sábado, 18 de mayo del 2024
 
Por Francisco J. Ávila
Columna: Reflexiones y conclusiones
Reflexiones y conclusiones
2016-06-11 | 09:38:41
Los resultados obtenidos en las pasadas elecciones tienen varias lecturas que deseo compartir con ustedes.

La más importante resulta ser el descubrimiento, por gran parte de la ciudadanía, que su voto cuenta y de que al sistema vigente ya no le resulta tan fácil hacer trampa para ganar las elecciones a como dé lugar, como solía hacerlo hasta hace poco. Esto, a pesar de la gran cantidad de recursos que maneja y que sigilosamente dispersa abajo del agua, en efectivo o en especie para comprar votos.

Tampoco le funciona el control que ejerce sobre algunos medios de comunicación que exaltan a ocho columnas las supuestas virtudes de los candidatos oficiales y minimizan y mandan a los demás candidatos a las últimas páginas en el mejor de los casos, porque en otros, de plano se les ignora.

Menos le funcionan las encuestas manipuladas e infladas, hechas a modo de quienes las ordenan y pagan. Tampoco le funciona la presión que ejercen algunos líderes sindicales sobre los trabajadores, ni el enorme y variado catálogo de malas artes que todavía practica.

Otra reflexión importante es que cuando vota más del 50% del electorado, el voto duro de los partidos pasa a segundo término y se impone la voluntad ciudadana.

Recordemos muy bien esto cada vez que hay elecciones, porque urge más participación de la gente y así, a base de votos libres, responsables y razonados, los ciudadanos marquemos el rumbo que le queremos dar al país, al estado y al municipio.

Porque votar es la única manera civilizada y democrática de transformar a México, teniendo cada vez mejores gobernantes.

Esto lo saben muy bien los que desean que sigan las cosas igual. Por eso las acciones desesperadas de quienes intentaron de último momento inhibir la votación, amedrentando a los votantes mediante llamadas telefónicas de un tal comandante Cobra y los constantes mensajes intimidatorios enviados a los celulares anunciando problemas para que nadie saliera a votar.

Afortunadamente dichas amenazas sirvieron de acicate para que la gente reaccionara con valor y acudiera a las urnas con más ganas de buscar un cambio.

Y es que el ingenio de los veracruzanos, neutralizó inmediatamente la amenaza, porque transformó en broma la intimidante llamada del tal Cobra y pronto aparecieron en las redes sociales fotografías del personaje más temido por una parte de la población, quien jocosamente resultó ser el cobra-dor, el individuo que pasa de casa en casa cobrando los abonos de lo que se compra a plazos.

Otra conclusión más es que si no quieren que su partido pierda, los gobernantes emanados de ese instituto político ya no pueden seguir tomando decisiones en base a ocurrencias, ni tampoco de espaldas a la población, ni pretender imponer criterios unilaterales que lastiman las creencias y los sentimientos de una gran parte de la población, como pasó con la propuesta de los matrimonios entre homosexuales y la adopción de niños por parte de esas personas. Mucho menos podrá seguirse empleando recursos públicos para dilapidarlos en tonterías y frivolidades o de plano desviándolos a sus bolsillos.

Como sucede con los vasos comunicantes, los errores cometidos por el gobierno federal y su falta de resultados, terminaron provocando mayor enojo social y en consecuencia, incidiendo de manera significativa en estas elecciones.

Un último punto digno de mención y que todos los partidos deben tomar en cuenta en lo sucesivo: Todos sin distinción viven del erario público. Del dinero que con mucho esfuerzo aportamos los ciudadanos vía impuestos para utilizarse en mejorar los servicios públicos y la infraestructura del país. Parte de dichos recursos no se destinan a lo que la ciudadanía necesita, sino que graciosamente se emplean para sostener la nueva clase burocrática parasitaria que maneja los partidos y que con frecuencia sigue defraudándonos, dándonos gato por liebre.

Por eso, antes de que la gente indignada presione para que les cierren la llave del presupuesto, tienen que esmerarse para escoger cada vez más a mejores candidatos, en cuanto a honradez, experiencia y capacidad; para que la contienda electoral genere mayor interés y participación. No pueden seguir enviándonos como candidatos a improvisados, recomendados, ni a cartuchos quemados, ni tampoco a rateros disfrazados de benefactores sociales. Menos a quienes tienen como tarea principal servirles de tapadera a los que ya se van.

Estas prácticas tan nocivas, tan añejas y tan frecuentes, lamentablemente son aplicables en mayor o menor grado en todos los partidos, ya que al final del día, en todos lados se cuecen habas.

¿No les parece a Ustedes?

Muchas gracias y buen fin de semana.


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