lunes, 29 de abril del 2024
 
Por Raymundo Jiménez
Columna: Al pie de la letra
PAN: Absurda Candidez
2016-04-21 | 08:57:25
Otra oportunidad como la que se le está presentando ahora muy difícilmente se le volverá a dar al panista Miguel Ángel Yunes Linares para satisfacer su obsesión de gobernar Veracruz, la cual mantiene viva por lo menos desde 1998, cuando aún militaba en el PRI.

Y es que no obstante que hace seis años venía con todo el apoyo del presidente Felipe Calderón Hinojosa y con suficientes maletas de dinero para su campaña, en 2010 el ex director general del ISSSTE cometió el error de competir con el gobernador en funciones Fidel Herrera Beltrán y no con el abanderado del tricolor Javier Duarte de Ochoa. Pero Herrera, a diferencia ahora de su sucesor, estaba en la “plenitud del pinche poder”, con índices muy altos de popularidad, como lo reflejaban la mayoría de las encuestas.

Al final, como ya se sabe, Yunes Linares terminó perdiendo la elección con aproximadamente 80 mil votos de diferencia ante el candidato del PRI.

Hoy, en vez de confrontar su proyecto de gobierno con el del priísta Héctor Yunes Landa, para que el electorado veracruzano se convenza de que el suyo es diferente y mucho mejor, se ha abocado a denostar sistemáticamente al gobernador Duarte, por lo que en el debate organizado este lunes por una televisora privada de Coatzacoalcos, el abanderado del Revolucionario Institucional le recordó a su primo hermano que quien saldrá en la boleta electoral será él, Héctor, y no ningún otro político con quien lo intenta vincular.

Ahora que la televisora estadunidense Univisión dio a conocer la conversación telefónica con su hijo Omar Yunes Márquez sobre la presunta compra de un edificio en Manhattan, Nueva York, por 58 millones de dólares, el candidato de la alianza PAN-PRD, en vez de ofrecer una aclaración verosímil y sensata, optó por atribuírselo a una “guerra sucia” orquestada en su contra por el mandatario veracruzano.

Pero en caso de que así fuera, Miguel Ángel Yunes es a final de cuentas el obligado a dar explicaciones satisfactorias al electorado que busca convencer para que voten por la alianza opositora que encabeza.

Además él y su partido, el PAN, son los menos indicados para quejarse de esta “guerra sucia”. Nadie puede creerle tanta candidez. ¿A poco no se esperaba este tipo de filtraciones sabiendo que es el principal enemigo político del grupo que está en el poder desde 2004?

¿Acaso no fue él quien en el proceso electoral local de 2013 también dio a conocer una serie de grabaciones clandestinas en las que se escuchaba decir a algunos funcionarios federales y estatales del PRI cómo aprovechar los programas de la Sedesol para favorecer a

los candidatos priístas a la diputación y alcaldías, un escándalo mediático que tambaleó la permanencia de Javier Duarte en la gubernatura y que obligó al presidente Enrique Peña Nieto a firmar un adendum con los dirigentes nacionales del PAN y PRD para salvar el Pacto por México?

Tampoco la dirigencia nacional del PAN le ha ayudado mucho a Miguel Ángel Yunes en este nuevo escándalo que ha implicado a su hijo Omar en la presunta adquisición inmobiliaria en Nueva York. Y es que en lugar de exigirle cuentas claras al expriísta, como en cambio lo están demandando diputados federales y exdirigentes del PRD, la noche del pasado lunes, a través de un comunicado, la cúpula del blanquiazul respaldó incondicionalmente a su candidato, reprobando y atribuyendo esta “guerra sucia” al gobierno federal y al PRI porque supuestamente Yunes Linares “lleva una ventaja de más de 10 puntos en todas las encuestas”.

Pero a los líderes de Acción Nacional se les olvida cómo ganaron en 2006 la Presidencia de la República con Felipe Calderón, el exjefe de Yunes. El panista, que de acuerdo con las encuestas había iniciado la campaña presidencial en tercer lugar, terminó imponiéndose oficialmente con un apretadísimo margen de 0.56% en la votación al exjefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, postulado entonces por el PRD, Convergencia y el Partido del Trabajo, quien había arrancado con 20 puntos de ventaja sobre el priísta Roberto Madrazo, su más cercano competidor.

¿No hubo “guerra sucia” del PAN en esa elección? Como se recordará, el PRD, que ahora se ha aliado en Veracruz con el blanquiazul para apoyar a Yunes Linares, solicitó la anulación de los comicios citando supuestas irregularidades. Pero el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación terminó validando el triunfo de Acción Nacional pese a reconocer la intromisión del entonces presidente Vicente Fox, que pudieron poner en riesgo la elección e influir negativamente sobre uno de los candidatos, en alusión a López Obrador.

Y es que además de la intromisión del Ejecutivo Federal, entre las denuncias presentadas por el PRD se mencionó el voto corporativo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), liderado entonces por Elba Esther Gordillo, la exprotectora política de Miguel Ángel Yunes, así como la compra ilegal de tiempo televisivo por parte del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), ideológicamente muy afín al PAN, para la transmisión de mensajes hostiles al candidato perredista que encabezaba todas las encuestas.

¿De qué se espantan ahora Yunes y el PAN? Más vale que cambien de estrategia, que por ejemplo el candidato panista, sus tres hijos y su esposa muestren sus declaraciones fiscales de los últimos seis años para ver si sus ingresos son congruentes con sus patrimonios, porque la lluvia de lodo está por arreciar.


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