2016-04-20 | 21:33:19

Tienen razones muy poderosas para que se opongan los legisladores del PRI y del PVEM, a las leyes que darían sustento al Sistema Nacional Anticorrupción, donde se implementa la iniciativa de 3de3 quienes deben suscribir los funcionarios públicos, esquema que tienen que justificar como obtuvieron su riqueza.

Es obvio de manera particular que los militantes de estos partidos sean los que se oponen a la aprobación de esta Ley de Transparencia. Como explicar que sin ninguna carrera universitaria proporcionara en tan corto tiempo los bienes y recursos económicos que ellos adquieren cuando desarrollan un cargo público.

Motivo de burla ocurrió en el estado de Jalisco donde su gobernador Aristóteles Sandoval, cuando presentó su declaración de 3 de 3 había señalado que su patrimonio solo ascendía a cinco millones de pesos, lo que desató una lluvia de críticas y tuvo que aclarar que en un ejercicio de actualización sus bienes eran de quince millones de pesos, es decir, en unas cuantas semanas triplicaron su valor.

Lo mismo sucedió con el secretario de Agricultura, José Calzada Rovirosa, quien fue regañado por el presidente Peña Nieto cuando presentó su declaración 3de3 sin consultarlo, cuando el gobierno federal no había fijado su posición sobre ese tema que es promovido por organismos de la sociedad civil.

Lo que está ocurriendo en el estado de Veracruz donde la clase política local está bien definida; ya no causa ninguna sorpresa cuando levantan edificios y lujosas residencias en cuestión de semanas y se conoce que los propietarios de dichos inmuebles pertenecen al exgobernador Herrera Beltrán o son miembros consentidos del gabinete de Javier Duarte de Ochoa, a quien también la acreditan propiedades en el extranjero y la ciudad de México.

Es entendible que los legisladores del PRI y del PVEM se opongan a esta nueva ley de Transparencia, ya que a ellos mismos los afectarían si declaran, debido a que una buena cantidad de ellos figuraron en un pasado reciente como responsables de diversas secretarías del gobierno estatal y ahora disfrutan del fuero legislativo, ese mismo fenómeno ocurrió en la entidad donde los candidatos de los partidos mayoritarios que presentaron a cuanto ascendían sus cuentas bancarias e inversiones, así como bienes que poseen resulta que pertenecen a nuestra empobrecida clase media.

Son los tradicionales burócratas que viajan en camión urbano.

La campaña de lodo

El candidato de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, estaba perfectamente enterado lo que harían en el PRI para impedir su arribo al gobierno del estado. Él conoce como expriista de varias décadas el trabajo sucio y la guerra de lodo que se venía encima en el momento que se iniciara la campaña.

Hubiera sido mucho más fácil que alguno de sus hijos fuera el aspirante el gobierno y con ello eliminar sus antecedentes como funcionario público. En las guerras políticas los enemigos son personales y él sabía lo que había sembrado.