drogas con eficacia”. Bien por demandar “mejores estrategias, políticas y programas”. Bien por plantear que este tema debe tratarse “desde la perspectiva de los derechos humanos” dándole la razón a la sentencia reciente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que otorgó un amparo a cuatro ciudadanos de SMART para la producción y consumo de mariguana en México: “este cambio de fondo implica modificar el enfoque eminentemente sancionador, para ubicar a las personas, sus derechos, y su dignidad, no a las sustancias, ni a los procesos judiciales, en el centro de nuestros esfuerzos”.
Bien, muy bien, por expresar que “el consumo de drogas debe atenderse esencialmente como un problema de salud pública, toda vez que constituye una amenaza para el desarrollo pleno de las personas, especialmente de nuestros niños y jóvenes. La adicción a las drogas debe atenderse con mecanismos de prevención y soluciones terapéuticas integrales, no con instrumentos penales, que criminalizan a los consumidores y dañan el desarrollo de su personalidad”.
Bien por incluir una “perspectiva de género” ya que “las sanciones desproporcionadas, que castigan a mujeres y niños en condiciones de vulnerabilidad, lejos de resolver un problema, generan círculos viciosos de marginación y criminalidad”. Bien por proponer “asegurar la disponibilidad y un mejor acceso de las sustancias controladas para fines médicos y científicos, evitando, al mismo tiempo, su desviación, uso indebido y tráfico”.
Me gusta mucho esta nueva postura del Presidente de México. Peña ha cambiado su posición, alguno raro en los políticos. Durante su campaña y primeros años en la Presidencia, el tema de las drogas como que le incomodaba y se ceñía a una actitud conservadora: seguir haciendo lo mismo aunque no funcionara. Afortunadamente, el Presidente se dio cuenta que el prohibicionismo no resolverá el problema del consumo y las adicciones y que esta política pública a quien más ha afectado es a los países productores y distribuidores como México. Aquí hemos puesto miles de muertos mientras que en las naciones consumidoras, como Estados Unidos, siguen fumando, aspirando e inyectándose sustancias psicotrópicas sin muchos problemas.
A diferencia de Zedillo y Fox, quienes se dieron cuenta de la futilidad del prohibicionismo ya como ex presidentes, Peña lo hizo a mitad de su sexenio y, por tanto, ha prometido corregir el rumbo con nuevas políticas públicas que serán anunciadas esta semana. En lo personal, es el Presidente que me gusta ver: el reformista dispuesto a tumbar tabús económicos y sociales. Enhorabuena por él pero, sobre todo, por nuestro país al que le urgía un liderazgo de este tipo.
Twitter: @leozuckermann