viernes, 03 de mayo del 2024
 
Por Leo Zuckermann
Columna: Juegos de Poder
Otra buena del presidente Peña
2016-05-18 | 09:07:31
Esta columna no tiene empacho alguno en aplaudirle al Presidente cuando hace algo bueno de acuerdo a las convicciones de su autor. En esta ocasión celebro la decisión presidencial de conmemorar el día nacional de la lucha contra la homofobia y anunciar cuatro medidas para combatir la discriminación de la comunidad LGTB (lésbico, gay, bisexual y transgénero):
El Ejecutivo enviará una iniciativa al Constituyente Permanente para reformar el artículo cuarto de la Constitución para reconocer como un derecho humano que las personas puedan contraer matrimonio sin discriminación por motivos de origen étnico o nacional, de discapacidades, condición social, circunstancias de salud, religión, género o preferencias sexuales.
También mandará al Congreso una iniciativa de reforma al Código Civil Federal para asegurar el matrimonio igualitario, evitar las expresiones discriminatorias y permitir que los cónsules, cuando funjan como jueces del Registro Civil, expidan actas de nacimiento que reconozcan la identidad de las personas transgénero. El gobierno federal, además, consentirá los cambios de sexo en las actas.
Un grupo de académicos revisará las normas federales, estatales y municipales a fin de encontrar lenguaje discriminatorio y, en su caso, modificarse.
México se integrará al “Grupo Núcleo sobre las Personas Homosexuales, Lesbianas, Bisexuales, Transgénero o Intersexuales de las Naciones Unidas en el que participan 19 países de distintas regiones y que promueve sus derechos humanos a nivel internacional”.
Bienvenidas todas estas medidas en un país que todavía tiene una cultura muy homofóbica según lo demuestran las encuestas de valores. En este sentido, el gobierno se pone a la vanguardia en la defensa de los derechos de una comunidad que históricamente ha sido muy discriminada.
En esta lucha vale la pena reconocer, también, al pasado gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Marcelo Ebrard, que valientemente, y en concordancia con los preceptos de una izquierda moderna, permitió en la capital los matrimonios de personas del mismo género otorgándoles todos los derechos posibles.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación también ha sido factor importante de cambio en esta materia. El año pasado, la Primera Sala resolvió un par de amparos relacionados con el tema. Uno de ellos se los otorgó a dos personas homosexuales que impugnaron un par de artículos del Código Familiar de Sinaloa que regulaban el matrimonio y el concubinato “como la unión de un hombre y una mujer”. La Corte, a partir de un proyecto del ministro Arturo Zaldívar, determinó la inconstitucionalidad de dichas normas por ser claramente discriminatorias: “las relaciones que entablan las parejas homosexuales pueden adecuarse perfectamente a los fundamentos actuales del matrimonio y el concubinato y más ampliamente a los de la familia. Para todos los efectos relevantes, las parejas homosexuales se encuentran en una situación equivalente a las parejas heterosexuales, de tal manera que es totalmente injustificada su exclusión de ambas instituciones”.
Estoy completamente de acuerdo con estos preceptos y me da mucho gusto que gobiernos locales, la Suprema Corte y el presidente Peña los promuevan. Ahora toca el turno del Congreso donde deberían aprobarse las iniciativas que envió el Ejecutivo. México debe convertirse en un país con leyes de vanguardia que combatan la homofobia que todavía existe en la sociedad. Es una desgracia. Tan sólo hay que recordar lo que los aficionados al fútbol le gritan a los porteros cuando despejan un balón: una grosería muy ofensiva para los homosexuales quienes, como cualquier grupo humano, merecen todo nuestro respeto.



Twitter: @leozuckermann
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