jueves, 02 de mayo del 2024
 
Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Hay de oficios a oficios
2016-04-24 | 12:17:25
Don Augurio Malsinado salió de su casa esa mañana y de inmediato supo que aquel día no iba a ser su día. Y es que le cayó en la cabeza una cagarruta de ave. ¿Puede haber señal más ominosa? Es feo que te caiga una caca de pájaro, aunque sea de ruiseñor. Y ésta era de cuervo, ave de mal agüero por más que sea la primera criatura animal que en la Biblia se menciona por su nombre.

El oscuro presagio, en efecto, se cumplió. Perdió el paraguas; un ciclista casi lo atropelló, y se enteró de que su cuñado había hecho un gran negocio. ¡Qué cierto es eso de que las desgracias nunca vienen solas!

Don Augurio pensó, desolado, que vivía en un ecúleo, con la agravante de que ni siquiera sabía qué es un ecúleo. (Nota de la redacción: era un aparato, especie de potro, que servía para dar tormento). Decidió poner fin a sus días, pero le vino un pensamiento súbito: si ponía fin a sus días también pondría fin a sus semanas, sus meses y sus años.

No pudo soportar la idea. Seguiría viviendo, aunque fuese sin paraguas y a pesar de los ciclistas y los éxitos de su cuñado. A fin de darse ánimo se puso a leer los cuentos que ahora siguen...

Un hombre bebía solo y triste en la barra de la cantina. Le preguntó el tabernero: “¿Qué le sucede, amigo?”. Respondió el tipo: “Encontré a mi mujer desnuda en el taller de un pintor”. El cantinero trató de consolarlo: “Muchas mujeres sirven de modelo a los pintores”. Replicó, hosco, el sujeto: “Éste era pintor de coches”...

Ya conocemos a Capronio, sujeto ruin y desconsiderado. Un día llegó a su casa a las 6 de la mañana. Su aliento trascendía a chínguere del peor; lucía en el cuello de la camisa manchas de rímel y bilé. Le ordenó a su esposa: “Hazme unos chilaquiles bien picosos”. La señora se rebeló, enojada: “¡Que te los hagan las viejas ésas con las que andas!”. Replicó, magnílocuo, el cínico individuo: “¡Por favor! ¡Ellas son artistas, no guisanderas!”.

Don Cacariolo, soltero entrado en años, era hombre de costumbres morigeradas. Guardaba una rutina que ni el estallido de la Tercera Guerra Mundial habría alterado: los domingos iba a misa, los miércoles al cine, y los viernes acudía a la casa de la Pigia -así se llamaba la madrota más conspicua del lugar- y tenía concúbito con alguna de sus pupilas, siempre en la posición del misionero, pues estaba cerca el día del Señor.

Algo lo desazonaba, sin embargo: las mujeres de la manfla eran también muy rutinarias; no ponían empeño alguno en el acto del amor. Mientras don Cacariolo se esforzaba en la realización del in and out, y jadeaba, acezaba y resoplaba, una solía leer la nota roja del periódico, otra hacía llamadas por el celular y una más le hablaba de los problemas que tenía con su querindongo.

Decidió consultar a la Pigia, cuya experiencia de daifa jubilada podía serle útil. Le preguntó. “¿Sabes cómo calentar a una sexoservidora?”. “Sí -respondió al punto la sabia maturranga-. No le pagues”...

La mamá de Pepito comentó: “¡Qué viejo se ve mi papá!”. Sugirió el chiquillo: “Préstale a Famulina”. (Famulina era la curvilínea muchacha de servicio). “¿Para qué?” -se extrañó la señora. Explicó Pepito: “La otra noche oí que mi papá le dijo: ‘Tú me has devuelto la juventud, mamacita’”...

Pregunta: ¿Por qué las salchichas de los hot dogs deben estar bien calientes? Respuesta: Porque cuando están frías son muy chicas...

Babalucas iba manejando, y lo detuvo un oficial de tránsito. “Permiso de conducir” -le pidió. “Está bien -contestó el badulaque al tiempo que se movía al asiento de al lado-. Pero conduzca con cuidado”...

Simpliciano, mancebo sin ciencia de la vida, casó con Pirulina, muchacha sabidora. En la luna de miel no pasó nada, y lo mismo en las primeras semanas de la vida matrimonial. La muchacha habló con la mamá de su flamante esposo, y la señora llamó a su hijo: “Pirulina me dice que ya tienen un mes de casados y no le has hecho el amor”. Respondió Simpliciano: “No sabía que tuviera prisa”...

Doña Panoplia de Altopedo, dama de sociedad, hizo un viaje a Italia con don Sinople, su marido. A su regreso contó en la fiesta de bienvenida que les ofrecieron sus amigos: “Fuimos a conocer Turín. En italiano el nombre de Turín es ‘Temeo’”. Don Sinople la corrigió: “Torino, mujer, Torino”.FIN.


MIRADOR

Armando Fuentes Aguirre


Historias de la creación del mundo.

Abel era el hijo preferido de sus padres.

Caín no. Caín pasaba las de Caín, y sin embargo Adán y Eva no lo querían tanto como a Abel.

Entonces Caín mató a su hermano.

A veces los buenos tienen la culpa de lo que hacen los malos.

Irritado, el Señor expulsó a Caín del paraíso.

Al punto centenares de ONGs cayeron sobre el Señor. ¿Había informado de sus derechos a Caín? ¿Le dio oportunidad de defenderse? ¿Observó con él las leyes del debido proceso?

De esto han pasado miles de años, y el Señor aún no acaba de dar respuesta a las demandas de los organismos de derechos humanos.

Ahora él es el que está pasando las de Caín.

¡Hasta mañana!...



MANGANITAS

Por AFA


“Un hombre fue a la cárcel por haber insultado en estado de ebriedad a la madre de su esposa”.

Sufriendo la pena negra

preguntó tras su captura:

“Esta prisión ¿es segura?

¡Me angustia que entre mi suegra!”.



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