lunes, 29 de abril del 2024
 
Por Catón
Columna: De políticas y cosas peores
Son delincuentes, no maestros
2016-06-02 | 09:00:26
El niñito le preguntó a su mamá: “¿Qué es un orgasmo?”. Respondió secamente la señora: “Pregúntaselo a tu papá. Yo nunca lo he sabido”... “¿Quieres probar estas galletas de animalitos?”. “Oh no. Soy vegetariano”... Papá Geppetto hizo un muñeco de madera. Esa misma noche Pinocho cobró vida, y se convirtió luego en un niño de verdad. De inmediato papá Geppetto empezó a tallar la figura de una hermosa muchacha de generoso busto y ancas opulentas... En el restorán dijo don Chinguetas: “Ahí viene la especialidad de la casa: la cuenta”... Un amigo de don Astasio lo visitó en su casa, y empezó a decir primores de su esposa. Declaró: “Me ama con un profundo amor”. Don Astasio le dijo a Facilisa, su mujer, ahí presente: “Tú también me amas con un profundo amor, ¿verdad, mi vida?”. “Así es, querido” -confirmó ella. Prosiguió el visitante: “Mi esposa cuida de mí con cariñosa solicitud”. Se dirigió don Astasio a su señora: “Tú también me cuidas con cariñosa solicitud, ¿verdad, mi vida?”. “Así es, en efecto” -confirmó la doña. Manifestó el amigo: “Mi esposa me ha sido siempre fiel”. Antes de que don Astasio pudiera abrir la boca le dijo en voz baja doña Facilisa. “Aquí no me hagas la pregunta, porque en esto vamos a quedar muy mal”. La CNTE es la barbarie. Intolerables son ya los excesos en que incurre esa violenta banda que no sólo se aparta de la ley, sino también del más elemental respeto a la dignidad de las personas. Los atropellos que consumó en Chiapas deben traer consigo cárcel para los responsables. Haberles tusado el cabello a maestras y maestros; haberlos obligado a caminar descalzos por la calle portando letreros infamantes, son actos constitutivos de delitos, y abusos que no se pueden tolerar. Si los culpables de esas villanías quedan sin castigo México aparecerá a los ojos del mundo como un país de salvajes en el cual se permite que las personas sufran penas corporales que sólo se ven ya en los pueblos más atrasados del planeta. No caben aquí ni la tibieza ni la ineficacia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, carabina de Ambrosio para las víctimas, frecuente amparo de los victimarios. Se debe localizar -no será difícil- a quienes llevaron a cabo esas violencias: los que cortaron el pelo a los profesores disidentes; quienes les colgaron esos carteles; aquellos que los obligaron a quitarse los zapatos y a desfilar sin ellos ante el acoso y burla de esa banda, desorbitada ya y sin sentido alguno de la justicia y la razón. Son delincuentes, sicarios al servicio de líderes caciquiles violentos y corruptos. No pueden quedar sin castigo quienes así actúan, tan perversamente y con tan cruel sevicia. Esos sujetos no sólo no tienen derecho a nombrarse profesores: tampoco pueden ser llamados hombres y mujeres dignos. Carecen de sentido de humanidad, deben
sentir vergüenza de sí mismos. A la vista de esos abusos ¿serán omisas las autoridades locales y federales? ¿Callará vergonzantemente -y vergonzosamente- Andrés Manuel López Obrador ante los desafueros de esa organización violenta con la que ha trabado alianza por un ruin cálculo político? Lo sucedido en Chiapas es muy grave. Equivale a un linchamiento que por ningún motivo ha de quedar impune. La CNTE es una banda delictuosa. Sus acciones de violencia no pueden tener cabida en un país que se jacta de moderno. Narraré ahora un breve chascarrillo final que quizá sirva para sosegar en el escribidor los humores de bilis y atrabilis, alterados por la reseña de aquellos condenables acontecimientos. Meñico Maldotado estaba leyendo un libro. Le comentó a su esposa: “Aquí dice que más del 75 por ciento del cuerpo humano es agua”. “¡Mira! -exclamó ella-. ¡Y tú con ese popotillo!”. FIN.


MIRADOR ›armando fuentes aguirre
Me entristeció profundamente el súbito fallecimiento de Ramón Durón. La muerte que se espera duele; la inesperada duele más. Durante 30 años gocé de su amistad. Era hombre bueno, amable. Su trato era gentil, y vasta su cultura. Amenísimo conversador, en él volvió a vivir el espíritu travieso y decidor del Filósofo de Güémez. Amó como pocos a su solar nativo, Tamaulipas, y recogió con amoroso afán los hechos y los dichos de su gente. Puso su talento político y su sabiduría jurídica al servicio de su estado, y de otros del país. Fue gran conferencista, galano escritor y maestro de mérito. Sus libros son el testimonio de una vida dedicada a hacer el bien. Envío por este medio un afectuoso abrazo a su esposa y sus hijos, a su familia toda. Descanse en paz Ramón. Nos quedan de él su ejemplo y su memoria. Seguirá con nosotros, pues nos dejó el regalo de la sonrisa que vence a la tristeza y del amor que triunfa sobre la muerte. ¡Hasta mañana!... MANGANITAS ›por afa
“Dos gallinitas pasaron frente al aparato donde daban vuelta los pollos que se estaban rostizando”. Al ver la rosticería exclamó una: “¡Qué va! ¿Algún día terminará toda esta pornografía?”.


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