viernes, 03 de mayo del 2024
 
Por Leo Zuckermann
Columna: Juegos de Poder
Juegos de Poder
2016-05-17 | 08:14:37
Juegos de Poder
Carpetazo a los asuntos incómodos del gobierno de Peña
Leo Zuckermann


La debacle para el gobierno de Peña comenzó en junio de 2014 con el caso de Tlatlaya. Luego, en septiembre de ese año, vino la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa. En noviembre salió a la luz pública la sospechosa Casa Blanca que le financió un contratista del gobierno a la familia presidencial en las Lomas de Chapultepec y, en diciembre, la del secretario de Hacienda en Malinalco. Como “cereza en el pastel” del annus horribilis de Peña, en julio de 2015 se fugó el Chapo Guzmán del penal del Altiplano. Para enfrentar todos estos eventos adversos, el gobierno le apostó al silencio y un eventual olvido por parte de la opinión pública. Esta estrategia funcionó y, ahora, rumbo a las elecciones presidenciales de 2018, metódicamente están cerrando cualquier frente jurídico abierto: están limpiando su cara para ganar y, si no lo logran, por lo menos blindarse en caso que los nuevos gobernantes tengan la tentación de perseguirlos judicialmente en el futuro. En jerga legal mexicana, están dándoles carpetazo.
Revisemos esta operación de atrás hacia delante, es decir, comenzando con el Chapo. El gobierno, con una gran dosis de suerte, recapturó al criminal más buscado del mundo. Con ello salvó algo de cara frente al enorme ridículo que significó su segunda fuga, un acto que el propio Presidente había calificado como “imperdonable”. El gobierno aprendió la lección de que es imposible mantener tras las rejas a este individuo y está que se le queman las habas por aventar la papa caliente al otro lado del Río Bravo. El carpetazo del Chapo Guzmán se consumará cuando finalmente lo extraditen a Estados Unidos, cosa que ocurrirá antes de terminar este sexenio.
Sobre las sospechosas casas financiadas por Grupo Higa, el Presidente ordenó una investigación a uno de sus subordinados, el secretario de la Función Pública. Como era de esperarse, Virgilio Andrade quedó bien con su jefe: dizque investigó y absolvió a Peña y Videgaray de cualquier ilegalidad. Con ello le dieron carpetazo al asunto. Hasta la prestigiosa revista The Economist, la última vez que habló de las casas, citó que una investigación había absuelto al Presidente sin mencionar que la había realizado uno de sus subordinados.
En el caso de Iguala y los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, el gobierno, ante la falta de credibilidad de los padres de familia, invitó a un Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos a realizar una investigación paralela. Sus conclusiones refutaron la versión de la “verdad histórica” de la PGR. Presionado, el gobierno extendió seis meses más el periodo al GIEI para seguir indagando. Todo iba bien hasta enero de este año en que, según testimonio de dos de los expertos que entrevisté en la televisión, algo pasó porque la postura gubernamental cambió radicalmente. En lugar de ayudarles, comenzaron a bloquearlos. Cuando terminaron los seis meses adicionales, ya no hubo otra extensión más. El GIEI tuvo que abandonar el país. El carpetazo se está consumando con sentencias del Poder Judicial Federal que apuntan a la ejecución de los 43 normalistas, no a su desaparición forzada.
Finalmente, Tlatlaya. Hace unos días, un juez federal dejó en libertad a los soldados implicados en la matanza. La sentencia señala “que la PGR acusó a los militares con testimonios omisos, imprecisos y contradictorios, con declaraciones de soldados posiblemente fabricadas, con peritajes que no comprueban los hechos y sin evidencia que confirme que hubo una ejecución extrajudicial posterior al enfrentamiento que ocurrió en una bodega”. Esta conclusión contradice, de un plumazo, la seria investigación que había realizado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la magnífica pesquisa periodística de Pablo Ferri en la revista Esquire. ¿Presentará más pruebas la PGR para volver a procesar a los soldados por la presunta ejecución extrajudicial en Tlatlaya? No lo creo. Lo que creo es que el gobierno está en el ánimo de darle carpetazo a todos estos asuntos que lo avergonzaron. Tiene sentido: mariposa a otra cosa, limpiemos todas las cochinadas, veámonos bonitos en las elecciones de 2018 y, en una de esas, hasta las volvemos a ganar.



Twitter: @leozuckermann
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