Por Rafael Arias
Columna: Obsesión suicida
Obsesión suicida
2016-06-01 |
09:00:08
No confundir, ni confundirse. Primero lo primero. La decisión es nuestra, de todos y cada uno. La democracia se basa en la participación individual y social permanente, no solo de vez en cuando. Empieza con votar y vigilar; continúa al evaluar siempre, toda acción de gobierno para reafirmar y consolidar, o corregir y modificar; y concluye, al retroalimentar, fortalecer y mejorar. Ciclo interminable, que periódicamente se reanuda. La elección es importante, pero solo es parte de la participación imprescindible para legitimar y gobernar a todo gobierno, para evaluarlo, fortalecerlo, revocarlo o renovarlo. Llegó la hora, hay que empezar por ir a votar y también vigilar que no se altere la voluntad popular, para que gobierne, quien en verdad tenga la mayoría. Ni claudicación ni simulación.
Valorar, evaluar y no olvidar Imposible ignorar irresponsabilidad, ineficiencia y delincuencia gubernamental. Los veracruzanos no se merecen tantas limitaciones y sacrificios, tanto dolor y sufrimiento. Inocultable, Veracruz es ahora más pobre y hambriento, saqueado y sumido en la adversidad. Llegó la hora de elegir y también de valorar. Evaluar para no fallar. ¿Y los responsables y culpables, así como el partido que los postuló y apoya, encubre y protege? Para elegir dentro de las opciones disponibles, es preciso recordar y tener muy presente quienes son los responsables de estar como estamos. A pesar de la carísima “guerra sucia” con cargo al presupuesto, contra el principal candidato opositor. Más allá de la costosa distracción y enajenación mediática, también financiada con recursos públicos. Por encima de la abyección y servilismo de medios y comunicadores al mejor postor. A pesar de todo. Se tiene ahora al alcance la oportunidad liberadora, o cuando menos de inicio de cambio, que puede y debe empezar con la responsable e inaplazable decisión de limpiar, extirpar tumores y expulsar parásitos y depredadores políticos y gubernamentales. A casi todos los veracruzanos urge el cambio. Probado está que justicia sin efectividad es impunidad. A falta del indiscutible derecho, hasta hoy negado o conculcado, de revocación de mandato. ¿Qué hacer con ineptos y corruptos? La costumbre impuesta por la cultura del desinterés y el conformismo es no hacer nada, si acaso lamentar; y, en el colmo secundar, respaldar y elegir a redentores de la eterna esperanza, a salvadores de la promesa y a supuestos líderes o guías del compromiso que jamás se cumplirá. Conclusión generalizada; seguir en más de lo mismo es masoquismo, obsesión suicida.
Mutatis mutandis: cambiar lo que se deba cambiar Las generaciones presentes y futuras preguntan y preguntarán. ¿Por qué continuar más de lo mismo y peor? ¿Cómo es posible que sigan, mantengan y reproduzcan intocables y reciclables? La razón, simple persistencia de continuidad sobre cambio, dominación de ineficiencia y delincuencia, que sostienen simulación como forma de gobierno y persistencia de impunidad, como garantía y sistema. Oportuno regresar al tema. Primero participar y vigilar; y a la vez, tener presente, cuando menos otros tres aspectos importantes. Segundo, responsabilizar y exigir a gobernantes y partido en el poder, rendir cuentas, informar y explicar por qué se llegó a tan lamentable situación, de crecientes pérdidas, retrocesos y desastres
presentes y los que vendrán; pero sobre todo, exigir justificar clara y ampliamente, administración, uso y destino de los recursos públicos, endeudamientos, concesiones y privatizaciones; así como lo referente a las atribuciones y obligaciones a su cargo, en especial el cumplir y hacer cumplir la ley. Tercero, denuncia y combate, verdadero y efectivo, a delincuencia gubernamental. Asumir ya, actitud y conducta responsables, para fortalecer el Estado de Derecho, dar vigencia y aplicación a la ley, hacer de la Justicia una realidad, para combatir siempre corrupción y complicidad. Y cuarto, enfrentar y detener a delincuencia electoral, y a su conocida estrategia de favorecer la minoría mayor en el poder, la de divide y vencerás. Delincuencia fomentada y padecida, en la proliferación de candidatos mercenarios, alquilados, farsantes y perdedores por definición y convenenciera intención. Habilitados y financiados solo para atraer, captar apoyo y respaldo ciudadano, restándolo y reduciéndolo a quien sí representa una verdadera oposición y posibilidad de alternativa. Prioritario favorecer voto útil, que no fragmente ni divida y garantice en realidad, el cambio verdadero y no simulado. Ineficientes y delincuentes, están presentes e influyen, apoyados en el uso y abuso de recursos públicos, y de atribuciones y funciones institucionales, para impedir el reconocimiento y mandato de la voluntad mayoritaria, que debe legitimar a todo gobierno democrático; e incluso, operan para remplazar, suplantar e imponer cómplices, aliados o incondicionales sin la debida y suficiente experiencia o capacidad, y mucho menos representatividad y respaldo popular, afectando y limitando la representación pública con impostores, “cachirules” o farsantes, y así asegurar la continuidad de la impunidad, del crimen sin castigo. .
Hampa electoral y delincuencia gubernamental Ineludible enfrentar transgresión, falta y violación de la ley. Indispensable sostener esfuerzo permanente contra crimen y delito en general, y en particular contra ineficiencia y delincuencia gubernamental (con su hampa electoral) de cualquier color. Obligado insistir en hacerlo, por su importancia y consecuencias. Su erradicación es fundamental para atender necesidades sociales y resolver viejos y nuevos problemas, para reducir y eliminar injusticias, limitaciones y sacrificios, sobre todo de los más débiles, marginados y desprotegidos. Esto nos lleva a regresar al origen y destino de la política y el gobierno, como formas de expresión de la voluntad y la participación de la población. Ahora y siempre, hay que pensar primero en los seres humanos, en su presencia, desarrollo y reproducción. En la seguridad y bienestar social de presentes y futuras generaciones; y, desde luego, en la atención especial a grupos vulnerables, en desventaja o desvalidos. Necesario el esfuerzo permanente, sin tregua ni descanso. Lucha que nunca termina. Imprescindible, aportar y desarrollar ideas, elaborar y actualizar diagnósticos; y también sostener atención, acción y solución, a todo lo que ocasiona, relaciona y representa existencia y convivencia humana, y su relación con la naturaleza. Hay que darse cuenta de lo que sucede, de la realidad repleta de inseguros, pobres, hambrientos y sedientos de justicia.
*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH. Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez