2016-05-20 | 21:39:59

En Veracruz la memoria colectiva existe y por eso hay quienes no olvidan la historia negra que sembró durante el chirinato, el hoy candidato del PAN-PRD al gobierno del estado.

Se trata de hechos que en ese entonces fueron auspiciados y ordenados desde la secretaría de gobierno y en donde se genera la represión severa y extrema en contra de grupos y personas de diversa índole y profesión, lideres, periodistas y todo aquel que se pudiera haber atravesado en el camino del irascible y violento, titular de la secretaría de gobierno, hoy candidato del PRD a los que persiguió y denostó en aquel tiempo.

Se dice, desde altas esferas de la prensa nacional, que este personaje no se preparó para ser gobernador del estado y peor aun nunca pensó en llegar a ser candidato, porque logro amalgamar a muchos enemigos en su contra, desde la aplicación del despiadado poder represivo en aquella época.

Aunque, hoy pretende dar a entender que en ese tiempo, todo funcionó a la perfección, pero fue en esta instancia donde se enriqueció y lastimó en sus derechos a muchos veracruzanos que son una larga lista de víctimas entre quienes sintieron el peso del poder de alguien que nunca pensó en querer gobernador.

Porfirio Muñoz Ledo, en aquel tiempo elevó la voz para referirse al caso oprobioso y ofensivo orquestado por el dos del palacio de Patricio Chirinos, en contra de Cuauhtémoc Cárdenas, quien recibió en el café de la parroquia una algarabía obscena de gays dedicadas a la prostitución para burlarse del entonces líder moral del PRD.

En aquel tiempo en el gobierno de Patricio Chirinos, comenzó a crecer la delincuencia que hoy padece Veracruz.

Se recuerda, que nadie puede olvidar los excesos de poder en contra de la prensa veracruzana y los ataques en contra de personajes de la talla del maestro José Pablo Robles Martínez, a quién sólo salvó el exilio de la gran persecución en su contra y de las acciones ilegales para obligarlo a vender su cadena de medios impresos Sur (hoy Imagen de Veracruz) y Diario del Istmo, por la molestia ante la cobertura periodística de la campaña al gobierno estatal de Heberto Castillo.

Las amenazas de muerte en contra de Ignacio Morales Lechuga y de su esposa, en un retén de la policía estatal en la carretera de Poza Rica.

Así como los atentados y agresiones que se convirtieron en pan de todos los días en el chirinato, sin olvidar que llevaron a la cárcel al ex gobernador Dante Delgado y dos de sus destacados colaboradores.

La memoria periodística existe, se le acumulan los hechos y aceptar la respuesta a su mal gobierno. Nadie olvida las llamadas telefónicas a los domicilios a las tres de la madrugada para amenazar a la gente. Ese era el estilo.

La pregunta de muchos: ¿hasta cuando la señora Sánchez de Chirinos, hará un pronunciamiento puntual sobre estos hechos?, responde –se está tardando— hay una historia negra que se recuerda y está en la memoria periodística. Falta mucho por contar revela. Así las cosas.