2016-05-10 | 10:09:46

El PRI ha cancelado el registro de tres de sus planillas que competían en las elecciones municipales de Hidalgo, Mainero y Villagrán, Tamaulipas, argumentando que los candidatos a alcaldes, síndicos y regidores se habían vendido al narcotráfico. Así lo anunció el líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones: “fueron amenazados o comprados por el crimen en Tamaulipas y además apoyan abiertamente al candidato del PAN al gobierno de esa entidad, Francisco Javier García Cabeza de Vaca […] esos candidatos no sólo traicionaron al PRI al asistir a actos masivos, sino que participaron en un evento del aspirante panista, donde acudieron grupos armados vinculados a la delincuencia organizada”. Se trata de una acusación muy grave de una presunta penetración del narcotráfico en la política tamaulipeca.
El PAN reaccionó acusando a los priistas de uso electorero del narcotráfico, tema muy sensible en Tamaulipas. En respuesta a las imputaciones de Beltrones, García Cabeza de Vaca dijo que todo esto se trata de una artimaña del PRI para afectar su imagen ahora que, según él, va arriba en las encuestas y puede ganar la elección. Para darle más sabor a este caldo espantoso, el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, agregó: “el cinismo del PRI no conoce límites. Si un partido ha estado vinculado históricamente con el crimen organizado en Tamaulipas es el PRI. No olvidemos que dos ex gobernadores emanados de ese partido, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, hoy se encuentran prófugos de la justicia y son perseguidos por sus relaciones con la delincuencia”.
Los ataques entre los dos bandos van y vienen. Todos se acusan de tener vínculos con los narcos. Los priistas han sacado del archivo del periódico El Norte la publicación de una nota donde se afirma que García Cabeza de Vaca habría recibido medio millón de dólares del Cártel del Golfo durante su campaña para presidente municipal de Reynosa en 2004. Los panistas, por su parte, señalan que el candidato del PRI a la gubernatura, Baltazar Hinojosa, trabajó con el cuestionado gobernador Tomás Yarrington y que su campaña a la alcaldía de Matamoros también habría sido financiada por el crimen organizado.
Así que, o todos los políticos en Tamaulipas han sido penetrados por los narcos o todos los políticos usan al narcotráfico para desprestigiar a sus adversarios. Cualquiera que sea el caso, es un horror el espectáculo que están dando. Máxime en un estado como Tamaulipas que ha sufrido tanto por la encarnizada guerra entre Los Zetas y el Cártel del Golfo. En los últimos años hemos visto un incremento de los asesinatos, secuestros y extorsiones en todo el territorio tamaulipeco. La violencia, que antes se concentraba en las ciudades fronterizas con Estados Unidos, se expandió al sur llegando al otrora apacible puerto de Tampico.
Y recordemos que hace seis años, a unos cuantos días de la elección de gobernador, el candidato que era gran favorito para ganar, el priista Rodolfo Torres Cantú, fue asesinado por la delincuencia organizada. Tuvo que entrar al quite su hermano, Egidio, que se convirtió en un gobernador de pacotilla que ni siquiera pudo resolver el asesinato que lo llevó a la casa de gobierno. Experto en hacer mutis, el hermano sustituto nunca pudo resolver la violencia que se extendió por todo su estado.
Así están llegando los tamaulipecos a otra nueva elección estatal. Mientras que los ciudadanos quieren que se resuelva la epidemia de asesinatos, secuestros y extorsiones, los candidatos se tachan unos a otros de estar comprados por los grupos delincuenciales. Si es verdad, qué horror. Si es mentira, también, porque no se vale andar manipulando un tema tan delicado como el narcotráfico para ganar unas elecciones. En este sentido, Tamaulipas se suma a la larga lista de casos de una clase política alejada de una ciudadanía harta de shows patéticos y ávida de soluciones a los problemas que les quitan el sueño.
Twitter: @leozuckermann