sábado, 08 de junio del 2024
 
Por Roberto López Delfín
Columna: Vórtice
Retos de la transición en Veracruz
2016-06-14 | 09:03:40
Ya con los resultados electorales definidos, debemos procesar realidades, que a la vista de todos irán conjugándose para dar forma, dirección al futuro mediato e inmediato de Veracruz. Soy optimista, pero quisiera comenzar por señalar las que considero serán más influyentes en esta histórica transición: 1.- Un poco más de 4 de cada 10 los veracruzanos inscritos en la lista nominal de electores, no votó. La participación fue de un 54%. El ganador, Miguel Ángel Yunes Linares –PAN-PRD- obtuvo el 34.4% de los votos emitidos, es decir, 1’055,544 sufragios; mientras que por el segundo lugar, Héctor Yunes Landa –PRI-PVEM-PANAL-AVEPC- votaron el 30.13 del electorado, o sea 929,485 veracruzanos y; quedo en tercer lugar MORENA, que a pesar de la carencia de recursos obtuvo un sorprendente 26.40% de los votos, es decir 809,945 sufragios. Tres partidos políticos perdieron su registro local: AVE y el Partido Cardenista desaparecen y el Partido Encuentro Social y el PT, los 2 primeros parte de la coalición con el PRI y todos ellos dejarán de recibir prerrogativas estatales por no haber logrado un mínimo del 3% de la votación total emitida. El 2.92% de los veracruzanos decidieron anular su voto o sufragaron en forma equivoca, por los que se anularon 89,700 sufragios, es decir, el 2.92% de la votación total. Personalmente, ateniéndome a la metodología señalada por Eduardo Buscaglia, considero que, conservadoramente, el PRI y la “estructura electoral” de Gobierno de Estado acarreó, coaccionó, coptó y/o compro ilegalmente, cuando menos, un 20% de su votación total, por lo que creo que dimensión electoral “verdadera” del PRI está en su voto “duro” o “convencido” de cuando mucho 744,188 veracruzanos, lo cual es de radical importancia, pues el próximo año elegiremos los 212 ayuntamientos de la entidad, proceso que el PRI enfrentará por primera vez en la historia, sin poder hacer uso de apoyos y recursos estatales, ni de la estructura electoral a sueldo paraestatal utilizada consuetudinariamente en los procesos electorales locales. 2.- La reacción del gobierno de Veracruz y del excandidato Héctor Yunes landa no han podido ser más errática. Reconocieron la alternancia y su derrota para, sólo un día después de llamados a la concordia, proclamarse –cada uno por su parte- “víctimas” beligerantes. Ante la incredulidad de una catástrofe no anticipada -a pesar de lo necesaria y previsible que a muchos nos parecía- han hecho gala de su proverbial talante autoritario, pendenciero e impermeable a la autocrítica. Y es que el PRI de Veracruz cuando pierde, arrebataba, a eso se acostumbraron en 86 años de monopolio del poder estatal. El Gobierno ha promulgado leyes que se aplicarán al concluir su mandato constitucional (como la desaparición del fuero para los gobernantes) y ha lanzado iniciativas legales y políticas que no podrá realizar, como la creación y nombramiento de una fiscalía especial a modo para la investigación de los supuestos actos de corrupción que públicamente se le atribuyen, en diversas denuncias penales debidamente requisitadas. Los priístas veracruzanos han reaccionado caóticamente ante el descalabro, sin liderazgos presentes, futuros claros, ni consensos. Se dice que el Sen. José Yunes Zorrilla será el candidato del PRI para la elección del 2018, pero no ha asumido el protagonismo crítico y unificador que el PRI requiere en Veracruz para no seguir haciendo el ridículo, pues el próximo ex partido oficial se ha instalado en la negación de su derrota; en la complicidad de crímenes y saqueos; en tácticas dilatorias desesperadas (patadas de ahogado) y se anticipa la búsqueda de culpables individuales para culpas y vicios colectivos. El PRI en Veracruz está en crisis estructural, parece huérfano, sin ideología, figuras, patrocinadores ni proyecto. Está por verse sí puede, como es deseable en términos democrático, ponerse de acuerdo para procesar la corrupción de su propio partido y reorganizarse –sin el apoyo oficial- para presentarse como contendiente en las cruciales elecciones municipales del año próximo. 3.- Los partidos políticos reflejaron su fuerza individual en el número de distritos ganados a la fecha por cada uno, quedando el PAN como la primera fuerza política del estado (11), Morena
como la segunda (8), el PRI tercero (8). Muy distantes, el PRD en cuarto (3), el PVEM en quinto y el PANAL sexto (1). Sin duda crucial para la victoria, el PRD poco tiene para presumir del proceso electoral, pues está en el nivel más bajo de su votación histórica en Veracruz, ha sido desplazado por MORENA como el partido referente de la “izquierda” y por su fragmentación, corre el riesgo de convertirse en una “corriente” “tribu” o “facción” del PAN. 4.- No se recuerda en la historia una campaña política más negativa, en términos de guerra negra, calumnias y descalificaciones que tuvieron que resistir el electorado, los partidos, sus simpatizantes, candidatos y familias. Durante la veda electoral, se buscó intimidar a los veracruzanos, lo mismo con amenazas telefónicas, que con el amago de que si no ganaba el PRI, los queridos Tiburones Rojos de Veracruz, cambiarían de sede, y violencia. La jornada electoral no fue pacífica, pero culminó casi en calma y al finalizar la misma, los 3 candidatos punteros se declararon ganadores indiscutibles, exhibiendo la miseria moral y pobreza metodológica de la abrumadora mayoría de las casas encuestadoras y demoscópicas, cuyos resultados demostraron estar hasta un 12% erróneos. 5.- No se tiene memoria de unos cómputos distritales más largos y cuestionados (todavía no se han cerrado la totalidad) en nuestra de por sí complicada geografía electoral. Cada una de las 5 primeras fuerzas políticas han señalado que acudirán a tribunales para disputar legalmente algún(os) distrito(s). El PRI y MORENA han anunciado que buscarán la anulación y/o ajuste de resultado de la elección de Gobernador. En el ADN de MORENA encontramos el “voto por voto, casilla por casilla” y en del PRI su clásico carácter contradictorio, verborreico, camaleónico, más allá del cinismo. Ahora resulta que en México gobernado por el PRI; en un Estado gobernador por el PRI; le robaron al PRI la elección ¿Quienes?. Lo que hay que oír. Tal vez lo único que nos faltaría por ver es que aporten como pruebas de sus alegatos sus numerosos crímenes electorales, para tratar de anular y/o cambiar la elección. 6.- El próximo gobierno será de coalición, no sólo por su origen y la vocación mostrada durante la campaña y el postelectoral, sino por la necesidad de construir una mayoría en el Congreso del Estado que respalde al Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien ha reiterado su intención de iniciar cuanto antes el proceso legal de entrega-recepción del gobierno y proceder contra los delincuentes que han defraudado a Veracruz durante los 12 años pasados. El suyo deberá ser un gobierno que participe e involucre a la sociedad civil, la que esta ajena a las “grillas” de los partidos políticos. Será sin duda austero pues Veracruz está sumamente endeudado y más del 90% de su presupuesto deberá destinarse a “irreductibles”, es decir, pago de deuda y nomina gubernamental. Su equipo de gobierno deberá mostrar claridad de metas, pluralidad, coherencia, diálogo, trabajo de equipo, honestidad a toda prueba y alta eficacia y eficiencia, pues enorme la expectativa ciudadana sobre la transición; son graves y complejos los problemas de Veracruz; la economía local, nacional e internacional enfrenta y –cuando menos- enfrentará en el 2017 un entorno adverso; en las filas del PAN y PRD hay escasos cuadros experimentados, probados y exitosos en gestión gubernamental y; su gobierno durará 24 meses, es decir 730 días; poco menos de 5 veces de lo que le resta al gobierno de Javier Duarte de Ochoa, que concluirá sus funciones dentro de 170 días (5 meses, 16 días), por lo que para el Gobernador Electo, cada momento y decisión será crucial. 7.- El próximo gobierno estará marcado por la promesa de cumplir sus promesas –muy distinguidamente señalar y encarcelar a los que han saqueado a Veracruz- y por la necesidad de formar un gobierno de resultados, que coadyuve a la organización y realización de 2 procesos electorales en los próximos años en el Estado. A finales de enero del 2017 deberá haber ya precandidatos para los ayuntamientos de Veracruz. Ya hay claros precandidatos a la Presidencia de la República y a principios del 2018 deberá haber precandidatos para gobernador, senadores y diputados locales y federales de todos los partidos políticos.


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