2016-05-13 | 12:17:08

Son lecciones que nunca se quieren aprender. El candidato de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, al iniciar la campaña en búsqueda del voto para alcanzar la minigubernatura de Veracruz, fue el puntero en todas las encuestas que se realizaran y tenía la gran ventaja por el añorado cambio que buscaba la totalidad de los ciudadanos veracruzanos.

Contaba el neopanista con el rechazo mayoritario al PRI, fuera quien fuera su candidato. Esa canonjía electoral la obtenía por la pésima administración de los anteriores gobernadores del partido tricolor, Fidel Herrera Beltrán y más agudizada por el inmoral gobierno de Javier Duarte de Ochoa.

Miguel Ángel lo tenía todo para ganar. Lo increíble, que él personalmente, en su vanidad del que todo lo sabe en el quehacer político lo echara a perder y se hundiera hasta el tercer lugar de su privilegiado posicionamiento inicial.

Su mayor problema es la falta de humildad y su ostensible prepotencia. El argumento jactancioso de que como él encabezaba las encuestas, era el motivo primario de la guerra sucia en su contra, cuando su arrogante silencio lo hundía al quedar en entredicho la veracidad de lo que era acusado.

Con esa obvia y enfermiza autosuficiencia minimizó el papel que juegan los medios periodísticos que en un principio lo ayudaron de manera objetiva. Prácticamente los desdeñó y en su equivocado ego de superioridad se hizo patente su narcisismo. En el fondo de un estudio psicológico de la personalidad suelen estos políticos vivir atribulados por las dudas y distorsionan sus relaciones con sus compañeros de partido hasta llegar a ser altaneros y arrogantes.

La memoria en la política está siempre vigente y su delincuencial pasado lo sepultó. Ahora debe reconocer el por qué perderá de nuevo su añorado sueño de gobernar temporalmente a los veracruzanos.

Este trastorno de conducta que padece lo perciben seres muy especiales. Tienen aspiraciones excesivas en su vida y un resentimiento intenso hacia quienes se dan cuenta de su ambición.

Según el método psicoanalítico freudiano son los narcisistas, personas sin principios en cuanto suelen engañar, ser inescrupulosos, arrogantes y aprovechados. Aún cuando se les encuentre culpables por un comportamiento ilegal trasmiten una actitud de despreocupación ante los hechos que lo inculpan.

Cuando terminen las campañas electorales es importante para Miguel Ángel visitar a un buen terapeuta que lo enseñe a aprender límites en otros ámbitos de la vida. El quehacer político debe olvidarlo y dejárselo como patrimonio a sus hijos que tienen gran futuro.


Brasil puede sufrir una revolución


Nadie se imagina lo que puede suceder si la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, pide sus millones de seguidores que se movilicen. Se sabe de antemano que son mayoría dentro del pueblo brasileño quienes se enfrentarían a los miembros parlamentarios de un partido centroderecha que la destituyeron. La mayoría de los senadores están acusados de corrupción de la principal empresa petrolera.

Ojalá no estalle la revolución. La exguerrillera no está acusada de corrupción fue un golpe de estado organizado desde fuera.